PASIÓN EN SEVILLA ENERO 2024

Con la Venia

Júbilo e insomnio del pregonero

guna ocasión para ese cometido, pero como tenía al- gún asunto pendiente (tomarme una cerveza, no crean que otra cosa) con Paco Vélez, preferí no adelantar acontecimientos. —Sabes para qué te llamo, ¿no? En fin, ya se imaginarán el resto de la conversación. A las siete había que estar en el Consejo y eran ya la seis y cuarto. No vivo al lado, así que había que correr. Evidentemente, aquella noche nos acabamos toman- do la cerveza. No la pendiente, otra, pero una —Supongo que para lo de la cerveza. —No. Queremos hacerte un encargo.

POR JUAN MIGUEL VEGA

L El 7 de octubre de 2023 pasará a la historia de la humanidad como un día de ignominia y ho- rror, pues fue cuando la organización terroris- ta Hamás perpetró los sádicos y abominables crímenes en varios kibutz de Israel que darían lugar a la guerra desatada luego con el ataque de Israel a la franja de Gaza en represalia, causando miles de

cerveza. Fue un día muy hermoso, sí. Y no sé si pasaron dos o tres, no muchos más, cuando empecé la tarea. Toda- vía la Navidad estaba lejos.

muertos; a ellos deben añadirse los heri- dos, los desplazados, la ruina, la pobre- za y el dolor que la espiral de violen- cia ha ido provocando en parale-

También comencé entonces un período de insomnios regu- lares generados por esas ideas que le asaltan a uno en medio de la madrugada, ideas que mayoritariamente desecha nada más amanece, pero a las que resulta inevitable dar mil vueltas. Cuando estas líneas se pu-

lo. Un drama que nos hemos acostumbrado a contemplar tranquilamente en los infor- mativos de la televisión mien- tras almorzamos, como ya pasó con la guerra de Ucrania y todas las demás guerras re- cientes; lo cual no deja de constituir otro drama. La vida, sin embargo, no para

de generar contradictorias pa- radojas, tejiendo esa red de acon- tecimientos que constituye la his- toria; tanto la que se cuenta luego en los libros como la que nos pasa a todos y cada uno, esa otra historia cuyo destino

bliquen faltarán apenas unos días para que el pregón quede apresado entre las nobles pastas que labra el eximio orfebre Juan Bo- rrero por encargo de la tertulia el Cirio Apagao que, generosamente, las regala al

más probable es el olvido o, en el mejor de los casos, conservarse relegada en el lugar secundario que le brin- dará alguna crónica perdida en vaya usted a saber qué archivo. En esa red que constituyen todas las cosas que pasan se dan al mismo tiempo hechos terribles, como el antes referido, y ocasiones felices, como la vivida por el autor de estas líneas aquel mismo día 7 de octubre. No eran todavía las seis y cuarto de la tarde. Yo estaba terminando de ver la remontada del Manchester Uni- ted ante el Brentford cuando en mi teléfono saltó una llamada. En la pantalla aparecía el nombre de Paco Vé- lez, el presidente del Consejo de Cofradías. Yo sabía que esa tarde se elegía al pregonero de la Semana Santa; y también sabía que mi nombre se había barajado en al-

pregonero; no obstante, cuando se escriben, aún fal- ta bastante para eso. Ni siquiera el pregonero ha asis- tido aún a las primeras grandes citas de las muchas que le aguardan y que espera con emoción y una mez- cla rara entre ansia, expectación y deseo de que el tiem- po no pase, que todo discurra lentamente para poder saborearlo. Experiencias por las que, antes incluso de viviras, ya se siente agradecido. Mientras tanto, el pre- gón va cobrando forma con un ‘Bic cristal’ azul en un cuaderno de pastas duras de color rojo con folios de ta- maño cuartilla y en una pequeña moleskine. En el pró- ximo artículo les contaré el destino de esos cuadernos y alguna cosilla más del intramundo del pregón. Esto ya está aquí.

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LAS MANOS ABIERTAS DE LA REDENCIÓN

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