GURMÉ Tío Pepe
El botellero de González Byass
Historia en Rama
cuenta una crónica vitivinícola única y transmite el legado y trabajo realizado por cinco generaciones de la familia González. El botellero histórico de vinos de Jerez es otro ejemplo de la apuesta de González Byass por la innovación mirando al pasado. Con su apertura se han recuperado tesoros enológicos ocultos que regresan al siglo XXI. Es un paso más en la expan- sión de la #SherryRevolution, el movimiento global creado por González Byass que ha llevado al Jerez a vivir una nueva edad de oro a nivel mundial. El botellero responde a una costumbre que ha tenido la familia desde el principio: la de conservar distintas añadas por diferentes razones. “El hecho de ser una bodega familiar ha ayudado a que el botellero sea una realidad. La posibilidad de cono- cer cómo trabajaron nuestros antecesores, incluso catar algunos de los vinos que hicieron, es hoy una realidad emocionante”, comenta Mauricio Gonzá- lez-Gordon, presidente de la bodega. Por una parte, se hacía para rociar y mejorar vinos más jóvenes (en el sistema de criaderas y solera), también para celebrar acontecimientos especiales o para dedicarlos a personajes ilustres. Un hábito muy relevante de su historia que nunca han dejado de hacer a lo largo de los años. Desde celebrar el
nacimiento de un hijo y llevar a cabo el proceso de seleccionar un buen mosto de ese año para después poder disfrutarlo en distintos momentos de la vida, hasta dedicarlo un vino singular a una persona relevante, ya sea una visita o el nombramiento de un Papa o el Rey. González Byass marca momentos de la historia con vinos singulares. Tradicionalmente, González Byass ha guardado un uno por ciento de cada año, lo que supone que cuando se hacen unas 20.000 botas de vino, se conservan unas 200, una política que va a continuar y que permitirá en el futuro seguir disfrutando de la historia enológica de la bodega. Antonio Flores, enólogo de la bodega, ha sido cancerbero y custodio del botellero y describe algunas de las joyas enoló- gicas con que cuenta la colección. Es el caso de la histórica subasta de 1894 en la que se vendieron 2.500 botas en Londres de un vino de González Byass, y de la que quedaron algunas botellas en el histórico botellero de la bodega.
la historia, conecta el pasado con el presente y garantiza la conservación, en pleno siglo XXI, del estilo enológico que ha guiado a esta bodega a lo largo de sus más de 180 años de historia. Para la creación de este santuario, ha sido decisiva la labor realizada por el centro de investigación CIDIMA (Calidad, Investigación,
Desarrollo, Innovación y Medio Ambiente), el área técnica de la bodega y el Archivo Histórico de la Fundación de González Byass. La docu- mentación e inventarios históricos conservados han permitido descubrir la historia que hay tras el corcho de cada botella. Esta catedral del tiem- po posee un valor documental incalculable que
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