GURME Sevilla 32 Verano 2024

Psicólogos de barra

Moral y los salmonetitos de Castellón… No soy de traerlo todo de un mismo sitio, cada pescado tiene su origen. ¿Y en esta cocina pequeñita lo elaboran todo? Es una cocina abierta al público donde se ve lo que hacemos, un auténtico show cooking, y a la gente le gusta asomarse para ver cómo lo preparamos todo aquí. Éste es un bar de pizarra más que de carta… Tenemos una carta chiquitita en las mesas pero para nosotros la pizarra es imprescindible, más trabajando con pescado fresco a diario porque dependemos mucho de lo que nos llegue cada día. Hay días de mala mar que no nos llegan determinados productos. ¿Qué atrae a la gente al Rengue Triana? Creo que la calidad de la materia prima, la forma en la que tenemos de freír el pescado y el buen trato que dispensamos. Tenemos fama de freír el pescado como nadie. Cada uno tiene su estilo, yo conozco a Enrique desde hace muchos años y me dice que ya era hora de que abriera algo de calidad en la zona. Yo estoy encantado de estar al lado de Jaylu. Su establecimiento derrocha esa personalidad que hoy cuesta tanto encontrar en hostelería… Aquí damos importancia principalmente al servi cio, que es lo que más gusta a la gente. ¿Les beneficia el hecho de estar tan cerca de Jaylu? ¿Cuáles son los puntos fuertes de Rengue Triana? Para nosotros el servicio es imprescindible y eso es precisamente lo que falta en la hostelería de hoy en día, hay sitios donde llegas e incluso te riñe el camarero, porque se olvidan de que el cliente es lo primero. ¿Qué importancia tiene saber gestionar bien el negocio? Muchísima, los que no saben de gestión y abren un bar lo tienen muy difícil. Recuerdo que ha habido momentos como la Expo’92 o la crisis de 2008 en los que todo el que tenía un dinero

¿Quién es? Ángel Ramos nació en la calle Betis. Quizás eso explique su apego a este antiguo barrio de marineros del que no quiere salir (ni recuerda la última vez que lo hizo). Y por eso no dudó en elegirlo cuando decidió abrir su primer negocio de hostelería. Lo de llamarle Rengue y decorarlo con motivos rocieros evidencia otra de sus pasiones, aunque a él lo que le mueve es el ambiente auténtico que se genera en el bar y que no siempre está ligado a esta famosa romería. Los pescados y mariscos frescos son uno de los grandes atractivos que tiene este negocio, que Ángel Ramos gestiona con la precisión del que entiende de números y de papeles. No en vano, dedicó varios años de su vida a la contabilidad de una empresa de obras públicas. Su padre era trabajador de los astilleros de Elcano y cuando éste faltó, su madre ayudó a su hermano a abrir un bar en El Plantinar (Casa Pepe). Allí Ángel pasó largas horas de trabajo y se interesó por la hostelería, a la que regresó formalmente en 2019 abriendo su primer negocio propio. montaba un bar, aunque no supiera, y muchas veces no acababa bien. Para mí las claves son saber llevar las cuentas, estar muy encima del negocio, ofrecer un buen servicio y muy buen producto. ¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo? Charlar con la gente, atender y tomar las coman das. Soy una persona extrovertida y veo que la gente lo pasa bien aquí y repite muchas veces. De hecho, para el “pescaíto” y el Domingo de Ra mos del año que viene ya estamos completos.

tenemos clientes que buscan solo eso y el buen ambiente que hay. ¿Y es en su mayoría gente de Triana? Aquí viene gente de toda España, aunque es cierto que trianeros hay muchos y de Los Remedios también. Ahora llega más la clientela que tenía en el otro local y también mucha gente nueva, especialmente turista nacional que pasa, se fija en nosotros y nos pregunta si se puede sentar. ¿Se alegra de haber cambiado el negocio a un local más amplio? Mucho. Aunque en el otro local he estado cinco años y funcionaba muy bien. A veces, cuando los bares pequeños se mudan a locales más grandes acaban perdiendo su esencia, ¿cómo ha logrado mantenerla? Aquí la esencia sigue intacta porque realmente

este local también es pequeñito, aunque hemos ganado mucho en cuestión de terraza. ¿Es de los hosteleros que permanece siempre al pie del cañón? Mientras esté el bar abierto, estoy yo. Que me voy al Rocío, se cierra. Que me voy a la playa, se cierra. Pero si está el bar abierto es porque estoy. Eso de que el ojo del caballo engorda al caballo es verdad. Eso sí, tengo un buen equipo sin el que no podría pasar: somos cuatro personas y los fines de semana llegan dos más de refuerzo. ¿Qué destaca de su cocina? El pescado y el marisco que traemos fresco diariamente de toda España. Hay días que llega el boquerón blanco malagueño, otras veces viene de Cádiz o de Huelva… el rodaballo es ga llego, los chocos de Huelva o del País Vasco; las corvinas son de Barbate; las pijotas de Punta del

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