ESPECIAL PASIÓN EN CÓRDOBA 2022

∑∑∑

En Córdoba las puertas son pe- queñas y las salidas muy compli- cadas. Javier Romero empieza a re- lajarse cuando el paso está en la calle y lleva unas cuantas chico- tás, pero la tensión le dura en cada metro y en cada relevo. Y cuando llega a casa repasa la película en la cabeza y le cuesta dormirse. Este año delante del Cristo de las Pe- nas habrá un árbol genealógico curioso. Javier Romero irá como su segundo de Rafael Cervantes. «Yo le digo que es como mi hijo mayor», cuenta riendo. Es padre de dos hijas y ahora uno de sus nietos, también llamado Javier, irá a sus nueve años aprendien- do el oficio en Santiago. Ahora mira a los capataces y costaleros jóvenes y reconoce que tienen formación y más recur- sos, porque pueden tener a veces a 200, y él iba con 25 o 30, sin cua- drilla entera, a veces. Por eso se le insiste en el famoso cariño: «Había que dar cariño, jajaja, y

ABC

tragarte muchos sapos. Vamos a salir y veremos si entra- mos, decíamos. Se pasaba muy mal. Una vez, nada más salir, me dijeron que no podían. Le dije a la banda que fue- ra a tambor. Correr y rezar». ¿Todo es mejor ahora? «Qui- zá nos estamos desbordando, quizá tengamos una cos- taleritis un poco acusada. Muchos costaleros, muchas bandas, muchas mecidas. Todo tiene su proporción, ni poco ni mucho», advierte. Cuando cae la noche del Jueves Santo, el negro en que se enfunda Javier Romero no es de chaqueta y corbata, sino del ruan y esparto del Gran Poder. Al morir su abue- lo se dejaron de pagar las cuotas de sus nietos, y él per- dió una antigüedad que ahora le haría estar entre el nú- mero 400 y el 500. Se reincorporó en 1978 y ya forma par- te de las parejas nombradas, los cirios más próximos al Señor. «No se oye nada, y eso es un sonido que impresio- na. Sólo se oye el rachear. Es una estación de penitencia dura y las Madrugadas son frías». Mirando adelante, bajo lo que allí se llama antifaz, mira en el espejo de las mira- das lo que allí provoca el Gran Poder. «La gente llorando, y el que no se santigua, llora, y el que no, se emociona». Estos últimos años también era costalero de Jesús ante Anás, el misterio de la ‘Bofetá’ y cuenta cómo llevó du- rante un buen tramo a la Virgen de los Dolores del Cerro en su primer año en la Campana, porque ayudaron todas las hermandades de aquel Martes Santo de 1989. Cultivó la amistad conmúsicos como Eusebio Álvarez- Ossorio, director de la banda del Sol, que él trajo a la Sen-

ANTONIO VARO

tencia y a las Angustias, pero también con Enrique Báez: «Iba a su casa y me tocaba al piano ‘Virgen de las Angus- tias’. Lasmarchas ‘Reina de San Nicolás’ y ‘Santísimo Cris- to de las Penas las hizo por petición mía». Y después de tantas aventuras, todavía sorprende con una espina clavada: «¿Usted sabe cuál es mi frustración? Que nunca he llevado a un Nazareno. Sí, a la Vera-Cruz, pero nunca al Señor con la cruz a cuestas. Me nombraron en Pasión, pero al final no pudo ser».

56

PASIÓN EN CÓRDOBA

JAVIER ROMERO: «SI SUFRE ALGUIEN, QUE SUFRA EL QUE VA DELANTE»

Made with FlippingBook Annual report maker