GURME MALAGA Nº4 VERANO 2022

REPORTAJE

llevó a Huelva, pues allí las condiciones eran mejores, los terrenos más llanos y arenosos. Fue probablemente su primer gran caso de éxito y tras este han ido registrando otras ‘historias’ hortofrutícolas con final feliz y alguna que otra que no llegó a buen puerto, aunque ya el hecho de poder decir con funda- mento que cierta especie no es adecuada para las condiciones y las características de estas tierras ha de leerse en positivo. Se trata de un trabajo invisible que ha sido y sigue siendo clave para el sector agrario, para agricultores y productores tanto de la zona como del resto del país. investigaciones que más está sustentando el día a día de La Mayora en lo que llevamos de siglo XXI… al menos de momento. Tanto es así que de las alrededor de 25 hectáreas cultivadas con las que cuentan hoy –la finca tiene un total de 50 hectáreas–, aproximada- mente la mitad -12- está destinada al cultivo de este fruto. Llevan con ello desde los años 80-90 aproximadamente, pues entonces en la Axarquía y en la costa granadina ya había algunos agricultores que estaban empezando. “En La Mayora se plantearon el adoptar estas especies subtropicales para explotarlas a nivel más comercial y fue ahí que se intensificó el trabajo de campo con aguacates, chirimoyos y más tarde con el mango y con otras tropica- les”, cuenta Iñaki. De manera paralela a todo ello, en el centro llevan décadas realizando investigaciones para la mejora genética del melón, del tomate y se ha ido avanzando tam- bién en actividades dirigidas a optimizar la protección vegetal, “especialmente en inver- naderos, para control de plagas, por ejemplo”, añade Hormaza. Sumado a ello está también el saber encontrar qué variedades de cada planta son mejores para sobrevivir y desarrollarse en Málaga y es ahí donde entran en acciones profesio- nales como Iñaki Hormaza. Él conoce a la perfección los cultivos que trabajan en La Mayora, donde cuentan con aguacate apto y listo para el consumo los 12 meses del año. ¿Cómo lo hacen? “Pues es fácil: diversifican- La ‘fiebre’ del aguacate Sin lugar a dudas el aguacate es de las

se preparan, que diríamos que son centro de todo; la transferencia del conocimiento, es- tando siempre estrechamente vinculados y en contacto directo con el sector; y la formación, que ha sido especialmente evidente a raíz de la unión entre la universidad y el instituto y que ha dado lugar a lo que hoy conocemos como La Mayora en conjunto. Queremos ser referente en formación de estudiantes y profesionales, tanto a nivel nacional como internacional y esto es un reto a futuro, convertirnos en referente a este respecto”. “Es un organismo mixto entre la universidad y el CSIC. Se trata de una estación experimental que se fundó en la década de los 60, a través de un convenio firmado entre el gobierno ale- mán y el español, con fondos germanos para la cooperación para el desarrollo. En principio se trataba de introducir el cultivo de la fresa desde California a Europa”, añade Iñaki. Este producto se empezó a cultivar de forma experimental en Algarrobo y poco después se

do. La mayoría de aguacate que se cultiva y comercializa aquí es el Hass, que llega a su punto de noviembre-diciembre hasta abril aproximadamente. Hablamos ya de estacio- nalidad. Sin embargo, hemos comprobado que apostando por cuatro o cinco variedades distintas de aguacate, algo que está corro- borado y que puedes ver aquí, se tendría producción de aguacate todo el año”, apunta Iñaki. Este explica a GURMÉ que cultivando aguacate Bacon -octubre-noviembre-, Fuerte -noviembre-febrero-, Hass -diciembre-abril-, Lamb Hass -abril-junio- y Reed -junio-sep- tiembre- se daría esta fruta en la provincia los 365 días del año. La labor que se lleva a cabo con los aguacates es la misma que la que se realiza con otros frutos. Del mango se tienen más de 80 varie- dades en La Mayora en el banco de germo- plasma; del tomate, entorno a 1.000 accesio- nes; del melón o los chirimoyos, superando

las 350 variedades. “Es la mayor colección del mundo”, apunta Iñaki en relación a la chiri- moya. Este ‘catálogo’ de especies y variedades –“un sueño para cualquier investigador”, en opinión de Eduardo Rodríguez– permiten al instituto ir probando cuáles son las que mejor se adaptan y funcionarían en esta parte del mundo. Esta línea de desarrollo es imprescindible para “aportar valor añadido a la agricultura de la zona. El incorporar nuevas especies al sistema productivo está dando frutos importantísimos y tratamos siempre de transferir todo eso al sector”, puntualiza Rodríguez. Actualmente cuentan con cacao en invernadero a pequeña escala y después verán qué variedades se adecuan mejor a este entorno. Los cultivos exóticos que tienen mayor poten- cial de desarrollo en la Axarquía y alrededor pasan, además de por el aguacate y el mango, por supuesto, por la pitahaya, una cactácea

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