PASIÓN EN SEVILLA ENERO 2024
Papelitos al Señor YO LO SÉ, PORQUE A ESE CLAVO ARDIENDO, Y POR MI VIDA, SE AGARRÓ MI ALFAYATE UN DÍA, ANTES QUE LUEGO EL FUEGO DE ESE CLAVO SE HICIERA LUZ DE FE EN EL CODAL DE UN FAROL DE CRUZ DE GUÍA
y en Calzados Avenida, y lue- go con Don Miguel Pérez en la Alcaicería, se fue al con- vento y profesó como her- mana, haciendo los votos perpetuos con el nombre de Sor Patrocinio de San José de la Cruz. Una de las últi- mas alegrías que le dimos fue lamañana que fuimos a ver- la, como despidiéndonos de ella, todos los sobrinos. Si, como servidor y su Jefa, son partidarios de Sor Ánge- la, no tengo que contarles lo de los papelitos a la Santa. Los sevillanos le piden gra- cias a Sor Ángela y se las es-
POR ANTONIO BURGOS
Antonio Burgos falleció el pasado 20 de diciembre. Publicó este artículo en ABC el 16 de junio de 2016 S uelo acompañar a Isabel muchas tardes, calle Alcázares adelante, a rezarle a Sor Angela de la Cruz a pie de urna, en la casa donde muy pocos recuerdan que aparte de morir entre violetas la anta de Sevilla nació un poeta campero de garrocha de majagua: Fernando Villalón. Las urnas... ¡Qué sevi- llana es una urna! La urna de San Fernando, la urna de Doña María Coronel, la urna de Sor Ángela... Perdónen- me de que siga diciendo Sor Angela, aun después de su canonización por el Papa de Roma. Soy de los que se- guimos llamando «Sor Ángela» a Sor Ángela, en vez de Santa Ángela, que es lo suyo, pero que suena cacofóni- co. «Cacofónico», en sevillano, se dice que suena muy malamente. Será por esa A junto a otra A pegándose chocazos: la última de «Santa» y la primera de «Ánge- la», Santa Ángela. En todo caso, «Santángela», todo jun- to, fundiendo las dos vocales como funden las campa- nas, sí tiene mejor sonido: suena a esquila del conven- to convocando a coro. Si me tomo la licencia de seguir llamando Sor Ánge- la a la Santa que era zapaterita, como mi madre, es por- que soy sobrino del Cuerpo, de la muy benemérita y se- villanísima Compañía de la Cruz. Mi tía Pepa Burgos Car- mona, que también era zapatera como Sor Ángela, y que trabajó en las tiendas de la familia, en Calzados Catedral
criben en un papelito, que depositan allí, en la capilla de la urna del cuerpo de la Madre de los Pobres. ¿Qué dicen esos papelitos? Pueden imaginarse la cantidad de angus- tias y esperanzas que van escritas en ellos, cuántos ma- les, desgracias y ruinas. Amí me recuerdan los papelitos dirigidos a la Virgen, con promesas, que en Portaceli es- cribíamos durante todo el Mes de María y que solemne- mente eran quemados el día 31 de mayo, en un antiguo brasero de bruñido bronce en el que Carrasquilla se ha- bía gastado todo el sidol del colegio para sacarlo de bri- llo. En aquel brasero ardían nuestras promesas juveniles, como en los papelitos de Sor Ángela van escritas las es- peranzas en Dios, bien recomendadas por la Santa al tra- tarse de sus paisanos, que la tierra tira hasta en el cielo.
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PASIÓN EN SEVILLA
LAS MANOS ABIERTAS DE LA REDENCIÓN
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