ESPECIAL 90 ANIVERSARIO ABC SEVILLA 12-10-2019
PATRICK O’CONNELL Entrenador del Betis El sello de Don Patricio
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ABCdesevilla.es 12 octubre 2019
HEMEROTECA ABC
25 JUNIO
Multa de 2.000 pesetas al párroco de Las Cabezas de San Juan y 50 pesetas al organista por interpretar la Marcha Real a la entrada de la procesión del Santísimo el día del Corpus 1935
EL BETIS SE PROCLAMÓ CAMPEÓN DE LIGA DE LA MANO DE UN IRLANDÉS QUE DEJÓ HUELLA POR SUS PECULIARES MÉTODOS
POR MATEO GONZÁLEZ
E RA domingo de Feria pero la fiesta se Bajó en la Flecha Verde y a la altura de Carmona el equipo fue recogido por una caravana de coches que hicieron la llegada triunfal a Sevilla, trasladó a Santander. Allí abrochó el Betis una temporada inmaculada para pasar por Bilbao y recoger la copa de la Liga.
largamente recordada en los años posteriores. El demiurgo de aquella hazaña era un irlandés de mandíbula prominente y humor socarrón que supo coser su alma a Sevilla, que le bautizó como Don Patricio antes de dejarle marchar para siempre. Porque Patrick O’Connell (Dublín, 1888-Londres, 1959) alcanzó la fama en las islas como
El técnico irlandés, con jersey de punto para dirigir un entrenamiento de su equipo
futbolista (fue capitán de Irlanda y el Manches- ter United) pero en 1922 desapareció para sus paisanos e hizo fortuna en España, donde apadri- nó, junto a Fred Pentland, el término de míster para los entrenadores. Su familia no volvió a verle hasta que regresó a Londres para morir en la más absoluta pobreza y soledad en 1959 (a su entierro sólo fue su hermano), después de 30 años de reconocimiento en España. En las minas de Ashington tomó contacto con españoles que le hicieron trasladarse a nuestro país. Tras entrenar al Racing y al Oviedo desembarcó en 1932 el pujante Betis que había sido subcampeón de Copa. Construyó un equipo con sus peculiares métodos, puesto que no dudaba en vestirse de deportista y participar en los entrenamientos con sus jugado- res. E insistía en la importancia de la defensa en unos años en los que el 2-3-5 era el sistema imperante. Minucioso hasta el extremo de cam- biarle los tacos él mismo a los futbolistas, fue innovador en la preparación física de los equipos. La Sevilla de 1935 inauguraba el puente del Patrocinio, el frontón Sierpes, la Glorieta Ofelia Nieto o la titularidad pública del Pabellón de Argentina. Y un título de Liga que rompía la hegemonía de Barcelona, Athletic y Madrid. Urquiaga; Areso, Aedo; Peral, Gómez, Larrinoa; Timimi, Adolfo, Unamuno, Lecue y Saro se pronunciaban de carrerilla durante una campaña triunfal que culminó en Santander con un 0-5 inapelable que frustraba los intentos, deportivos y extradeportivos, del Real Madrid. La tribuna de madera del campo del Patronato fue testigo de las virtudes como entrenador de O’Connell, un general para sus jugadores y un enamorado de Sevilla, impresionado por los naranjos que veía por las calles y por la belleza de su arquitectura, así como por la idiosincrasia con la que supo engarzar. «En Sevilla la gente vive como si se tuviese que morir esta misma noche», llegó a decir. Sin embargo, sus éxitos le llevaron al Barcelona y el gran Betis se diluyó a causa de la diáspora provocada por la Guerra Civil, que estaba a las puertas. Volvió para intentar rescatar a los verdiblancos y hasta entrenó al Sevilla. Pero hasta 20 años después se le recordaba la hazaña de la 1934-35 cuando paseaba tocado por su sombrero Torino camino de la Tertulia Bética de la calle Velázquez.
VIDAS DE PAPEL
4/5/1935
Los jugadores del Betis, conquistadores de la copa del Campeonato de Liga, a su llegada a esta capital, de regreso de Santander y Bilbao, fueron recibidos por el alcalde
90 AÑOS DE ABC DE SEVILLA
ABC
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