ESPECIAL ASÍ FUE CóRDOBA 2020

26 ASÍ FUE CÓRDOBA 2020

ABC

JUEVES, 31 DE DICIEMBRE DE 2020

abc.es

guió llevando sus entregas con la misma di- ligencia de siempre. «Las primeras sema- nas desde que se decretó el confinamiento fueron muy flojas, pero luego llegó el des- madre total». Este trabajador de mensaje- ría recuerda cómo fueron aumentando día a día los pedidos conforme la gente fue cons- ciente de que iba a permanecer bastante tiempo encerrados en casa. «Se dispararon los pedidos de paquetes y entregas relacio- nados con la reforma del hogar». También agradece la implicación de su empresa en la formación que le dieron para establecer protocolos para preservar su se- guridad y la de los clientes. En cuanto a la clientela, señala que los ciudadanos «se

Mario Castillo durante un reparto

adaptaron muy bien y todos eran muy re- ceptivos». Porque a nadie le agrada tener que bajar al portal a recoger un paquete, o que te lo dejen en el umbral de la puerta y tener que hablar a dosmetros de distan- cia del repartidor. Los casos en los que apa- recía un cliente sin mascarillas son los que menos recuerda. «Alguna vez que otra ha podido pasar, pero

LOS CLIENTES SE ADAPTARON BIEN A LAS ENTREGAS Y FUERON RESPETUOSOS

MARIO CASTILLO

no era lo habitual». Tampoco era muy nor- mal ver a gente pertrechada contra el virus, aunque la hubo, como la señora que un día le abrió e iba parapetada con todas las me- didas de protección posibles y aconsejadas. Pantalla protectora, mascarilla, guantes «y unas bolsas transparentes en las manos para coger el paquete», recuerda como una de las anécdotas más amables de los días duros de la pandemia. La pandemia ha puesto a prueba su ca- pacidad de resiliencia. Ahora está más or- gulloso de su trabajo. «Es una gran satisfac- ción que lo que tú haces sea reconocido y sea considerado como una actividad de pri- mera necesidad». En este sentido señala que durante los días más complicados de la crisis del coronavirus repartió muchos productos de parafarmacias, desde geles hi- droalcohólicos hasta mascarillas, por lo que le queda la sensación de haber contribuido a que la población estuviese a resguardo en su casa y protegida cuando tuviese que sa- lir al recibir las herramientas necesarias en la misma puerta de su hogar.

REPARTIDOR

M ario Castillo Díaz sabe lo que es repartir en un ciudad inerte, sin tráfico, moribunda... El coronavi- rus no se llevó por delante su ac- tividad, como sí lo hizo con la gran mayo- ría de trabajadores del país, que esperaban en sus hogares que pasase el chaparrón para retornar a sus puestos de trabajo. Los pri- meros días, recuerda, «fueron bastante du- ros». La sensación de no ver tráfico, de no ir con prisas a los sitios, de no ver ni un alma en la calle... «Recuerdo que paré un día la furgoneta e hice una foto de Las Tendillas vacía, en silencio, en pleno día, eso es algo que recordaré siempre y que no creo, ni es- pero, volver a ver nunca más». Al principio, los repartos cayeron por completo ante el miedo de la gente a meter en sus viviendas el Covid-19. Este empleado de Tradiscor tam- bién sintió en sus carnes la angustia y el

«EL REPARTO ERA FLOJO, LUEGO LLEGÓ A DESMADRARSE»

DAVID JURADO CÓRDOBA

miedo a contagiarse. «Pero en aquellos días tan duros lo último que se me pasaba por la cabeza era perder mi empleo tal y como estaba la situación», reconoce. Así que, aun- que se encontrase «sólo ante el peligro, re- corriendo las calles cuando todo el mundo estaba protegido en sus casas», Castillo si-

Made with FlippingBook Learn more on our blog