PASIÓN EN SEVILLA ENERO 2024

RECHI

Nombre yo le veo en los ojos el brillo alegre de sus bam- balinas, tan flamencas, tan de barrio de Santiago, pero Mari Ángeles, persona de absoluta confianza de la Se- ñora, es posible que también le revele las honduras de su pena, la factura que siempre pasa el dolor de la pér- dida de lo más querido. Aquellos cuatro años se supe- raron porque volvieron a llamarla para vestir a la Vir- gen en la intimidad más absoluta. No es extraño que te confiese que sufrió y sufrieron los que a su alrededor convivían con sus penas y ansiedades. En esos ojos que son como humanos, te confiesa que

ve a sus abuelos, a sus padres, a aquellos que han sido y son parte importante de su vida. Una vida que se ha mul- tiplicado en parabienes y sonrisas, que traduce como la respuesta de la Virgen a sus plegarias. A las plegarias atendidas. Pese a llevar cincuenta años vistiéndola jun- to a sus compañeras, a puerta cerrada y sin que ningún varón tenga derecho de paso, dice que siente el mismo pellizco que el primer día. Ese es su mayor secreto. Sen- tir cincuenta años después lo mismo que el primer día. —Mari Ángeles ¿es su belleza infinita? —Es punto y aparte…

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LAS MANOS ABIERTAS DE LA REDENCIÓN

PASIÓN EN SEVILLA

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