ESPECIAL PASIÓN EN CÓRDOBA 2020

L A metáfora para titular el reportaje del Museo de la Pasión de Cabra hay que pensarla, porque tie- ne que ser exacta, como todas las metáforas. Pue- de entenderse como una vista a Tierra Santa sin pasar de la Subbética, pero hoy los escenarios de la muer- te y resurección de Jesús están muy alterados. Sería más bien un viaje en el tiempo, una recreación con todo el ri- gor científico que los datos dan para imaginar cómo fue- ron los últimos momentos del hombre del que miles de millones de personas de todas las épocas han creído que era el hijo de Dios. Por eso es un viaje a la Jerusalén en la Pascua judía de un año entre el 30 y el 33 de nuestra era, al plenilunio del mes de Nisán, la primera luna llena de la primavera. A la primera Semana Santa por la cual se han celebrado todas las demás desde entonces, recons- truida tras muchos estudios de los documentos de la épo- ca y sobre todo de la gran reliquia de la cristiandad, la que ha marcado toda la iconografía de Cristo: la Sábana San- ta de Turín. Fue una idea del escultor Juan Manuel Miña- rro y de uno de sus discípulos, el también imaginero, res- taurador y profesor egabrense Salvador Guzmán, que con- siguió instalarlo en las dependencias del instituto Aguilar y Eslava, donde trabaja. Todo comenzó, explica Salvador Guzmán, en 2011, cuan- do visitó a Miñarro en su taller y le encontró trabajando en una cabeza de Cristo. Le contestó el sevillano que era «el hombre de la Sábana Santa», y Guzmán, en cambio, le encontró parecido a un Sagrado Corazón. Años después supieron que tendría sentido. De allí surgió todo el inte- rés del escultor por la Síndone y por su proyecto de llevar a las tres dimensiones, es decir, a la escultura, lo que es- taba en dos. Se configuró una exposición que se hizo iti- nerante y otra sobre la Sábana Santa como tal, que estu- vo en grandes ciudades españolas y ahora está en Amé- rica. Miñarro y Guzmán transformaron entonces su idea original de una exposición en unMuseo de la Pasión, «para contar la historia de la primera Semana Santa». En un principio es unmuseo parecido a cualquiera, con varios paneles que ponen al espectador en el contexto de su época: el Imperio Romano, del que Palestina formaba parte, aunque en perpetua rebelión, los emperadores Au- gusto y Tiberio y el personaje de Poncio Pilato, «que no fue el más importante de los gobernadores de Judea, pero sí el más conocido». Los paneles recorren los distintos momentos de la Pasión, primero con el proceso a Jesús, y confrontan la iconografía tradicional con lo que se ha reconstruido. Así, «la flagelación fue distinta», con la es- palda de Cristo en paralelo al suelo, y se piensa que si pudo cargar con la cruz pudo ser, como mucho, con el «patibu- lum» o travesaño horizontal. El visitante casi puede viajar después al mismísimo monte Calvario, del que se ofrece una maqueta. Era lite- ralmente una roca y hoy estaría bajo la basílica del San- to Sepulcro, así que se plantean algunas preguntas: «¿Cómo se subiría a esa roca y cómo se colocarían allí dos cruces más?» Para Salvador Guzmán la respuesta es que pudo haber estado preparada, con rampa o escaleras, sobre

Jerusalén, año 30

EL TRABAJO DE JUAN MANUEL MIÑARRO Y SALVADOR GUZMÁN EN EL MUSEO DE LA PASIÓN DE CABRA RELATA EL CAMINO A LA MUERTE DE JESÚS A TRAVÉS DE LA SÁBANA SANTA Y LA INVESTIGACIÓN HISTÓRICA

POR LUIS MIRANDA

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JERUSALÉN, AÑO 30

PASIÓN EN CÓRDOBA

REPORTAJE GRÁFICO: FELIPE OSUNA

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