ESPECIAL PASIÓN EN CÓRDOBA 2022
presentaba el aspecto de un pueblo enlutado, oscuro y desconfiado?» A favor de la mantilla se posicionará, entre otros, Me- sonero Romanos, quien en 1835 se lamenta de su decli- ve: «Una de las innovaciones más graves de estos últi- mos tiempos es, sin duda, la sustitución del sombrerillo extranjero en vez de la mantilla». Esta polémica denota que la mantilla, a partir de 1830, va a ser considerada prenda desfasada, y habrá que espe- rar unos años hasta que vuelva a recuperarse. No obstan- te, lamantilla no desaparecerá totalmente del armario fe- menino, aunque sí va siendo relegada a un uso ocasional próximo al que se le da hoy, según testimonia su uso por parte de la reina Isabel II, o por su hermana, la infanta Lui- sa Fernanda, por ejemplo. En el siglo XIX hubo posturas encontradas en torno a la prenda. Mesoneros Romanos se mostró a favor, pero Larra pensaba que era propio de un pueblo enlutado y desconfiado Tras la incorporación de la peineta de teja hacia 1871, la mantilla llegó al siglo XX para grandes citas o fiestas: negra en Semana Santa y blanco para otras ocasiones ∑∑∑
ve a estar en la confrontación política con la pintoresca Rebelión de las Mantillas de 1871. La causa fue la llegada al trono de Amadeo de Saboya y a promotora fue la princesa Sofía Troubetzkoy, esposa del Duque de Sesto. Eran partidarios de los Borbones y contrarios a unos monarcas extranjeros. Se involucra- ron en la revuelta muchas de las grandes damas de la aristocracia y de lo más lucido de la sociedad, las cuales decidieron manifestarse glamurosamente ante los nue- vos reyes ataviadas con mantilla y peineta, aderezadas además con flores de lis, las partidarias de los Borbones, y con margaritas, las partidarias de los carlistas. La in- tención era expresar con estas prendas, típicamente es- pañolas, pero sacadas del baúl de las nostalgias, el re- chazo a la nueva dinastía. JuanValera, en una carta enviada a su hermana el 23 de marzo de 1871, cargó contra estas damas levantiscas, des- tacando lo desfasado de su atavío: «Algunas señoras, ha- ciendo alarde de españolismo rancio, para probar su odio a los príncipes extranjeros […] (iban) demáscara a la calle, vestidas de maja de 1808, con peineta de teja, mantilla…» En este último comentario vemos que se cita la peineta de teja en 1871. Este accesorio adquiere gran dimensión a mediados del sigloXIX, porque antes era un peinecillo casi imperceptible, pues lamantilla se vestía directamente so- bre la cabeza, o sobre los hombros. Amediados del XIX la peineta va creciendo y así llegará al sigloXX, convirtiéndo- se en compañera de lamantilla. Es también amediados del XIX cuando se va definiendo su uso para la Semana Santa, romerías, bodas y toros, entre otros acontecimientos. Se
La rebelión de lasmantillas A partir de la década de 1850, el tro- no imperial de Francia va a estar ocu- pado por Napoleón III y la española Eugenia de Montijo. Ella propiciará un lanzamiento en Europa de cier- tos accesorios de la moda hispana como la mantilla, el bolero o toreri- ta y la manera de usar el abanico. Es decir, la emperatriz hará gala de es- tas prendas en su ‘toilette’ parisina y española con una gracia y encan- to que se percibirán como típicamen- te españoles. Eugenia de Montijo fue una auténtica ‘influencer’ de la épo- ca, era lo que hoy sería una ‘topmo- del’ en cuanto referencia y estilo. no en vano dio un impulso a la moda francesa, junto a Charles Frederick Worth, gracias al cual Francia se po- sicionó como la potencia de moda que sería en el siglo XX. En el últi- mo tercio del XIX la mantilla vuel-
prefiere, a grandes rasgos, el negro para la Semana Santa y el blanco para los festejos. En el siglo XX la mantilla ha que- dado como prenda de prestigio, para ennoblecer eventos o festividades. Los cambios de lamoda y la sociedad del sigloXX, sobre todo desde la I Gue- rraMundial, obligaban a que lamoda femenina cambiase: la mujer se in- corpora al trabajo, al deporte, a la uni- versidad, a la política y a la ciudada- nía, con el sufragio universal. Laman- tilla era adecuada para otros tiempos, pero va a seguir siendo adecuada hoy para la celebración, para la tradición, para la fiesta, por eso hoy se sigue usando a pesar de su historia cente- naria. También Córdoba tubo su revo- lución de las mantillas, cuando la Agrupación de Cofradías, en 1994, la tomó con ellas prohibiéndolas en determinadas circunstancias en las procesiones. Pero esta guerra… o sai- nete, es otra historia...
‘María Luisa de Parma’, de Francisco de Goya
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PASIÓN EN CÓRDOBA
LA MANTILLA: MODA, PROTESTA Y FIESTA
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