Mayores de Córdoba 2018 -1

2 de octubre de 2018 Número 1

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Una historia de superación Antonia con su marido Manuel

encuentro mucho mejor, mi estado emocional ha mejo- rado muchísimo, tengo ga- nas de hacer cosas, de par- ticipar en todo lo que nos proponen, así que puedo decir hoy por hoy que estoy feliz. Mi vida ha sido difícil. Aunque en mi pueblo la gran mayoría se dedica a las tareas agrícolas, yo nunca he pisado el campo, siem- pre he estado cosiendo en una sastrería, dado que por mi salud no podía hacer otra cosa. He sufrido muchas in- tervenciones quirúrgicas, pero todo eso quedó atrás. Destaco como años im- portantes en mi vida los que pase en Francia, en con- creto en Burdeos, 12 años, como tantos otros espa- ñoles buscándonos la vida fuera de nuestro país. Allí

tuve a mis dos hijas, pero nosotros tuvimos la suerte de poder volver a España, y no sólo a nuestro país sino a nuestro pueblo con las niñas aún pequeñas para que hicieran su vida aquí, en Montalbán. Cuando nos vinimos de Francia, mi mari- do y yo abrimos una tienda de comestibles que hemos tenido durante 20 años.

no hay golpe más duro que enterrar a un hijo, pero la vida sigue y, después de mu- cho, he aprendido que hay que seguir luchando. He pa- sado años muy malos, pero gracias a mi marido y a mi hija, mis dos grandes pilares pude levantarme «un poco» del pozo en el que caí. Hoy tengo ilusión con al- gunas cosas, como la boda de mi nieta Esperanza, a la cual acudiré «sin luto». Y para no «enrollarme» más, sólo tengo que decir que espero estar mucho tiempo como estoy ahora, acudien- do a la Unidad donde tanto me han ayudado, teniendo a mi Manolo muchos años como está ahora. En fin, sólo pido que mi vida siga tal y como está, ya que sé por experiencia que lo malo llega solo.

Antonia nos cuenta cómo ha sido su vida

ANTONIA UED Montalbán

Me llamo Antonia, soy de Montalbán, tengo 78 años y acudo a la Unidad de Es- tancia Diurna de mi pueblo desde el 29 de agosto de 2016. Empecé en el centro dado que mis condiciones físicas y psicológicas eran mucho peores que en la actualidad y tanto mi ma- rido Manolo como mi hija Gabriela decidieron que lo mejor para mí era acudir a un centro para reponerme y, sin duda, acertaron al máximo porque hoy día me

Hoy en día me encuentro mucho mejor. Puedo decir que estoy feliz

Perdí a una de mis hijas con 38 años y desde ese mo- mento mi vida no ha sido la misma, ya que los que so- mos padres sabemos que

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