PASION EN SEVILLA149 Mayo 2024
PASION EN SEVILLA149 Mayo 2024
PASIÓNENSEVILLA
MAYO 2024
MIRADLO EN LA CRUZ
30 mayo 2024 ayo 2024 30 ma
Precio: 3 euros Venta conjunta con ABC o: 3euros unta con ABC Precio Venta conj
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‘Primer tramo’, por Jesús Díaz
La revista rescata cómo contó ABC ‘Campana de papel’, por Javier Rubio la coronación canónica de la Hiniesta Gloriosa, de la que se cumplen ahora 50 años
450 años del Cristo de Burgos
El jefe de la sección de Local de ABC de Sevilla dedica el artículo principal de la revista a la Custodia de Arfe por el Corpus
En un reportaje, se analiza la historia artística del crucificado de Vázquez el Viejo, que saldrá el día 1 de junio de forma extraordinaria En un reportaje
FOTO: MANUEL GÓMEZ
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El poeta dedica su décima de este mes a su amigo, el desaparecido Manuel Ferrand, muy vinculado con la cofradía de Santa Cruz El t d di ‘Galería cofradiera’, por Caro Romero
La revista selecciona las diez imágenes que resumen la celebración, que este año estuvo pasada por agua casi a diario Diez estampas de la Semana Santa de 2024
La tradición, ahora más de moda que nunca, de lanzarle pétalos a las vírgenes tiene su origen hace cinco mil años La historia de las petaladas a las imágenes
Descubriendo a la Piedad del Baratillo
El director de Canal Sur Radio escribe sobre Roma y el Cachorro, en un artículo titulado ‘Soleá del Trastévere’ ‘Con la venia’, por Juan Miguel Vega
Ex hermanos mayores y
artistas cuentan la historia de la Virgen de Fernández Andes, que se corona el 14 de septiembre
ENTREVISTA Alberto Martín,
H. M. Cristo de Burgos «Nunca pensamos en qué repercusión iba a tener la suspensión de la estación de penitencia de forma anticipada el Miércoles Santo»
Número 149 30 mayo 2024
3,00 euros De venta exclusiva con ABC de Sevilla Números atrasados 902 530 770
Director ABC de Sevilla Alberto García Reyes
Director Pasión en Sevilla Javier Macías
ABC Andalucía Director general Álvaro Rodríguez Guitart
Diseño y maquetación María José Torres-Ternero
Comercialización rginfante@abc.es
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Fotografía de portada M. J. Rodríguez Rechi
Desde el dibujo que Miguel Ángel regaló a Vittoria Colonna se evidencian las raíces artísticas del Cristo de la Expiración Los orígenes romanos del Cachorro
El articulista de ABC cuenta la historia de Joaquín Mesonero Morillo, aguaó del Silencio y San Isidoro ‘Asuntos internos’, por Félix Machuca
La hermandad conmemora su tricentenario en el templo con procesiones y exposiciones de primer nivel entre 2024 y 2025 300 años de Amargura en San Juan
Editado por Diario ABC, S.L. C/ Albert Einstein, 10. Isla de la Cartuja. 41092. Sevilla Teléfono: 954488600
Depósito legal: SE-5123-07 ISSN: 3012-7823
Primer Tramo
Arca de plata
cercana recorre la vieja ciudad; de campana, de cantos eucarísticos y ‘Triunfal’; de costaleros en consagrado sacerdocio;... y de rodillas en suelo para adorar al Santísimo Sacramento como miembros de la Iglesia Triunfante, la del tercer cuerpo del templo circular que levantó Arfe. El Corpus Christi es la celebración que pone a prueba la fe inquebrantable del sevillano, la que brota del alma, la del que cree sin ver a Dios hecho hombre en madera noble y unción a gol pe de gubia. Se canta en el ‘Tantum Ergo’: la fe supla la incapacidad de los sentidos. No hay ojos a los que rezar, ni labios a los que implorar, y mucho menos, manos a las que besar. Sólo Dios. No hay costeros ni cien músicos que hagan bam bolear un palio. Sólo Dios, el Amor de los amo res que retumba en el corazón de quien contem pla en todo su esplendor, entre plata, cera y flo res blancas, la forma consagrada que Jesús impartió en la Última Cena del Jueves Santo, cuando se dio a sí mismo con sus propias ma nos. En el Cenáculo dejó un mandato que en Se villa se cumplimenta el octavo jueves después del Domingo de Pascua: «Haced esto en memo ria mía». Tomad el pan y el vino, dad gracias, partidlo y compartidlo. El Corpus Christi, como la definió San Juan Pablo II, es la fiesta de la alegría por la institu ción de la Eucaristía, el misterio que constitu ye el corazón de la Iglesia. No es casual el dicho del sol porque el Jueves de Corpus, como procla ma la Secuencia, «lo viejo cede ante lo nuevo, la sombra ante la realidad, y la luz ahuyenta la no che». Alabado sea Jesús Sacramentado, sea por siempre bendito y alabado.
POR JESÚS DÍAZ
N O cabría en mis manos la posibilidad de trazar en este lienzo una definición de lo que encierra este arca de plata para una joya nacida de la tierra, que crece en espiga y fructifica en pan. Se la mendi go al poeta, entre su realidad y su deseo, para esbozarla en tres versos: «Es el amor fuente de todo; / hay júbilo en la luz porque brilla esa fuen te / encierra al Dios la espiga porque mana esa fuente». Cuando Sevilla empezó a celebrar la procesión del Corpus Christi, avanzada la déca da de los sesenta del siglo XIV, lo hacía en un arca de madera sobre unas andas con ángeles pintados. Más de doscientos años después la Ca tedral, por idea del canónigo Francisco Pache co, encargó a Juan de Arfe «la mayor y mejor pie za de plata» para custodiar la joya que Dios re galó al pueblo elegido, el cuerpo y la sangre de Cristo, su Hijo fermentado en una masa de pan celestial. Sesenta días con sus noches quedaron atrás. Resucitó el Señor, ascendió a los cielos, bajó el Espíritu Santo y ahora, como dejó escri to Juan, el evangelista, desciende de nuevo en tre nosotros «el pan vivo» en una de las fiestas más relevantes del calendario litúrgico, «incom parable», como sentenció Juan XXIII, y que Se villa, como pocas, guarda a la antigua usanza. Es mañana de Jueves de Corpus; de juncia y ro mero; de vid y de trigo recogidos de los campos y de las colinas; de niños que arrancan un cor tejo (larguísimo) donde Dios en su forma más
MANUEL GÓMEZ
M. J. R. RECHI
Serena es la muerte del Cristo de Burgos, talla que en su día
lució faldellín y cabello natural
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CORPUS CHRISTI SEVILLA
De Flandes a Burgos, para la devoción de Sevilla CUATRO SIGLOS Y MEDIO CUMPLE UNA DE LAS TALLAS MÁS DESCONOCIDAS DE LA CIUDAD PERO DE HISTORIA MÁS INTERESANTE. EL CONTEXTO MANIERISTA DE FINALES DEL XVI TERMINÓ POR CEDER LOS RASGOS AL CLASICISMO, SOBRE TODO POR EL AIRE AGUSTINO CON EL QUE JUAN BAUTISTA VÁZQUEZ ‘EL VIEJO’ SE EMBARCÓ EN LA TALLA DE SU CRUCIFICADO POR ANTONOMASIA
POR FRAN PIÑERO
A finales de 1574, Sevilla aún se estaba acostum brando a su Giraldillo. El crisol de culturas he cho torre no se había coronado hasta hacía seis años, en un entorno en el que aún tardaría una década en empezar a materializarse el Archivo de In dias, entonces lonja, o la Casa de la Moneda. El edificio plateresco del Ayuntamiento llevaba apenas diez años concluido y los trabajos del Hospital de las Cinco Lla gas –hoy sede del Parlamento de Andalucía– pasaban tímidamente el ecuador de sus obras. Los símbolos históricos de la ciudad tal y como la co nocemos aún estaban en proceso. Sin embargo, hace 450 años ya existía una de esas imágenes que inspiran re cogimiento y unción cada Miércoles Santo contempo
ráneo. Una talla que, del mismo modo que concedió su gracia al genial Diego de Velázquez –bautizado en su capilla en 1599–, sigue siendo objeto de plegarias de todo aquel que lo contempla: el Santísimo Cristo de Burgos. La efemérides que ahora celebra su hermandad pone de manifiesto la incontestable certeza de que se trata del Cristo más antiguo documentado de la Semana Santa de Sevilla, y del segundo con más historia detrás del de Vera+Cruz. La afirmación la atestigua la fecha de la carta de fi niquito y entrega de la imagen, del 22 de noviembre del citado año, fin de un proceso iniciado doce meses antes por el escultor Juan Bautista Vázquez. El salman
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‘El Viejo’ esculpió en 1571 una miniatura del Cristo de San Agustín para el templete de la Cruz del Campo. Un par de años después, repetiría inspiración con el de Burgos
tino, de profusa trayectoria previa en el arte del retablo en Ávila y Toledo, se embarcaba así en la génesis de la que se convertiría en su obra cumbre en el ámbito reli gioso, pues también se dedicaba a la ornamentación ci vil. Como muestra, las primitivas fuentes de la Alame da de Hércules, que quedó urbanizada y ajardinada por primera vez aquel 1574 por el Conde de Barajas; o el mo delo con el que Bartolomé Morel gestó precisamente la veleta de la Giralda. Que ‘El Viejo’ –como quedó apodado una vez que su hijo, de igual nombre, siguió sus pasos– estuviera liga do a todos estos grandes proyectos llevó al licenciado Juan de Castañeda a confiar en él para gubiar una ima gen de Jesús en la cruz para su propia capilla funeraria, dentro de la iglesia de San Pedro. Doble interpretación La fuerza de la talla no sólo ha trascendido las épocas sino también las fronteras, pues el encargo bebe de una doble inspiración que hunde sus raíces en Flandes. La consigna que recibe Juan Bautista Vázquez, y que re cuerda el académico de Santa Isabel de Hungría Pedro Sánchez Núñez, es clara: dar cuerpo a un cristo de «ocho palmos y medio de vara –en torno a 1,70 metros– con ‘su corona de espina y sus cabellos largos y un paño en el cuerpo según y en la forma que está y lo tiene el santo Crucifijo de la Capilla de San Agustín de esta Ciudad’». Lejos de la discreta veneración que tiene hoy su répli ca en una de las naves laterales de la parroquia de San Ro que, el crucifijo de San Agustín era antaño uno de los pun tales devocionales de Sevilla. Se le atribuían diversos mi lagros y era el protagonista de notorios episodios penitenciales como el vía crucis al humilladero de la Cruz del Campo –germen del que auspiciaría en 1531 Fadrique Enríquez de Ribera–. Sin saberlo, Juan Bautista Vázquez tallaría ‘dos veces’ al Cristo de San Agustín o de Burgos. La primera, en 1571, para embellecer este templete. Y es que la agustina fue una de las únicas dos órde La severidad del crucificado burgalés se suavizó en cada reinterpretación, hasta llegar a la muerte serena del que se venera en San Pedro, más clásico que manierista
HDAD. CRISTO DE BURGOS
Recortes de periódico hallados en el interior del sudario del Cristo de Burgos durante su intervención de 1997
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El Cristo de San Agustín durante la procesión de 1926, diez años antes del fatal incendio
ABC
Contrato entre ‘El Viejo’ y Juan de Castañeda C V C
nes que se establecieron en la Sevilla de después de la Reconquista. Sus monjes aprovecharon para expandir los actos piadosos en torno a la advocación que en la ciudad burgalesa ya gozaba de amplia pleitesía. Aquel Cristo de San Agustín castellanoleonés fue el que, tras la desamortización del cenobio, llegaría a la Catedral de Burgos en 1836. Allí sigue recibiendo culto, con un aspecto que no ha cambiado un ápice el gusto medieval. Se le sigue pre sentando con su largo faldellín tubular de tela, su me lena y barba naturales y con las «articulaciones forra das de cuero» y «uñas hechas de asta, curvadas median te calor», como explicó el restaurador Luis Cristóbal tras intervenir la imagen, de la que la leyenda llegó a contar que había sido obra del propio Nicodemo. Este extremo es totalmente falso, pues su origen se ∑∑∑
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encaja entre 1350 y 1399 por varias cues tiones. Por ejemplo, además de tener los brazos articulados tiene movilidad en el cuello, la cadera, las rodillas, los pies y los dedos, muy propio de la época por su uso en autos sacramentales. Y, sobre todo, por el «aspecto putrefacto, pestilente, realiza do con todos los recursos formales para acentuar la idea de dolor». Así define la historiadora Ruth Fernández a estos cris tos del descendimiento en tiempos en los que la peste diezmaba las poblaciones eu ropeas. Dulzura y clasicismo Sin embargo, con cada reinterpretación del crucificado burgalés el resultado final se iba alejando más de la crudeza. Ya el Cristo de San Agustín de Sevilla acercó la propuesta a los cánones de la escultura gótica andaluza, pero sin duda la obra de ‘El Viejo’ eliminó cualquier severidad. Un crucificado ya muerto, con todos los es tigmas y marcados regueros de sangre, y que sin embargo transmite sosiego. Una efigie que logra el patetismo, pero a través de una gran mesura y proporción, hasta el punto de ser uno de los máximos exponentes del arte de la imaginería sevi llana de sublimar la belleza en el relato de la Pasión. Todo pese a la corriente manie rista imperante en el arte europeo y que el propio Bautista impregnó en muchos
otros crucificados de su factura, como el de la Expira ción de Hinojos o el de la Buena Muerte de Lebrija. En el Cristo de Burgos se mantiene la característica curvatura del cuerpo inerte del modelo agustino, con la cabeza basculando hacia abajo y hacia la derecha, y la marcada línea baja de las costillas. Sin embargo ‘El Vie jo’ «dota a su obra de una serenidad, movimiento y mo delado, manifiestos en la cabeza, hermosísima de líneas y proporciones, que ya son clásicos. El Cristo cuelga de la cruz sin sufrimiento, como si estuviera dormido», concluye Pedro Sánchez Núñez. Las propias facciones también contribuyen a esta idea, como señala el historiador del arte Jesús Porres Benavides: «La nariz es recta y fina, se une a las cejas por unas líneas curvas de perfecta armonía, la boca pe queña y entreabierta de labios correctos y lengua talla da». Otros detalles corporales aportan expresividad den tro de la contención, como ocurre con la flexión de al gunos de los dedos de la mano. Aunque hay que imaginar al Cristo de Burgos sevilla no con el faldellín de tela y el pelo y la barba naturales en aquel siglo XVI, elementos que siempre añaden dra
FRAN PIÑERO
El crucificado que se venera en la Catedral de Burgos mantiene el imponente aspecto medieval
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Primer plano de las dulces facciones del Cristo de Burgos sevillano, en el que se aprecia la marcada línea de las costillas al estilo agustino
Curiosamente, en la restauración lleva da a cabo en 1997 por Enrique Gutiérrez Carrasquilla, bajo informe de Gabriel Fe rreras, se encontró dentro del sudario va rios recortes de periódico, entre tantos otros elementos con los que Gutiérrez-Re yes Cano buscó abultar el conjunto. La no ticia que recogía aquel diario, sobre el ex plosivo accidente del vapor Cabo Machi chaco en el puerto de Santander, permitió situar entre 1893 y 1894 esta intervención que cambió por completo la fisonomía del crucificado de San Pedro. La intención o el azar volvía a vincular a los dos Cristos de Burgos, esta vez a tra vés del mar, pues cuenta la leyenda que al de los agustinos lo encontraron dentro de un cofre a la deriva unos mercantes bur galeses durante su travesía de vuelta de Flandes. Para llegar a la imagen que todos cono cemos faltaba aún una intervención, la de José Ordóñez, centrada en la policromía.
RAÚL DOBLADO
matismo a una talla, basta con compararlo con otra obra de la época, el soberbio y laocoontiano Cristo de la Ex piración del Museo (1575), absolutamente manierista, para ver de lleno las diferencias y entender que el de San Pedro es una obra maestra clásica. Especialmente cuando a finales del siglo XIX el escul tor sevillano Manuel Gutiérrez-Reyes Cano le talla final mente la cabellera y la barba, le coloca una corona de es pinas y le prepara un sudario a base de telas encoladas. Tanto el vello del mentón, ligeramente bífido, como la disposición del paño de pureza se realizan al modo en que los hubiera planteado el propio Juan Bautista Vázquez, de no haber tenido aquellas precisas indicaciones.
La acometió a comienzos del siglo XX, una centuria de lo más intensa para la corporación, con diversos actos de unión entre la ciudad de Sevilla y la de Burgos —re presentadas ambas en el paisaje idealizado que pintó Antonio Kiernam Flores en el retablo cerámico de la fa chada principal del templo—; y con la designación de la talla para presidir el Vía Crucis de las Hermandades en 1999. En todos estos momentos ha estado presente este crucificado sin estridencias, muy sevillano aunque re mita a Castilla. Una devoción particular que parece ha ber mantenido ese carácter ‘exclusivo’, de relativa mi noría cofradiera, cuatro siglos y medio después.
Alberto Javier Martín Pérez Hermano mayor del Cristo de Burgos «Muy pocos sevillanos sabrán que el Cristo de Burgos es propiedad de la parroquia de San Pedro» EN LA SECRETARÍA HA SIDO UN MES DE REPARTO DE PAPELETAS DE SITIO. EL 1 DE JUNIO EL CRUCIFICADOSERÁ TRASLADADO EN SU PASO A LA PLAZA DE SAN FRANCISCO PARA UNA MISA ESTACIONAL POR SUS 450 AÑOS. SU MÁXIMO RESPONSABLE RELATA CÓMO ESTÁ VIVIENDO SU HERMANDAD LA MISIÓN EVANGELIZADORA QUE CONSTITUYE LA ESPINA DORSAL DE LA EFEMÉRIDE
POR JOSÉ GÓMEZ PALAS
—Llama la atención el emplazamiento escogido para celebrar el acto central de esta conmemoración. ¿Por qué proyectaron celebrar la misa estacional en un lu gar tan simbólico como la plaza de San Francisco? —Se pensó desde un primer momento en este lugar por una sencilla razón: la ciudad de Sevilla es hermana ma yor honoraria de nuestra hermandad y qué mejor esce nario para representarla que su propio Ayuntamiento. Con la elección de este lugar queríamos realzar la vincu lación que tiene la hermandad con Sevilla, una relación a veces desconocida para el gran público. Hay quien tie ne la impresión de que el Miércoles Santo nos acompaña una representación del Ayuntamiento de Sevilla en el cor tejo porque ya viene un representante de la Corporación municipal de Burgos. Y no es así. Cada representación tiene su razón de ser. El Ayuntamiento de Burgos es her mano mayor honorario perpetuo de la hermandad y por eso están los dos ayuntamientos representados en la co fradía. Aprovechando este 450 aniversario queríamos subrayar esa vinculación del Cristo de Burgos con nues tra ciudad. —Cuatro siglos y medio de culto al Santísimo Cristo de Burgos... ¿Qué ha querido poner de relieve la herman
dad con esta conmemoración? —Pues precisamente eso, los cuatro siglos y medio de cul to al Santísimo Cristo de Burgos. Y además con una par ticularidad: que son cuatro siglos y medio de culto y siem pre en este lugar, en la parroquia de San Pedro. Excepto en un par de ocasiones por motivos de obra, el Cristo de Burgos siempre ha recibido culto en este lugar a lo largo de toda su historia. Esta es su Casa y siempre ha sido su Casa, un hecho también curioso de esta conmemoración. El Cristo es concebido para presidir la capilla funeraria de la familia Castañeda en esta parroquia. Con el paso del tiempo, la propiedad de la imagen pasó a la parro quia. Y es la parroquia la que tiene la propiedad del cru cificado. Siempre es algo que nos recuerdan los párro cos. De hecho, cuando se ha suscitado en alguna ocasión la discusión de que si nos íbamos o no nos íbamos a la casa de hermandad, desde la parroquia se nos recordó: «¡Shh, que el Cristo es mío!» (risas). —Pues no creo que muchos sevillanos conozcan que el Cristo de Burgos es propiedad de la parroquia y no de la hermandad… —Yo creo que muy pocos. Y te diría más, hasta pocos her manos sabrán de ello.
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que teóricamente su colocación podría ser fácil, desde el punto de vista estético, se ori ginaría un abultamiento un tanto anormal. —Una de las aspiraciones de la herman dad al plantearse este aniversario era dar a conocer la vinculación del Cristo de Bur gos con la ciudad. ¿Qué van a hacer en este sentido? ¿Qué otras actividades comple tarán el programa de este aniversario? —Cuando en el seno de la junta empezamos a vislumbrar esta conmemoración, ése fue precisamente uno de los objetivos que nos planteamos. Un reconocimiento que nos ha llenado de satisfacción ha sido la con cesión de la Medalla de la Ciudad de Sevi lla, una iniciativa impulsada por la CES (la Confederación Empresarial de Sevilla) con motivo de este aniversario. Nosotros tenía mos ya concedida la Medalla de Burgos y, sin embargo, no teníamos la Medalla de Se villa. Y la verdad es que ha sido un regalo muy oportuno. A lo largo de la programa ción de esta efemérides se han previsto tam bién diversas conferencias y al final de año nos gustaría también organizar una expo sición y rematar la conmemoración con un besapiés extraordinario en noviembre, una forma más de acercar el Cristo a todos los fieles y devotos. —Para los hermanos del Cristo de Burgos debe suponer un orgullo dar culto y tener como titular a la imagen documentada más antigua de la Semana Santa... —Claro que lo es. Es un verdadero orgullo. Pasa que cuando nos acostumbramos a algo, como sucede en todos los ámbitos de la vida, no le damos la importancia ni el va lor que tiene. De ahí que esta conmemora ción se haya propuesto resaltar la impor tancia que tiene contar con una talla con 450 años de historia a la que se le ha dado culto ininterrumpido y, además, siempre aquí en su parroquia. Una situación real mente singular. La hermandad no es más que la heredera de toda esa devoción que ha ido sumando el Cristo a lo largo de es
M.J.R. RECHI
—Conocido es que el escultor Juan Bautista Vázquez ‘El Viejo’ recibe el encargo de realizar la imagen del Cris to de Burgos a imagen y semejanza del primitivo Cris to de San Agustín, es decir, con pelo natural y faldellín. ¿Se ha llegado a plantear la hermandad en algún mo mento hacer un guiño a esa primitiva fisonomía y sa car al Cristo en esta conmemoración con un faldellín? —Realmente no hemos llegado a plantearlo por una sen cilla razón. Con el sudario actual encolado sería difícil en volver al Cristo en un faldellín tubular de tela suelta. Aun
tos cuatro siglos y medio. —¿Y qué espera el hermano mayor de los frutos de esta salida? —La salida, con la misa estacional, es lo más vistoso y lla mativo de esta conmemoración. Pero yo animo a todos los sevillanos a que se acerquen a diario a admirarlo, por que el Cristo de Burgos es de Sevilla y, además, es el que más tiempo lleva con nosotros y al que durante más tiem po los sevillanos han dado culto. El objetivo es que el se villano sienta como suyo al Cristo de Burgos. No en bal
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de, y como digo yo, todos los sevillanos somos hermanos del Cristo Burgos porque la ciudad de Sevilla es herma na mayor honoraria. —Pasamos página de esta celebración y hablamos de la pasada Semana Santa. Una de las decisiones que, por insólita, más sorprendió fue la que adoptó la herman dad del Cristo de Burgos de suspender su estación de penitencia con más de cinco horas de antelación debi do a los adversos partes meteorológicos. Crearon ten dencia y al día siguiente otras cofradías siguieron su ejemplo. ¿Eran conscientes de que estaban creando una moda? —No, en absoluto. Cuando adoptamos esa decisión nun ca pensamos en qué repercusión podía tener o no tener. Obviamente, éramos conscientes de que era una decisión un tanto novedosa y si cabe arriesgada. Nuestro único propósito en ese momento era cómo organizar el día a la vista de que los partes meteorológicos no dejaban el más mínimo resquicio a la duda. Cuando tomamos esa deci sión yo tenía dos preocupaciones fundamentales: una era
ver cuántos hermanos asistirían al templo vestidos con la túnica de nazareno a la hora que se les había convoca do inicialmente, y sólo vino uno; y la otra era comprobar cuántos hermanos asistirían al vía crucis sustitutivo de la estación de penitencia a las ocho de la noche, y la igle sia se llenó por completo. Esas dos circunstancias nos ha cen tener conciencia de que tomamos una buena deci sión. Es más, cuando acabamos ese vía crucis, los herma nos no me daban la enhorabuena, me daban las gracias. —¿Comprende, no obstante, el revuelo que se ha origi nado con esa decisión? —Sí, sí, claro. Y comprendo que haya opiniones de todo tipo. Sabemos que cuando hay una decisión un poco no vedosa o que se sale de ciertos estándares, puede dar lu gar a controversia. Es lógico. —¿Y qué les diría a quienes se rasgan las vestiduras y consideran que decisiones como esta contribuyen a romper el rito de vestirse de nazareno? —De todos los argumentos que he escuchado hasta aho ra, ese es precisamente el que menos entiendo y el que
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un argumento lo suficientemente consistente como para hacer venir a los hermanos al templo soportando una mo jada, hacerles aguantar una hora para el rezo del vía cru cis y ahora que se vayan otra vez a su casa con la mojada encima. No lo veo. —Hablamos ahora de la configuración del Miércoles Santo, probablemente la jornada donde más ha queda do hecha añicos la convivencia entre las distintas cor poraciones con el reseteo de la nómina. ¿Están ustedes satisfechos siendo los últimos del día? —Nosotros no estamos satisfechos. No ya tan sólo por el hecho en sí mismo de la posición en la que vayamos, sino por la organización que tiene el día. El Miércoles Santo es un día constreñido al que le faltan minutos. Te nemos una hermandad más y más nazarenos que el Mar tes Santo y, sin embargo, tenemos 32 minutos menos. Nosotros debemos hacer la estación de penitencia, in cluida la Carera Oficial, de una manera digna, y el pri mer año nos hartamos de correr. El día necesita impe riosamente más minutos. Los 338 minutos que tenemos ahora se quedan cortos. Necesitamos crecer. Y a partir de ahí construir una nueva configuración. Nuestra her mandad tiene dos problemas: el cruce con el Carmen en la plaza de San Pedro y la calle Orfila. En su día llega mos a plantear salir antes y dar un rodeo por San Mar tín para llegar a la Campana. Pero a nuestra propuesta se le dio la vuelta, y en lugar de solucionar los proble mas, los agravaba. —Salir los últimos, a las 9 de la noche, ¿es una hora de masiado tardía para una cofradía como la del Cristo de Burgos? ¿Se ha visto mermada la nómina? —Afortunadamente, en término generales, no. Incluso el año pasado ganamos en nazarenos. Sí ha afectado en la participación de nuestros hermanos más pequeños, es decir, de monaguillos y tramos de nazarenos de niños. Ahí es donde se ha notado. En una cofradía como ésta, que no es una cofradía de barrio, ir descapitalizando hu manamente la hermandad puede generarnos problemas de cara al futuro. —Hermano mayor, ¿qué ocurre en el Miércoles Santo para que una cosa que parece más que razonable, que una hermandad no regrese por la Avenida de la Cons titución entre el claqueteo de las sillas que se cierran, ni siquiera pueda llevarse a cabo por falta de consen so? ¿Alguna vez se alcanzará un consenso en el seno del día? —Inicialmente casi lo hubo, así que es posible que algún día se alcance. En el caso concreto del que usted habla, la organización del día se basa en un modelo basado en la alternancia perfecta de cofradías al salir de la Catedral. Si se cambia esa alternancia, habría que replantearse todo el modelo. A futuro, no sé que ocurrirá, pero sería bueno que en los planteamientos primase una visión de conjun to más que en qué sitio debe ir colocada cada herman dad.
menos afecta a la decisión que tomamos. Evidentemen te, vestirse de nazareno tiene un componente sentimen tal. Yo no soy más sentimental que nadie, pero tampoco menos. En esto empatamos todos los cofrades. Cualquier hermano, al vestir la túnica de nazareno de su herman dad, tiene sus vivencias y tiene su intrahistoria. Ese es un tema muy personal. Desde el punto de vista de organiza ción, un hermano tiene el derecho y la obligación de ves tir la túnica de nazareno para hacer la estación de peni tencia. Si no hay estación de penitencia, no hay que ves tirse de nazareno. La raíz está aquí en la estación de penitencia. ¿Para qué me pongo yo la túnica? Para hacer la estación de penitencia. Si la estación de penitencia, por el motivo que sea, hay que suspenderla… —Visto así, podría decirse que la decisión de la herman dad tiene un sentido aún más puro de respeto al hábi to de nazareno… —Entiendo que sí, porque realmente, cuando uno se vis te de nazareno, tal como dicen las Reglas, empieza la es tación de penitencia en casa y acaba también en el domi cilio de uno. Una vez que estoy vestido de nazareno, em pieza realmente mi estación de penitencia. ¿Qué ocurrió durante el Covid? Durante la pandemia se suspendieron las estaciones de penitencia por fuerza mayor y nadie se planteó entonces decir que le estaban conculcando el de recho a vestirse de nazareno. Y digo esto respetando por supuesto la decisión que adopte cada junta de gobierno, e incluso otras juntas de gobierno de esta misma herman dad el día de mañana. Lo de ‘vestirse de nazareno’ no es Burgos a familiares y, «sobre todo, a un herma no de la hermandad, Paco Romero, que ha sido en esta corporación casi de todo, salvo hermano mayor. Él me introdujo en la hermandad, tanto a mí como a mis hermanos». Vecino de la calle Doña María Coronel, se sabe cabeza visible de una hermandad «de las llamadas pequeñas», pero que, sin embargo –asegura–, «conservan ese sabor y el aliciente de poder contemplarlas desde la cruz de guía hasta el palio». Un valor que, en tiempos de una Semana Santa elefantiá sica, está convirtiendo a estas cofradías en una «reserva espiritual» como «depositarias de esa forma de ver las cofradías antiguamente». El valor único de las cofradías ‘pequeñas’ Nacido en Madrid (1965), de padre madrileño y madre trianera, Alberto Martín le debe su vinculación a la hermandad del Cristo de
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F ue el jueves de la Ascensión, entonces festivo, 23 de mayo de 1974. El Betis se había proclamado campeón de Segunda División al derrotar al Gim nástico de Tarragona por 3-0 y se aseguraba el tan deseado ascenso. Y el presidente del club verdiblanco, José Núñez Naranjo, se permitió una semana después hacer votos a la Virgen de la Hiniesta gloriosa para que «muy pronto Sevilla pueda contar de nuevo con dos equipos en Primera División». El ruego, formulado en la recepción oficial a los campeones de Segunda, fue atendido a la tem porada siguiente. ¿Por qué iba a acordarse el presidente de un club de fútbol de la patrona municipal en un trance mucho más protocolario y elegante que los festejos deportivos de ahora? Porque el mismo día del ascenso, la Hiniesta se había coronado canónicamente: «La ceremonia, oficia da por el cardenal arzobispo doctor Bueno Monreal y en la que fueron padrinos el alcalde de la ciudad, señor Fer nández Rodríguez-García del Busto, y su gentil esposa, tuvo lugar en el trascoro, donde había sido levantado un magnífico altar, como si no fuera bastante para el ho menaje a la excelsa Señora la majestad y hermosura del templo metropolitano». El primer párrafo de la crónica de ABC del viernes 24, sin firma, resumía los datos principales de aquel acon tecimiento histórico, pero la pieza periodística no esca timaba en adjetivos hiperbólicos, tan del gusto de la épo ca: «Cuatro seis llevaron la corona de oro a los padrinos, señores Fernández Rodríguez-García del Busto, quie nes portándola se acercaron al cardenal para la bendi Así contó ABC... la coronación de la Hiniesta POR JAVIER RUBIO
ción. Posteriormente, el prelado, rodeado del respeto y del amor de sus diocesanos y llevando en aquel momen to la representación de la más augusta autoridad de la tierra, procedió a ceñir con sus sagradas manos y ricas coronas las sienes de las imágenes de Santa María de la Hiniesta y del Niño en nombre de los sevillanos, repre sentados por miles allí congregados, que gozosos ento naban la tierna salutación de la salve, a la cual siguie ron aplausos unánimes, nacidos de todos los corazones enardecidos de amor a la excelsa Señora». El periódico le dedicó un espacio generoso, más que notable, a los actos previos y posteriores al de la coro nación propiamente dicho. Una semana antes, el cura Javierre participó en la cuarta sesión del ciclo mariano que tenía lugar en los salones del Círculo Mercantil. Lo hizo con la ponencia titulada ‘María, Señora de Europa’ y arrancó de una polémica cita de la cantante Juliette Gréco, icono de la ‘chanson’ francesa de aquellos años, en la que revelaba la incomprensión de la doctrina so bre la virginidad de María, tan en boga en aquellos años de existencialismo. «En Europa piensan que los andaluces, concretamen te los sevillanos, exageramos en nuestra devoción ma riana. En Sevilla pensamos que a los europeos les falta amor a la Señora. Nace así una actitud polémica que no 23 do m an sé er ción Posteriormente el prelado rodeado del respeto y
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PASIÓN EN SEVILLA
CORPUS CHRISTI SEVILLA
Campana de papel
El cardenal Segura colocándole la presea a la Virgen de la Hiniesta gloriosa, durante el acto de la coronación canónica
Bula del año santo de 1975 El periódico del día siguiente daba cuenta de la liberación del director de la sucursal del Banco de Bilbao en París tras diecinue ve días de secuestro y de un atentado con bomba contra una de las cúpulas de la basílica del Sagrado Corazón en el barrio parisino de Montmartre a modo de advertencia terrorista a la presidencia de Giscard, que había jurado el cargo el domingo 19 de mayo: «Recordad a la Comuna», donde se inició la revolución de 1848. El Papa Pablo VI promulgó la bula de convocación del año santo de 1975 ese jueves de la Ascensión.
parece beneficiosa. Debemos profundizar y hallar un lenguaje que sirva para tender puentes de comprensión mutua en la verdad. El último importante documento de Pablo VI nos estimula para hacer una revisión pro funda de nuestras devociones a la Virgen para filtrar los elementos inválidos. Ni el sentimentalismo ni el patrio terismo debe viciar nuestra fe». Del pregón de la coronación se encargó el padre Cué, el jesuita mexicano que había tocado el corazón cofra diero de la ciudad con su libro ‘Cómo llora Sevilla’. Fue el domingo inmediatamente anterior, el 19 de mayo. El alcalde hizo de presentador y la reseña en el periódico del martes explicaba que «en esta hora de crisis, las her
mandades han aguantado la prueba y viven. Esto es lo más importante. La corona de espi nas de la incomprensión que llevan los sevi llanos se convierte en corona de gloria». La Virgen se trasladó ese mismo domingo a las seis de la mañana desde San Julián has ta la Catedral en «un cortejo muy nutrido en el que figuraban los campanilleros de Bormu jos». El triduo preparatorio se celebró de lu nes a miércoles, día en que se fijó un rosario vespertino «a las ocho de la tarde, que presi dirá el obispo auxiliar, monseñor Montero». La vuelta a San Julián se verificó el sába do 25 de mayo a partir de las siete de la tar de. El periódico retrató así el apoteósico re greso: «El cardenal arzobispo doctor Bueno Monreal se incorporó al cortejo en la Capi lla Real donde se había celebrado la sabati na. El prelado dio con el llamador la ‘levan tá’ del paso, pronunciando antes las siguien tes palabras dirigidas a los costaleros: -Hijos míos, tratarla con cariño que esta es muy buena Madre. ¡A la ésta es!». Al paso por el Ayuntamiento, desde una tribuna levantada en la fachada de la casa consistorial, para la consagración de la ciu dad a la Virgen y el ofrecimiento del bas tón de la alcaldesa. El alcalde habló con la prosa inflamada de la época: «Muy pron to la devoción a la Virgen de la Hiniesta arraigó tan hondamente en el pueblo de Sevilla, que su culto se hizo casi connatu ral con la vida de la ciudad. A ella acudía Sevilla en sus calamidades, sequías, epi demias, sacando frecuentemente la ima gen en procesiones de rogativas ante el fervor suplicante y el desbordado entu siasmo de las multitudes enardecidas». iven. espi sevi- ingo has o en mu e lu ario esi ro». ba tar re eno pi ati an en os uy na sa u s a n a e - a - - l
*BC. V I E R N E S 24 D E M A Y O D E 1974. EDICIÓN DE ANDALUCÍA. PAGINA 77. EN LA CATEDRAL
la Virgen de la Hiniesta fue coronada canónicamente FUERON PADRINOS DE LA CEREMONIA EL ALCALDE Y SU ESPOSA
corona de oro, en nuestro nombre y con solemne rito, la citada sagrada imr-.^en de la Madjre de Dios. Concedemos la facultad de la corona ción de tal manera que el rito pueda ser celebrado por tí mismo, o, si te parece bien, por otra persona delegada por ti. En Roma, a 15 de febrero, de 1953, primer año del Pontificado del Papa Juan XXIII. Carlos Grosso, canónigo vaticano. Julio Barbetta, canónigo secretario.» Finalizado el acto de la coronación y mientras el prelado se retiraba después de saludar a las autoridades, volvieron los cánticos ungidos de piedad y de amor filial. La Santísima Virgen de la Hiniesta, coronada, quedó expuesta a la veneración de los fieles. PRÓXIMOS ACTOS Hoy viernes, a las ocho, habrá mi sa rezada; a las ocho y media, acto de acción de gracias con tedeum, e inter pretación de coplas históricas de la Vir gen de la Hiniesta y procesión claustral por las naves de la Catedral. Mañana sábado, a las ocho de la tar de, solemne procesión oficial hasta nues tro Ayuntamiento, por plaza de San Fran cisco, en la que tomarán parte las auto ridades eclesiásticas, militares y civiles, Cabildo Catedral, Universidad de Curas Párrocos, Corporaciones y cofradías sa cramentales, de gloria y ds penitencia, así como nuestros cofrades y demás fie les y devotos que deseen acompañar a nuestra Santísima Virgen en este hermo so acto de exaltación mañana. Colocado el paso en los andenes del Ayuntamiento, el alcalde de Sevilla, don Juan Fernández Rodríguez-García del Busto, en nombre de la Corporación Mu nicipal, hará la consagración de la ciudad a la Santísima Virgen de la Hiniesta Glo riosa Coronada, renovando públicamente el voto de 1649, ofreciéndole seguidamen te el Bastón de Alcaldesa de Sevilla y entonándose por el pueblo la salve po pular, mientras que desde nuestra Casa Consistorial se realizará una suelta de palomas en honor y gloria de este acon tecimiento mañano de Sevilla en este Año Santo de la Reconciliación.
La imagen de la Santísima Virgen Ma ría, con título y renombre de la Hiniesta, fue coronada canónicamente ayer en la Catedral de Sevilla. La ceremonia, ofi ciada por él cardenal arzobispo doctor Bueno Monreal y en la que fueron pa drinos el alcalde de la ciudad, señor Fer nández Rodrigues-García del Busto, y su gentil esposa, tuvo lugar en el trascoro, donde había sido levantado un magnífico altar, como si no fuera bastante para el homenaje a la excelsa Señora la majes tad y hermosura del templo metropoli tano. Asistieron el capitán general de la Se gunda Región Aérea, señor Serrano de Pablo; gobernador'civil, señor Leyva Rey; presidente de la Sala de lo Contencioso, señor Rubiales Poblaciones; rector de la Universidad, profesor Clavero Arévalo; presidente de la Diputación Provincial, señor Borrero Hortal; general de división jefe del Sector Aéreo, señor Queipo de Llano; general gobernador militar, señor Gomales Gros; miembros de la Corpo ración Municipal; Consejo General de Co fradías; Junta de gobierno de la Her mandad de la Hiniesta; hermanos mayo res de las Cofradías de Penitencia y Her mandades Sacramentales y de Gloria; co frades en gran número, y otros invitados. Asimismo concurrieron innumerables fie les y devotos que se manifestaron en pú blicas demostraciones de imponderable júbilo y singular alegría por la aprecia ble gloria y sin par dicha de la corona ción. Frente al altar de plata se colocó la capilla musical formada por la Orquesta Sinfónica de Sevilla y Coro Universitario, que bajo la dirección del maestro Izquier do interpretaron la «Misa de la Corona cióntf, de Mozart y, al finalizar el acto, «Aleluya», de Haendel, actuando como so listas la soprano Paloma Iñiguez; contral to, Carmen Sinabal, y tenores, Tomás Cabrera y Alfonso Echevarría.
sido coronada con una corona de reali dades en los campos de la enseñanza pro fesional y la educación cristiana, en sus obras eminentemente sociales y en su tarea ejemplar de dar un mayor con tenido espiritual de los que la componen, todo lo cual no había de ser, en modo al guno, obstáculo para que también, a tra vés de signos externos, se rindiera el mayor tributo de homenaje a la Madre de Dios y de los hombres. Trató el cardenal de los símbolos, di ciendo que somos nosotros, los hombres, los que necesitamos de ellos. Seña vano —añadió— poner una corona si no pusié ramos nuestra fe en la caridad y en el amor de Cristo. En este mundo agitado, tan necesitado de reconciliación y ds comprensión, tan falto de amor, de ale gría y de paz, todos los símbolos hemos de buscarlos, hoy como siempre, en Cris to Nuestro Señor y a través de María. Por eso —finalizó el cardenal— quere mos prometerle a la Virgen que acepta mos ser fieles a este vasallaje que hoy le expresamos al imponerle una corona. Cuatro seises llevaron las coronas de oro a los padrinos, los señores Fernández Rodríguez-García del Busto, quienes por tándolas se acercaron al cardenal para la bendición. Posteriormente, el prelado, rodeado del respeto y del amor de sus diocesanos, y llevando en aquel momento la representación de la más augusta au toridad de la tierra, procedió a ceñir con sus sagradas manos y ricas coronas las sienes de las imágenes de Santa Ma ría de la Hiniesta y' del Niño en nombre de los sevillanos, representados por mi les allí congregados, que gozosos ento naban la tierna salutación de la salve, a la cual siguieron aplausos unánimes, nacidos de todos los corazones enardeci dos de amor a la excelsa Señora. Previa mente a este acto fue leída la bula de la Coronación, que literalmente dice: EL BREVE PONTIFICIO
El cardenal Bueno Monreal dará su ve nia para que Nuestra Santísima Virgen de la Hiniesta Coronada regrese en pro cesión triunfal a su templo de San Julián, siguiendo el itinerario que d continua ción se detalla: Santa Iglesia Catedral, Avda. de José Antonio Primo de Rivera, plaza de San Francisco, Sierpes, Campana, Mar tín Villa, Villasís, Laraña, plaza de la En carnación (lado derecho). Alcázares, Sor Angela de la Cruz, Dueñas, Doña María Coronel, Bustos Tavera, San Marcos, Ver gara, Hiniesta, Lira, Duque Cornejo y San Julián. La Santísima Virgen, en esta procesión de regreso, será portada bajo ¡as traba jaderas por la cuadrilla de Hervíanos Cos taleros, que tan magníficamente la pasea ron por el barrio de San Julián, con mo tivo de la proclamación del breve ponti ficio, el día 8 de diciembre del pasado año de 1973. A las órdenes de los capa taces Domingo Rojas y Manolo «El Mo reno», llevarán sobre sus hombros la glo ria de Nuestra Señora de la Hiniesta Co ronada, en una demostración de cuanto puede el amor y devoción de un grupo de hermanos, capaces _ de sacrificarse en bien de su hermandad y en una mayor exaltación de la Virg.en de sus amores. El domingo, infraoctava del Corpus, día 16 de junio de 1974, a las diez de la mañana, en la iglesia de San Julián, so lemne función de acción de gracia, donde tendrá lugar la primera comunión que anualmente patrocina la hermandad.-
La misa pontifical fue concelebrada por el cardenal; párroco de San Julián, don Diego Márquez; fray Ismael Bengoechea, don Ramón Ferreira, don Antonio Gon zález Abato, don Antonio Cuesta y don José Domínguez Becerra, actuando como prefecto de ceremonia el canónigo don Miguel Artillo. Durante el pontifical die ron guardia de honor en las gradas del altar números de la Policía Municipal en traje de gala. En la homilía, el cardenal doctor Bueno Monreal se refirió a la festividad de la jornada, la Ascensión del Señor, señalan do que es el día del triunfo de Cristo. Expresó que cuando celebramos la co ronación de la misión de Cristo en la 'Ascensión es natural hacer mención de María, reconociendo en Ella a la Madre de la Iglesia. La coronación —expuso el prelado— es el ficto de culto más solemne que tene mos. No sabríamos ya que hacer, porque en el mundo no tenemos categoría más alta:. La Virgen no gana nada porque le pongamos una corona, ya que en el cielo tiene su corona de gloria.. Dirigiéndose a la fervorosa Hermandad de la Hiniesta dijo que la venerada titular ya había
«Federico Tedesehini, por la misericor dia de Dios, obispo de Túsculo, cardenal de la Santa Iglesia Romana, arcipreste de la Santísima Basílica Patriarcal del Príncipe de los Apóstoles en Roma, -pre fecto de la Sagrada Congregación de la Reverenda Fábrica de San Pedro: Al eminentísimo,señor don José María Bueno Monreal, arzobispo de Sevilla, sa lud en el Señor. Por la carta que enviaste a nuestro Cabildo, al que compete el privilegio de coronar las imágenes de la Madre de Dios, insignes por el arte y por el culto que se les ofrece, nos enteramos con gozo de que en la iglesia parroquial ds San Julián, dé la ciudad de Sevilla, se venera fervorosamente desde ¿hace varios siglos Nuestra Señora la Virgen-" María con el título de «Santísima Virgen de la Hi niesta». Por entender que a esta imagen se le tributa desde muy antiguo un culto fer voroso y que es grande la afluencia de fieles a venerarla, deseando satisfacer el deseo y la petición tuya y de tu pueblo de adornar con corona ós> oro la cabeza de esta imagen de la Bienaventurada Virgen María, con nuestro Cabildo, re unido en la sala capitular v por votación unánime., hemos decretado y mandado íioy que pueda ser coronada con preciosa
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PASIÓN EN SEVILLA
Las diez estampas de una Semana Santa para el olvido LA LLUVIA COMO PROTAGONISTA. NO CABE OTRO TITULAR PARA DEFINIR LA IMAGEN GRÁFICA DE UNA SEMANA SANTA DESASTROSA QUE QUEDARÁ PARA LOS ANALES DE LA MEMORIA DE LA CIUDAD. ESTE ES UN BREVE RESUMEN FOTOGRÁFICO DE LAS INSTANTÁNEAS IMPRESCINDIBLES QUE LOS COFRADES NO EN MUCHO TIEMPO
POR JAVIER COMAS
MARÍA GUERRA
MANUEL GÓMEZ
El estreno de un misterio pasado por agua
Arriesgó y se mojó. Así sucedió y así fue durante todo un Miércoles Santo cerrado en agua que provocó que las ga nas de vivirlo superaran a la razón. El Buen Fin protago nizaba el gran estreno de esta Semana Santa con el impo nente misterio que Darío Fernández Parra ha realizado para la hermandad franciscana. La cofradía también es trenaba la restauración completa de los bordados de un palio que es joya patrimonial de la ciudad. Pero todo ello
quedó en un segundo plano a media tarde, ese día que los hermanos del Buen Fin clausuraron en la Catedral y que tuvo una segunda parte en la tarde del Domingo de Resu rrección. Esos nazarenos no olvidarán lo vivido en una jor nada históricamente poco acostumbrada al agua en las úl timas cuatro décadas, como tampoco olvidaremos la fo tografías de ambos pasos bajo el imponente aguacero por la avenida de la Constitución.
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Humildad y Paciencia
Pocas veces una advocación significó tanto en un momento concreto. Humildad y Paciencia, la del Señor de los Terceros, es la que tuvieron que soportar los nazarenos de Cena ante el tremendo aguacero que les calló al salir de la Catedral y que obligó a dejar el palio en el interior de la Seo, al misterio a volverse en el ensanche de Francos y al segundo paso a colocarle un plástico a la imagen dejando para la memoria de la Semana Santa, de los cofrades y para la portada de ABC esta estampa. La imagen estuvo parada más de diez minutos a los pies de la Giralda a la espera de una decisión que la refugiara lo antes posible. Llovía a mares (y con polvo en suspensión). Entonces, un auxiliar se subió al paso a colocar esta protección que
tapó por completo al Señor convirtiéndose en, quizás, la
fotografía de todo ‘un Domingo de barros’ para olvidar. Así será para la gran mayoría de hermanos de la Cena que sufrieron la lluvia.
M.J.R. RECHI
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Las fotografías están ahí y tienen poca discusión al verlas. El Miérco les Santo de 2024 quedará como una de las jornadas más singulares, a la vez que polémicas, de la Semana Santa de los últimos años. Muchos no entendieron las decisiones de salir de las cofradías que lo hicieron ante las malas previsiones de lluvia, pero gracias a ello, la Semana Santa de esta edición guardará fotos como ésta que se describe. Muchos fotógrafos aún revisan sus archivos para analizar lo vivido a través de sus cámaras. Entre ellas se encuentra la del misterio de la hermandad del Carmen sorteando en la calle Francos un charco de considerable tamaño que firma la memoria de un día y una semana pasados por agua. Esa que fue la gran protago nista de toda la Semana Santa. El algodón, ni la fotografía, engañan. Un gran charco como metafóra de la Semana Santa de 2024
VÍCTOR RODRÍGUEZ
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El sol del Lunes Santo
Resurgió como un ave fénix en mitad de la tarde cuando todo indicaba que podría repetirse lo del Domingo de Ramos. El tra mo vespertino del Lunes Santo despertó cuando las cofradías del Beso de Judas y San Gonzalo decidieron poner su cruz de guía en la calle tras apurar hasta el último instante esa lluvia que llenó de lágrimas, horas antes, las salidas más lejanas de San Pa blo y Santa Genoveva. Decisiones cargadas de riesgo (San Gon zalo abrió sus puertas ante un mar de paraguas), que se torna
ron en las hermosas luces que el misterio del Barrio León reci bió entre la gran arboleda de San Jacinto. La tarde se salvó y nos regaló uno de los pocos sabores dulces de esta Semana Santa para tachar de nuestras vidas. La explosión de cofradías provo có que las calles se desbordaran de un público hambriento de pasos hasta cuando el palio de la Virgen de la Salud entró en su templo entrada la Madrugada. El sol sí brillo, al menos, en la tar de del Lunes Santo.
JUAN FLORES
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