PASIÓN EN SEVILLA 147 Cuaresma 14-02-2024

Imagen de la Virgen de la Candelaria en su primera salida procesional, 1924

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Alegría de San Nicolás, para inspirarse en la talla de la Candelaria. Como detalla González Ramallo, «existe un razonable parecido» en tre la fotografía de esa mujer y la primera Vir gen de la Candelaria que procesionó por las ca lles de Sevilla. El tallista, tras el pobre acierto estético de su primera obra, que fue cuestionada nada más subir al altar de quinario, y conforme fue ga nando pulso artístico y perfeccionado su esti lo, comenzó una serie de intervenciones y reto ques durante la segunda mitad de los años vein te. Aparece ahí una vocación más familiar en el planteamiento del artista, posiblemente inspi rado en las efigies de sus propias hermanas, como así se lo reconoció Antonia Cabrera Ga liano, sobrina del artista, a Martín Carlos Palo mo García, emblemático archivero e historia dor de la hermandad de la Candelaria, durante una entrevista. A partir de 1926, cuando el tallista alcanza su canon artístico, ya se fijan los nuevos rasgos de la dolorosa, cada vez más parecida a la Vir gen de los Desamparados de San Esteban, tam bién obra de Galiano, y sobre la que pesa una infundada y falsa leyenda de que se trata de una talla descartada por Pepe ‘el Planeta’ para la hermandad de la Candelaria. La realidad es que eran dos imágenes hechas, o retocadas, en un mismo espacio de tiempo similar, cuando el au tor de ambas ya había depurado y fijado su es tilo personal. Esta Virgen de la Candelaria de Manuel Ga liano tenía dentadura y, como anteriormente se ha citado, unos ojos especialmente entornados. Detalles más singulares y menos hermosos de aquella primera imagen, además del particular rictus de sus labios. Durante los años cuarenta y cincuenta siguieron las intervenciones y «reparacio nes» sobre la talla, como se advierte en los archivos de la hermandad con uno de los pagos realizados el 31 de octubre de 1944 a Manuel Galiano (150 pesetas). Cinco años después aparece otro gasto por la misma cantidad para la compra de «tela, cartón y guata» y la mano de obra para el arreglo de los brazos y el cuerpo de la Vir gen, tareas que, con seguridad, ejecutó Juan Brito en el taller que José Alarcón Santa Cruz tenía en la calle Ma teos Gago. Después, en 1950, José Rivera García actuó es téticamente en la fisonomía de la imagen y, en torno a 1956, la dolorosa se trasladó al taller de este restaurador e imaginero en la calle Gandesa para corregir diferentes

Una falsa leyenda dice que la Virgen de los Desamparados de San Esteban la descartó Pepe ‘el Planeta’ para la Candelaria

Manuel Galiano retocó a la Virgen varias veces en la segunda mitad de los años 20 inspirándose en sus propias hermanas

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