PASION EN SEVILLA Nº 150 Octubre 2024

PASION EN SEVILLA Nº 150 Octubre 2024

PASIÓNENSEVILLA

OCTUBRE 2024

CORONA DE ESTRELLAS

3 octubre 2024 ubre 2024 3 octu

Precio: 3 euros Venta conjunta con ABC o: 3euros junta con ABC Precio Venta conj

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El director de la revista recuerda en el artículo que abre este número cómo se vivió en Sevilla la coronación de la Estrella ‘Primer tramo’, por Javier Macías Un estudio revela que el Señor se llamaba ‘Jesús Nazareno’ y que hubo que cambiarlo por un pleito con el Silencio U di l El origen de la advocación del Gran Poder El hermano mayor que logró el hito, Rafael Medina, cuenta en primera persona cómo vivió el acontecimiento Elh Así fue la coronación de la Estrella 6 16

J. M. SERRANO, RAÚL DOBLADO, JUAN FLORES Y MANUEL GÓMEZ

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El director de Canal Sur Radio dedica su artículo a la proliferación de salidas extraordinarias y los dilemas que esto ocasiona Eldi t d ‘Con la venia’, por Juan Miguel Vega

Rubio rescata de la hemeroteca la cobertura que hizo ABC con motivo de la coronación de la Estrella hace 25 años ‘Campana de papel’, por Javier Rubio

Un análisis sobre la figura de Antonio Garduño, el hombre que moldeó en el vestir la iconografía de la Estrella Garduño, autor del 50% de la Estrella

La crónica en diez imágenes del traslado, el besamanos, el triduo, la coronación y la procesión de la Piedad La coronación del Baratillo en diez estampas

El columnista de ABC recuerda la figura de Paco Palacios ‘El Pali’ y la vinculación que tuvo, con su música, con el Baratillo ‘Asuntos internos’, por Félix Machuca

ENTREVISTA Jesús Resa, hno. mayor de Los Estudiantes «Será una salida extraordinaria y de ‘gloria’ con motivo de una acción de gracias. Al Cristo se le tocará la música moderadamente, no en cada chicotá»

Número 150 3 octubre 2024

3,00 euros De venta exclusiva con ABC de Sevilla Números atrasados 902 530 770

Director ABC de Sevilla Alberto García Reyes

Director Pasión en Sevilla Javier Macías

ABC Andalucía Director general Álvaro Rodríguez Guitart

Diseño y maquetación María José Torres-Ternero

Comercialización rginfante@abc.es

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Fotografía de portada J. M. Serrano y Raúl Doblado

Cien años de historia de Los Estudiantes

Durante 21 años, desde 1830 a 1851, las cofradías de Triana desafiaron las corrientes del río cruzando el puente de barcas hasta Sevilla Las cofradías y el puente de barcas

Las hermandades franciscanas de Sevilla mantienen elementos de su iconografía visibles en su patrimonio San Francisco y la Semana Santa

Editado por Diario ABC, S.L. C/ Albert Einstein, 10. Isla de la Cartuja. 41092. Sevilla Teléfono: 954488600

Un reportaje analiza el

Depósito legal: SE-5123-07 ISSN: 3012-7823

contexto histórico en el que se fundó la hermandad, en plena dictadura de Primo de Rivera

Primer Tramo

Una coronación extraordinaria

na con una bulla delante que casi hizo caer una valla metálica, y que obligó a parar el paso, que iba con premura, en una contrareloj para llegar a tiempo a la Catedral tras haber pasado por el Ba ratillo, donde el pueblo le cantó una improvisada Salve. El arzobispo, fray Carlos Amigo –entonces to davía no había sido nombrado cardenal, aunque aquello lo acabó encumbrando al purpurado–, le colocó en sus sienes la presea que Juan Borrero y Paco Fernández le cincelaron en su taller de la ca lle Pureza. La ciudad era una fiesta. La Avenida, al caer la tarde de aquel 31 de octubre, fue un pa seo triunfal con un pasillo de vallas que condujo a la Estrella hasta el Ayuntamiento. En el andén, una alfombra de sal. A partir de ahí, se vivió una de las procesiones más multitudinarias que se re cuerdan. Los horarios se olvidaron, pero nadie se movió. No se cabía. Horas de espera, aunque fue ra en la calle Bobby Deglané para verla pasar en tre naranjos sin que nadie supiera dónde se en contraba más que por el rumor de su cercanía ante la llegada de la cruz de guía, de los tambores leja nos y el «ya están los ciriales», que siempre fue el mejor anuncio de la llegada. Porque lo vivido hace ahora 25 años con la Es trella fue una procesión excepcional, por encima de lo extraordinario, como lo eran las coronacio nes en Sevilla. Porque se reconoció a una de las grandes imágenes de la ciudad por su calidad ar tística y los devotos que arrastra por sí misma. Sin más. Hoy, con un calendario saturado, y ha biendo dado barra libre a estos actos, el recuerdo de lo ocurrido hace 25 años forma parte de la nos talgia por un pasado que, en ocasiones como ésta, sí fue mejor.

POR JAVIER MACÍAS

A QUELLA tarde de octubre al palio de es treno de Garduño lo bautizó un chapa rrón que convirtió en heroico un trasla do verdaderamente extraordinario. No había redes sociales pero la ciudad se echó a la ca lle cuando supo por Onda Giralda y la voz de Fran López de Paz que la Estrella iba por fin para la Ca tedral. Iba a hacerlo por la mañana de aquel día 24, pero se pospuso a la tarde a la espera de una mejoría del tiempo. Nada más salir de la capilla, un aguacero la sorprendió en San Jacinto y la her mandad decidió darse la vuelta. Sin embargo, la lluvia cesó unos metros antes de llegar al templo y un rayo de sol hizo brillar los nuevos bordados. Entre aplausos y lágrimas, la Estrella se giró y em prendió el camino de la Catedral haciendo honor a su apelativo de ‘La Valiente’. Los niños que vivimos aquella coronación de la que ahora se cumplen 25 años, y que no estuvimos en las de la Amargura, la Macarena o la Esperan za de Triana, retendremos siempre en nuestra me moria aquellas dos procesiones de la Estrella, tan to a la ida como a la vuelta, en una época en la que sólo las principales devociones marianas de la ciu dad obtenían este privilegio. Y así lo interpretaba Sevilla, una ciudad acostumbrada a las salidas ex traordinarias pero que celebraba las coronaciones como el evento más importante del año. La Estrella desbordó todas las previsiones. Ese niño acudió a verla junto a las gradas del Archi vo de Indias, entonces en obras, en Fray Ceferino González. Venía por el ocaso la Estrella sin coro

J. M. SERANO / RAÚL DOBLADO

El último secreto del Señor

UNA INVESTIGACIÓN REVELA QUE LA ADVOCACIÓN DEL GRANPODER FUE CONSECUENCIA DE UNA SENTENCIA JUDICIAL

POR JOSÉ GÓMEZ PALAS

RECHI

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El Señor del Gran Poder, a la luz de las velas, durante un día de quinario en su basílica

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Grabado de la imagen de Jesús Nazareno, de la hermandad del Silencio

¿ C uál es el origen real de la advocación del Gran Poder? ¿Desde cuándo se le empe zó a denominar así al originaria mente llamado Jesús Nazareno de la cofradía del Santísimo Poder? ¿Qué motivación existió detrás del cambio de advocación? El doctor en Historia Moderna por la Universidad de Sevilla, Víc tor Daniel Regalado González-Ser na, ha desarrollado una investiga ción en la que da respuesta a to das estas interrogantes. Hasta ahora la advocación del Señor de Sevilla se ha atribuido popular mente a la desbordante devoción que despierta la imagen. «La gran autoridad devocional que ha ejer cido esta imagen en los últimos si glos ha sido de una destacable fuer za entre la población sevillana. Esta cuestión ha provocado que se piense popularmente que en algún momento de inicios del siglo XVIII comenzó por esta razón a ser de nominada esta imagen como Gran Poder», refiere este joven historia dor. Sin embargo, el hallazgo de un documento en el Archivo del Ar

zobispado ha permitido arrojar luz sobre las razones históricas del origen de la advocación del Señor de Se villa. Lo cierto y verdad es que de los 400 años de devo ción que acumula el Gran Poder desde su creación ma terial en 1620, durante casi el primer siglo de su exis tencia no fue conocido así entre los sevillanos. En la carta de pago firmada por Juan de Mesa, que fecha la entrega del Señor el 1 de octubre de 1620, no aparece el nombre de Gran Poder, sino que se habla de un «Cris to con la cruz a cuestas», recibiendo la advocación de Jesús Nazareno la talla que realizó el imaginero cordo

bés para la cofradía de Nuestra Señora del Traspaso, sita por entonces en el convento de Nuestra Señora del Valle. Y hubieron de pasar muchas décadas, con la her mandad ya asentada en la parroquia de San Lorenzo, para que se comenzara a utilizar la advocación de Je sús del Gran Poder. «Los primeros registros documen tales del uso de esta nueva advocación se remontan a 1709. Es con el traslado a este templo parroquial cuan do comienza a conocerse como Santísima Cofradía de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder y María Santísima del Mayor Dolor y Traspaso». ¿Pero a qué se debió el cambio de denominación del

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Grabado de la imagen del Jesús del Gran Poder

la modificación de la denomina ción del Señor de Sevilla «de Je sús Nazareno a Jesús del Gran Poder». «La cuestión derivada por las dobles advocaciones en la ciudad de Sevilla originó no pocos conflictos en el tribunal eclesiástico. El hecho de que hu biera más de una imagen dedi cada a un mismo título dentro del término geográfico de una población generaba la posibili dad de despertar fuertes compe tencias entre corporaciones re ligiosas y vecinos fieles de ellas desviando el verdadero fin reli gioso de las mismas», apunta Re galado González-Serna. Precisamente, la investigación de un pleito entre las Pastoras de Santa Marina y de San Loren zo a cuenta de la coexistencia de esta doble advocación pastore ña es la que ha permitido a este historiador hallar la referencia documental necesaria para cons tatar la existencia del litigio en tre las dos hermandades de la Madrugada, así como la resolu ción del provisor de Palacio fa llando a favor de la hermandad

Señor? Regalado González-Serna revela en su investi gación que el cambio de denominación fue producto de una sentencia judicial. «En concreto, surgió tras un plei to mantenido entre la cofradía de Jesús Nazareno, co nocida como El Silencio, y la hermandad del Traspaso, por pretender la primera que no se permitiera que el na zareno de Juan de Mesa tuviera la misma advocación que su imagen», detalla. Según esta investigación, que verá la luz en la ‘Revis ta Eviterna’ y de la que la revista Pasión en Sevilla le ofrece en exclusiva un adelanto, la problemática de la doble advocación de ambas imágenes es la que motivó

del Silencio y obligando al cambio de denominación del ‘Jesús Nazareno’ de la hermandad del Traspaso. «Se tra ta de una referencia indirecta que plantea la acusación entre la argumentación presentada en la década de 1720 por parte de la hermandad de la Divina Pastora de San ta Marina con el objetivo de que se impidiese la creación de una segunda corporación dedicada a dicha advoca ción mariana en la parroquia de San Lorenzo», explica el historiador. La referencia documental a este «precedente judi- ∑∑∑

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Grabado de un altar de cultos del Gran Poder, con el Señor, la Virgen y San Juan Evangelista

El desarrollo de la presente investigación ha llevado al historiador Víctor Daniel Regalado González-Serna a localizar otros casos de conflictos solventados en el tribunal eclesiástico por el problema de las dobles advocaciones a fin de entender mejor por qué se decidió por parte Otros pleitos por dobles advocaciones llegó a tales niveles que los cofrades de ambas hermandades terminaron durante la procesión de la Semana Santa de dicho año a bofetadas por las calles de Constantina. «Si bien no consta la decisión del juez en este pleito, bien es verdad que sería previsible la amonestación a las partes implicadas y, tal vez, el cambio de advocación a la cofradía que tuviera la

del provisor el cambio de denominación del Jesús Nazareno de la hermandad del Traspa so. «Entre 1715 y 1720 parece ser que se dio un pleito por doble advoca ción entre la herman dad de Nuestra Señora de Aguas Santas, con domicilio en la parro quia de San Pedro, contra el convento franciscano de Aguas Santas, situado en el término de Villaverde del Río», según se desprende de la misma documentación aporta da en los Autos que sigue la hermandad de la Pastora de Santa

talla más reciente», explica el historiador sevillano. Por regla general, el provisor tomaba alguna disposición suave como simplemente cambiar la advocación de una de las dos imágenes. Sin embar go, en otros casos parece que se admitió la coexis tencia de ambas advoca ciones imponiendo algún tipo de arreglo que facilitase al menos cierta relación pacífica entre los fieles. En el citado caso del pleito de las Pastoras, finalmente se optó por parte del provisor que se arreglase el asunto permitiendo la doble advocación en ambas hermandades. «Se argumentó para ello la numerosa población existente en Sevilla y la gran cantidad de fieles que tenía la Divina Pastora en la ciudad,

Marina contra el clero de la parroquial de San Lorenzo sobre prohibir les el título de Pastora a una imagen que tienen en dicha parroquia. En 1730 surgió otro pleito entre las hermandades de la Vera Cruz y la de Santa Ana, localizadas en la villa de Constantina. Ambas corporaciones tenían una talla cristífera dedicada a la advocación de Jesús Nazareno y las dos querían procesionar por las calles del municipio en el Viernes Santo. La crispación

El paso del Gran Poder, con respiraderos tallados y candelabros de guardabrisa, en la parroquia de San Lorenzo

pudiéndose compartir la advocación mediante algunos arreglos como la no coincidencia de ritos o la existencia de cierta separación geográ fica entre las collaciones de Santa Marina y San Lorenzo».

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Daniel Regalado González-Serna, en la basílica del Gran Poder. A la derecha, la sala del Archivo del Arzobispado

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cial» dice concretamente así: «Ocurrió pleito por la co fradía de Jesús Nazareno sita en la iglesia de San Anto nio Abad de la calle de las Armas, con la que hoy está sita en dicha parroquial [San Lorenzo], sobre que esta no usase la misma advocación. Se prohibió con efecto por sentencia definitiva, por cuya razón se puso a dicha imagen el título del Santísimo Cristo del Gran Poder, como hoy se venera». El documento hallado por este historiador no apor ta, desgraciadamente, ninguna referencia para locali zar el pleito al que se alude entre el Silencio y la herman dad del Traspaso. «Durante esta investigación he trata do de localizar el pleito original, pero por desgracia se encuentra perdido o, al menos, no localizado. No sabe mos tampoco siquiera si se conserva la documentación completa o parcialmente, ni en qué archivo pudiera lo calizarse entre los varios posibles». Ante la falta de referencias temporales, este historia dor sitúa la celebración del pleito en algún momento in determinado de la primera década del siglo XVIII, del proceso de instalación de la hermandad del Traspaso en la parroquia de San Lorenzo. «Como posible finali zación del pleito sí podemos suponer que debió ser en el año 1708 o incluso acabar en el 1709, por cumplirse

entonces el cambio de título al que se les condenó en el Palacio Arzobispal». Lo que el documento no deja lugar a dudas, subraya Regalado González-Ser na, es que «ambas corporaciones plei tearon por el mismo asunto, sin decir nos fecha, aunque parece que entonces el litigio era bien conocido por los impli cados en este otro pleito entre las her mandades pastoreñas de Santa Marina y San Lorenzo».

«También es destacable que judicialmente se dio la razón a la hermandad del Silencio, debiendo la del Tras paso buscar nueva advocación para el Cristo de Juan de Mesa, a pesar de no conocerse los detalles argumen tados por ambas corporaciones», refiere el historia dor. ¿Y qué llevó a la autoridad eclesiástica a fallar a favor de los hermanos de la Primitiva en este pleito cuando en otros litigios por causa similar se aceptó la coexis tencia de dobles advocaciones? Aunque por el momen to no se conozcan los detalles del proceso judicial, Re galado González-Serna tiene su propia teoría al respec to: «La autoría de Jesús Nazareno del Silencio se data

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Postal antigua de colección del paso del Señor del Gran Poder

en la primera década del siglo XVII, unos diez o quince años antes que la del Gran Poder. Muy posiblemente esta debió ser la causa determinante que motivaría la sen tencia favorable a la parte denunciante. Si, además, la devoción no era tan numerosa aún, como sí ocurría en el caso de la Divina Pastora, sería lógico que se consi derase que con una única imagen dedicada a la devo ción de Jesús Nazareno sería suficiente para la ciudad de Sevilla». La investigación de este historiador sevillano tam bién deja apuntadas dos teorías sobre por qué los her manos de la cofradía del Traspaso acabaron eligiendo la advocación de Jesús del Gran Poder para su imagen titular y no otra. «Una es que los propios hermanos se

leccionaran la nueva denominación tras una cierta de liberación partiendo totalmente desde cero y sin nin gún fundamento previo. La otra posibilidad es que tra dicionalmente en la memoria colectiva de la ciudad la advocación llegase por el fuerte fervor y por el uso fre cuente de su nombre popular, imponiéndose sobre el original. Ciertamente es posible que por el apremio del uso cotidiano pudiera comprimirse popularmente la denominación de Jesús Nazareno de la cofradía del San tísimo Poder y se modificase por la de Jesús del Gran Poder. No obstante, gracias a esta investigación ya sa bemos que no fue así, puesto que la razón del cambio fue una sentencia judicial», concluye Regalado Gonzá lez-Serna.

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ARCHIDIÓCESIS DE SEVILLA

CUALQUIER TIEMPO PASADO

Primer Congreso de Cofradías La rampa de salida para un arzobispo

El primer Congreso de Cofradías fue una idea que maduró a mediados de los 90 el entonces arzobispo, Carlos Amigo. Se trataba de analizar el fenómeno de la religiosidad popular que tanto le estaba llamando la atención al prelado castellano. Esa forma de lo que ahora se denomina ‘Piedad popular’ no era ya cosa de personas sin formación. Desde que llegó a Sevilla en 1982 se dio cuenta que ahí participaban catedráticos, profesores, arquitectos, gente ilustra da y no solo creyentes de las capas populares que ejercían eso que se dio en denominar como la fe del carbonero. El gran tratado de este fenómeno fue el pregón de Javierre de 1993, en el que el sacerdote relató su experiencia en la defensa de estas maneras de entender la religión. Los dos congresos, el primero y el segundo, tienen varias cosas en común si lo miramos desde otra perspectiva. Ambos se celebran en las vísperas de un Año Santo, momento

en el que la Iglesia se encuentra en plena ebullición. Ambos se celebran en un ambiente de final de pontificado. En el 99, Juan Pablo II estaba franca mente mal, tanto que se especuló con su dimisión y, en el caso actual, aunque Francisco acuda a viajes transoceánicos, no parece muy lejano el relevo que ahora se puede producir por renuncia. En ambos casos también los arzobispos de Sevilla se situaban entre los candidatos a coger la birreta cardenalicia. En septiembre de 2003, cuatro años después del primer congreso (al que vinieron cardenales desde Roma que se quedaron impactados por la moviliza ción religiosa en Sevilla), el Papa Wojtila creó cardenal a Carlos Amigo. Ahora son muchas las esperanzas (al menos en Palacio) de que Bergoglio haga lo mismo con el arzobispo Saiz. ¿Tienen relación los congresos con los cardenalatos? Hay quien piensa que sí. Pero eso solo el tiempo lo dirá...

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por José Cretario Cretariadas

EL PODIO

ALTO SECRETO

Nazareno de oro El Baratillo

TENSIONES . Las relaciones entre el Ayunta miento y el Consejo no están en su mejor momento. Prueba de ello son los constantes desencuentros entre Fiestas Mayores y la calle San Gregorio que han tenido su punto cenital en los preparativos de la Magna. Al Ayunta miento todavía le duele que de la fecha de la procesión se tuvieran que enterar por la prensa. Y, aunque eso no fue cosa exclusiva del Consejo –ahí tuvo que ver mucho el arzobispo y su corte–, parece que se ha focalizado ahí el malestar. A ver cómo está la cosa el año que viene cuando haya que renegociar la cesión del espacio de la carrera oficial para los próximos cuatro años. VIRGEN DE LOS REYES . La gestión de las cosas de la Catedral no es un camino de rosas. Dentro del Cabildo existen sus tensiones fruto de las cuales han sido esas idas y venidas en torno a la participación de la patrona en la procesión del Congreso. Nadie de la organiza ción, solo una mayoría de canónigos –no todos– veía esa idea inicial de quitar a la Virgen de los Reyes de en medio sin que pasara por la mayor parte del recorrido de la Magna. Porque el primer plan era llevarla al Palacio de San Telmo y recogerla cuando pasara por allí el último paso, que será el de la Macarena. Ahora, con la reforma del recorrido parece que ha llegado también una reforma de la mentalidad: la patrona llegará a la Plaza de Toros y se recogerá de noche. Esto y lo ante rior es como la noche y el día.

Con el elemento en con tra de la fecha, la her mandad del Arenal ha logrado desarrollar unos actos modélicos. Todo el mundo elogió la ceremonia catedralicia de la imposición de la diadema por

su corta duración y por la música, pero otros muchos aspectos también fueron admira bles: las procesiones, el altar del triduo en el Sagrario, la selección musical del Carmen y del Sol... Nazareno de plata El mural de la Estrella

Cómo una foto de Albarrán de los años 40 se puede convertir en un icono del arte urbano. Eso es lo que ha conseguido Daniel Franca con su iniciativa de colocar el mural de la Estrella en el antiguo edifi cio de Correos de la calle San Ja

cinto. El primer fin de semana tras su coloca ción la gente ya se hacía fotos y ‘selfies’. Eso quiere decir que el invento ha funcionado. Nazareno de hojalata Los chilladores de las Pastoras

Estas hermandades tienen un problema y también tienen en su mano la so lución. Las Pastoras de septiembre –Santa Ma rina y Triana– han sido escenario de los nuevos numeritos de los chillado res, esa especie urbana cuyos gru

pos organizados van a de procesión en pro cesión para chillar. Pero cuando se trata de las Pastoras ya se desatan.

JUAN FLORES

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La Estrella en su gloria

ANTES DE QUE TODO SE DESBORDARA, LA VIRGEN DE LA ESTRELLA FUE LA QUINTA DOLOROSA DE SEVILLA EN SER DISTINGUIDA CON LA CORONACIÓN CANÓNICA. CUANDO ESTE TIPO DE ACONTECIMIENTOS SE MARCABAN CON LETRAS DE ORO EN EL CALENDARIO Y SUPONÍAN UN ANTES Y UN DESPUÉS EN LA VIDA DE UNA HERMANDAD Y DE TODO EL MUNDO COFRADIERO. UN ACONTECIMIENTO DIGNO DE FIGURAR EN LOS ANALES DE JUAN CARRERO

POR JOSÉ MANUEL DE LA LINDE

H oy hacemos memoria de todo ello con Rafael Medina Cabral, quien fuera el hermano ma yor en los albores del milenio. Juró el cargo ante la tumba de quien le precediera en es tos cometidos: su propio padre, enterrado en la capi lla, Rafael Medina García de la Vega. Precisamente fue él uno de los primeros en introducir la idea de la coro nación en la hermandad, allá por los años setenta del pasado siglo. Rafael Medina hijo, Fali, tenía tan sólo 33 años cuan do le transmitió al presidente del Consejo Antonio Ríos la inquietud reinante en la corporación del Domingo de Ramos. Éste la eleva al arzobispo Carlos Amigo Va llejo. La discreción y buen hacer de los protagonistas es fundamental para que todo tome ritmo crucero. «Lo recuerdo perfectamente», recuerda. Era el Do mingo de Ramos de 1996 y Antonio Ríos se acerca a la presidencia del paso «para decirme que don Carlos quería verme al día siguiente en San Gonzalo». Rafael Medina añade a la responsabilidad de tener a su cofradía en la calle los nervios de un mensaje que quiere transmitirle el prelado. Y eso que es esa misma mañana había estado en la capilla de la calle San Ja

cinto en la habitual visita a las hermandades de cada día y no le había dicho nada extraordinario. Pues allí se encontraron. Amigo Vallejo le habla del I Congreso de Hermandades y Religiosidad Popular que se iba a celebrar en Sevilla y de su lema ‘Iglesia en camino’. «Qué mejor que culminarlo con la coronación de la Virgen de la Estrella. Pídemelo». Es lo que le con fiesa el entonces futuro cardenal a Medina, tras llevar lo a un aparte antes de subirse de nuevo a su coche en el Barrio de León. Máxima confidencialidad para coronar a la Estrella Se desatan todas las ilusiones en Rafael Medina y la petición formal llega a través de un escrito que él fir ma y redacta con el apoyo del diputado mayor de en tonces, José Manuel García, y del secretario, José Car los Ríos, entre otros miembros de Junta. «Todo salió bien entre otras cosas porque es José Luis Peinado, al que guardo un enorme cariño, a quien Carlos Amigo Vallejo encarga todo», recuerda. La repuesta oficial el 8 de octubre de 1996 cuando Rafael Medina sale elegido como hermano mayor para

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El arzobispo Carlos Amigo coloca la corona de oro en las sienes de la Virgen de la Estrella a las 12:07 horas del 31 de octubre de 1999

NIEVES SANZ

un segundo mandato y acude al Palacio Arzobispal para presentar su nueva junta de gobierno. De nuevo el prelado lo llama aparte y le comunica: «Por la uni dad que tiene la hermandad, por su historia, ante su enorme devoción, hoy te puedo comunicar oficialmen te que la Virgen de la Estrella va a ser coronada canó nicamente». Esa misma noche, Rafael Medina convoca a sus miem bros de junta a un cabildo extraordinario en la capilla, ante el altar de la Virgen. Rafael Medina comunica a sus compañeros la decisión de don Carlos y juran si lencio. La Estrella estaba de testigo. «Hay que abordar lo todo con suma discreción». Para esto se crean las distintas comisiones y se ponen a trabajar. Finalmente es el Arzobispado quien realiza el anun

cio oficial. Es el 10 de octubre de ese mismo año, cuan do el compañero José Luis García publica la noticia en las páginas de ABC. Por delante quedarían dos años de intenso trabajo implicando a todos los hermanos, al

barrio y a todas las hermandades. Sánchez Dubé, pregonero

José Sánchez Dubé juega un papel fundamental en la historia de esta coronación. El primer presidente se glar del Consejo de Hermandades y fundador de este órgano estuvo siempre al servicio de la Iglesia de Se villa. Pregonero de la Semana Santa de Sevilla en 1970, tuvo el honor de pregonar la coronación canónica de su Virgen de la Estrella unos años más tarde en el mis mo Teatro Lope de Vega. Este cronista lo entrevista jus

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to después de la transmisión del acto en la extinta Onda Giralda. Exhausto, una vez que había pronunciado su pieza, sentado en los sillones de cuero del teatro, Sán chez Dubé se muestra contento y agradecido. Soñan do ya con el próximo 31 de octubre tras un pregón que le había brotado del corazón. Rafael Medina recuerda que Dubé siempre le contaba que, cuando Carlos Ami go le avanzó que la Virgen de la Estrella iba a recibir tal distinción, él no se pudo contener: «¡Hombre, ya era hora». Don Carlos lo miró extrañado inquiriéndo le con la mirada una explicación. «Porque es la mía», atinó a responder este hombre de suma discreción. Nunca había ejercido influencia alguna. O sí, para que esta buena nueva llegara antes. El diluvio trianero El 24 de octubre, día del traslado previo a la Catedral queda marcado por esa imagen que también plasmó en su portada al día siguiente ABC: la Estrella por la calle San Jacinto entre un auténtico mar de paraguas y bajo el diluvio universal. La salida anunciada por la mañana se vio suspen dida por la lluvia. Meteorología comunica que es a par tir de las tres y media de la tarde cuando la comitiva no correrá peligro y es la hora anunciada para la sali da. Cuando la imagen llega a la altura de Rodrigo de Triana, arrecia. Tras unos momentos de confusión la junta de gobierno decide regresar y el palio da un giro de ciento ochenta grados para volver sobre sus pasos. Incertidumbre. La mujer de la hoy llamada Aemet, que descuelga el teléfono al otro lado, ya conocía la voz del hermano mayor. «¿Usted otra vez? En Sevilla no está lloviendo», le dice. Y en Triana estaba cayendo la mun dial. Era tan sólo una nube pero que descargó como si fuera un temporal en el barrio. Tras la conversación telefónica, la Estrella decide continuar por la calle San Jacinto. Poco a poco el cielo se va aclarando. Juan Bo rrero exclama en el puente: «Triana siempre ‘palante’». Su alter ego, Paco Fernández, sueña con ver su obra sobre las sienes de la Virgen. En el Arenal, el Baratillo. A todo esto hay que sumar los temores en los días pre vios; las dudas sobre las obras del mercado y del puen te con el riesgo de que no estuvieran terminadas a tiem po para el paso de la Estrella. Finalmente fue posible. La Estrella alcanza la Puerta de los Palos pasadas las ocho de la tarde a los sones de ‘Amarguras’. Rafael Medina confiesa que «si aquella tarde no hubiera sido posible, hubiéramos llevado a la Virgen a la Catedral en un furgoneta pero yo me había comprometido a que

El hermano mayor, Rafael Medina, confiesa que si aquella tarde no hubiera sido posible por la lluvia, hubiera llevado a la Virgen a la Catedral en una furgoneta

Los devotos se entregaron de tal forma que hubo oro para hacer unas nuevas potencias al Señor de las Penas

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La Virgen de la Estrella en el Altar del Jubileo en la ceremonia de su coronación

FOTOS: ARCHIVO ABC

La corona

La hermandad tuvo muy claro desde el principio la necesidad de ejecutar una nueva presea. «Se dice a los devotos que será de plata o en oro en función del oro que se recaude», recuerda Rafael Medina. Y vaya si se recoge, que dio hasta para unas nuevas potencias para el Cristo. No fue el proyecto de Juan Borrero y Paco Fernández el único; se barajan otros proyectos de Garduño y de Joaquín López. «La gente se me acercaba a dar sus pequeñas donaciones con toda la ilusión del mundo. Esta pequeña cruz de mi hijo que ya no está, estos pendientes de mi madre…». La corona incluye en su canasto una reliquia, una pequeña astilla del Señor de la Penas que también había sido recientemente restaurado por los técnicos del IAPH descubriendo la autoría de José de Arce.

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estuviera allí para el Triduo y así fue», con cluye. Coronación única La mañana del 31 de octubre de 1999 nace radiante de sol. Momentos previos a la co ronación de nervios, carreras, emoción, man tillas blancas… La Virgen de la Estrella ves tida como nunca por Garduño, con las ma riquillas. Joaquín Sainz de la Maza dice al hermano mayor que no se preocupe, que del protocolo se encarga él. No falta nadie. A las 12:07 horas del mediodía de aque lla jornada previa a Todos los Santos, el ar zobispo Carlos Amigo Vallejo coloca la co rona sobre la imagen. Momentos antes, el periodista, Fran Ló pez de Paz, hermano de la cofradía desde su más tierna infancia, proclama parafra seando a los hermanos del 32: «Lo que del pueblo es, al pueblo vuelve». Rafael Medina recuerda emocionado.

«Todo fue maravilloso: los seises bailando ante la Vir gen, la emoción, las lágrimas. Se veía satisfecha toda una vida de servicio a mi hermandad». Lo que nunca olvidará este hermano mayor fue cuando el hermanos Pablo le dijo que subiera al presbiterio, y al fundirse en un abrazo con don Carlos, éste le confiesa: «Esto está siendo impresionante. Enhorabuena». Una coronación que no estuvo falta de anécdotas. Cuando el prioste se acerca a Medina para comunicar le un último problema: «Los Seises no pueden con la corona para llevarla al altar». El hermano mayor no duda en decirle que sean los mismos priostes los que la porten que para eso se lo habían trabajado. «Manuel Serrano y Manuel González fueron mi dos seises», son ríe el hermano mayor. El prioste primero es luego el encargado de ajustar también, con no poco trabajo por Los seises no podían con la corona y tuvieron que auxiliarlos los dos priostes, que la llevaron hasta el arzobispo para que se la colocara en sus sienes a las 12:07

diferencias de altura el perno de la Virgen. Hay quien dice que fue una coronación a medias entre Amigo y Serrano. Rompe el Aleluya, las campanas y los aplausos. Caen las lágrimas. Medina, que se abraza a su teniente mien tras su madre, Pepita Cabral, canta como integrante de la Coral de Sevilla la pieza de Haendell. Cuatro kilos setecientos gramos del incontable amor de los hermanos de la Estrella para su Virgen en for Aquella jornada de la coronación que había comenza do a las 7 de la mañana del 31 de octubre culminó a las seis de la mañana del ya 1 de noviembre. Tres horas después, el descanso del hermano mayor se ve de re pente interrumpido por un timbre de teléfono. Eran las 9 de la mañana. Lo coge la esposa de Medina, Gra cia Humanes. «Es don Carlos», dice. Le pasa el auricu lar. Monseñor Amigo estaba exultante. «¿Todo bien, verdad? ¿Te ha gustado la homilía? Estoy aquí con Pa blo pensando que la podemos pasar a papel bonito y te la doy firmada para que la tenga de recuerdo la her mandad». Amigo Vallejo certificó con estas palabras una coronación canónica como las de antes. ma de corona. La llamada

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La Virgen llegando al

Ayuntamiento de regreso de la Catedral. A su derecha, José Sánchez Dubé en el atril. Debajo, los seises bailando delante de la Estrella

FOTOS: ARCHIVO ABC

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Así contó ABC... la

coronación de la Virgen de la Estrella

POR JAVIER RUBIO

«S evilla se echó a la calle para ver a su Estrella ya coronada. La emoción, los llantos, las ri sas y los abrazos se prolongaron desde la Ca tedral hasta el Ayuntamiento para que des pués la Virgen llegara hasta Triana acompañada por todo el cariño y el amor que en esta ciudad se tiene hacia Ma ría Santísima». El pie de foto acompañaba la imagen del arzobispo Amigo colocando la corona sobre el titular más destacado de la portada de aquel 1 de noviembre de 1999: «Estrella de Triana y de Sevilla, coronada». Era la segunda portada consecutiva dedicada a la ima gen trianera ya que el mismo domingo de la coronación, los lectores encontraban en el quiosco una foto de la Vir gen de la Estrella a toda plana con el sugerente título de ‘Estrella de la mañana’, una de las letanías lauretanas con que se honra a la Virgen tras el rezo del rosario: ‘Stella ma tutina, ora pro nobis’. El inolvidable Fernando Carrasco firmaba la crónica de la ceremonia, que arrancaba de este modo: «El solem ne pontifical estuvo cargado de emoción, y por qué no de cirlo, de lágrimas. Dos horas justas duró. Dos horas que se hicieron cortas para lo que aconteció en el templo me tropolitano. Y es que no era para menos. Altar magnífico, naves catedralicias a rebosar, y en la menta una imagen, la de María Santísima de la Estrella a punto de ser coro nada». Después se extendía por el contenido de la homi lía de fray Carlos. El periódico le dedicó una cobertura especial de ocho páginas para un acontecimiento que ponía el colofón al I Congreso de Hermandades y Religiosidad Popular, desa

rrollado en la última semana del octubre «más lluvioso de los últimos 39 años», esto es, desde 1960. De hecho, el Ta marguillo, de infausta memoria, volvió a desbordarse por Pino Montano pero sin consecuencias. La lluvia fue protagonista también de la coronación de la Virgen de la Estrella, por supuesto. Inolvidable en la re tina el palio avanzando bajo el aguacero camino de la Ca tedral una semana antes de la coronación. ABC lo recogió así: «La Estrella desafió a la lluvia y volvió a ser ‘la Valien te’». La crónica narraba con un punto de épica lo sucedi do el domingo 24 de octubre: «María Santísima de la Es l últi 39 ñ t d d1960Dh h lT

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Campana de papel

Broche de oro del Congreso

La coronación de la Virgen de la Estrella se presentó como el broche de oro del I Congre so de Hermandades y Religiosidad Popular. El propio arzobispo designó a la imagen trianera como «Estrella y guía que anuncia y señala el camino que es Cristo» y «luz del nuevo milenio», en línea con el magisterio del Papa Juan Pablo II que los obispos del Sur de España había recogido en el docu mento de 1993 ‘María, estrella de la evangeli zación. La fuerza evangelizadora de la piedad popular’. En el balance del congreso, monseñor Amigo «insistió en que las previsiones realizadas por los organizadores los han superado, ‘tanto en la participación numérica, porque nosotros habíamos hecho cálculos para 1.500 congresistas y hemos estado cerca de los dos mil, sino porque las personas que han estado en la Catedral durante el congreso han participado de forma activa en las diferentes sesiones».

trella tenía que ir a la Catedral y fue. Luchó contra la lluvia y ganó la par tida. Apostaron en San Jacinto por la ida ayer domingo y no se equivoca ron. Y es que Ella no podía quedarse en casa. Sus hijos, agolpados desde primera hora de la mañana, la espe raban con los brazos abiertos para pi ropearla, para alabarla, para llevarla en volandas al templo metropolitano. Por eso, una vez más, Ella, María San tísima de la Estrella, desafió a las con diciones climatológicas y volvió a ser, de nuevo, ‘la Valiente’». El traslado estaba previsto para las 9.30 de la mañana pero el día había amanecido metido en agua y no había manera de sacar un paso a la calle. Fi nalmente, se fijó las tres y media de la tarde como hora de partida, apurando para llegar a la Catedral antes de que anocheciera. Llegó a salir a los sones de ‘Estrella sublime’ interpretada por la banda de la Oliva. Luego, ‘Corona de Estrella’ de Bienvenido Puelles, que el mismo au tor escuchó emocionado con lágrimas en los ojos en la calle San Jacinto. Pero… «pero el agua volvió a aparecer. No ha bía llegado el palio al Altozano cuando descargó un aguacero y se oscureció el cielo. Fuerte caía la lluvia y, de pronto, se decidió volver al templo. Entonces tre Luc tida ida ron enc prim raba rope env Por e tísim dicio de nu El 9.30 aman mane nalm tarde paral anoch Lle sublim la Oliv Bienve tor esc en los o «pero e bía lleg

Pero la fiesta grande ocurrió en el trayecto de vuelta, en la madrugada del día de Todos los Santos. El periódi co del 2 de noviembre, Juan José Borrero firmaba la cró nica: «Faltaban pocos minutos para las cinco de la madru gada. El paso de la Estrella arriaba en su capilla. Los her manos cantaban la salve con las puertas de par en par. Se asomaba curiosa Triana. Eran los últimos renglones de un guión cumplido tal como lo habían soñado quienes desde 1996 anhelaban la noche más hermosa de San Ja cinto, una fugaz primavera en un postrero octubre». Y seguía narrando: «Diez horas duró la procesión ex traordinaria de la imagen coronada. Cual Domingo de Ra mos, aunque con itinerario en dirección única. Siempre sobre los pies, con chicotás eternas, ni siquiera un arran que de alivio cuando excepcionalmente los tambores mar caban la marcha». Triana, en efecto, estaba de enhorabuena. Al día si guiente, 2 de noviembre, el arzobispo Amigo y la conse jera de Cultura, Carmen Calvo, firmaban un convenio para la restauración del retablo de Pedro de Campaña de la real parroquia de Santa Ana junto a otros bienes muebles de la archidiócesis y la rehabilitación de seis templos: el Salvador, Santa María la Blanca y la iglesia del Buen Suceso en Sevilla capital, y los de San Miguel en Morón, Santa María de las Nieves en Alanís y San Pe dro en Sanlúcar la Mayor.

descar cielo. F se deci Triana entera comenzó L Vi l í

Triana entera comenzó a llorar de rabia, de impotencia. La Virgen se volvía a casa. No podría llegar a la Catedral [...] Hay desconcierto –cara desencajada en el hermano mayor y los miembros de la junta de gobierno– y, de pronto, decisión inapelable: ‘Vamos a la Catedral aun que sea a paso de mudá’, se oye entre los costaleros. Y los trianeros, con los ojos completamente empañados, gritaban al unísono que ‘no os podéis volver atrás, aquí estamos para lo que haga falta. Ciriales de nuevo hacia el puente y revirá del palio a los sones de ‘Estrella Su blime’. Fiesta en Triana, fiesta en Sevilla».

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La Estrella de Antonio Garduño

EN 2027 SE CUMPLIRÁN 100 AÑOS DE SU NACIMIENTO. CIEN AÑOS DE UN HOMBRE QUE FUE EL RESPONSABLE –LO SIGUE SIENDO– DE BUENA PARTE DE LA ESTÉTICA ACTUAL DE LA SEMANA SANTA DE SEVILLA Y DE TODAS AQUELLAS QUE SE QUIEREN PARECER A ELLA. UN HOMBRE IRREPETIBLE, AUTOR DEL 50% DE LA VIRGEN DE LA ESTRELLA

POR FRANCISCO J. LÓPEZ DE PAZ

Antonio Garduño, eterno vestidor de la Estrella, retoca el tocado de encaje

ABC

E n su día el profesor Palomero Páramo indicó que una imagen era en distinto porcentaje, obra del escultor y del vestidor. A veces 50/50 otras 30/70. En el caso de la Estrella se puede decir que la Virgen, una de las dolorosas capitales del Barro co español es algo a medias entre Luisa Roldán y Anto nio Garduño Navas. De lo primero no estamos del todo seguros, pero de lo segundo sí. No hay duda de que Antonio Garduño junto con Juan Manuel Rodríguez Ojeda fueron los grandes maestros del arte del atavío en el siglo XX. Después vinieron to dos los demás, pero arriba del todo están dos artistas que aportaron estilos y planteamientos nuevos que des pués se hicieron algo común y global. Los dos coinciden

en ser hombre apasionados del arte y con una imagina ción sin límites. Antonio Garduño es ya un mito en el mundo de las cofradías y todavía más lo es en la Estrella. De familia originaria de Zafra-Badajoz, entra en su hermandad con quince años, en 1941, por vecindad. En Pagés del Corro número 64 estaba ‘La Extremeña’, la panadería de sus padres. A los 19 años ya formaba parte de la junta de go bierno mientras estudiaba en Artes y Oficios, iba a apren der al taller de Guzmán Bejarano e intentaba ser tore ro. Comenzó de vestidor por casualidad. Sería a finales de los 40 cuando, ocupando la priostería, el entonces vestidor de la Estrella, apellidado Barreiros, llegó des de la tienda que regentaba con un delantal y en mal es

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Garduño colocando alfileres a la Virgen encima del paso

ABC

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Las mariquillas

En un viaje a Japón en 1972, el hostelero Paco Ramos, propietario de Río Grande compró tres perlas japonesas para traérselas a la Estrella. Las perlas no son redondas sino que una de sus caras se presenta plana. Cuando Ramos llega y entrega las perlas a la junta que por entonces preside Rafael Medina García de la Vega, Antonio Gardu ño era el artista de cabecera de la hermandad. Se pone manos a la obra y diseña para las perlas, tres estrellas de 16 puntas de dos tamaños. El joyero Antonio Adriano es el que recibe el encargo de hacer realidad el diseño. Monta las perlas en platino y siembra las puntas y la circunferencia que rodea la perla de brillantes. Se estrenaron en la Semana Santa de 1973. En aquella ocasión se dispusieron las tres en el lado distinto al puñal. Pero no comenzaron a popula rizarse, primero en la hermandad hasta que Pepe Garduño le hace una icónica foto tras el besama nos del año 1974, el último que se hizo en la antigua casa hermandad ahora capilla. En esa foto aparece la Virgen enseñando el pelo y con las tres estrellas en el lado del puñal. Recuerdan en la hermandad que en aquella foto la Virgen lucía

un encaje muy valioso regalado por su entonces camarera Pepita Cabral. A partir de ahí, y aunque las tres joyas no se le colocaban a la Virgen nada más que el Domingo de Ramos, las ‘mariquillas de la Estrella’ empiezan a calar entre la gente y comienza la identificación como elemento icónico. Hoy 51 años después se puede decir que las mariquillas funcionan a manera de imagotipo y que aparecen en numerosas insignias y enseres de la cofradía como la toca de Garduño bordada por Elena Caro, el guion de la coronación o la saya de Sergio Cornejo bordada por Luis Miguel Garduño, y no como tales pero sí sus formas aparecen en los faldones y en las perillas de los varales de Juan Borrero. Su creador, Antonio Garduño, incluso las quiso reproducir en la corona que proyectó para la coronación de la Virgen y que al final no llegó a ejecutarse. Las mariquillas de la Macarena, las de la Estrella, el ancla de la Esperanza, la Cruz de Malta de la Amargura, el crismón de los Javieres… son elementos simples de las cofradías sevillanas, algunos de ellos joyas y otros escudos que logran funcionar más y mejor que pinturas o logotipos.

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Los que llegaron después practicaron variaciones so bre el estilo de Garduño, su hermano Pepe lo hizo evo lucionar casi sin límites en la Macarena, también Paco Morillo, Fernand… Antonio tuvo a la Estrella como la musa de su vida. Para la cofradía hizo de todo, el escu do, las insignias más importantes, el palio de 1995 que ha quedado bautizado con su nombre… amén de un sin fín de obras y proyectos para cofradías de toda Andalu cía. «Cuando Antonio se encerraba en el estudio –escri bió Rafael Muñoz– se constituía en hombre en el exilio, dejando lejos la tierra, obligándose a soñar, sintiéndo se literalmente solo. Fue la tónica dominante en los úl timos años de su vida». Unos últimos años en los que ya no estaba su mujer –y también musa– Eloísa Lara, a cuya memoria él mismo bordó en oro con sus manos un cín gulo que lleva visibles sus iniciales. La última vez que vistió a la Estrella fue hace 20 años, para el besamanos de 2004, meses antes de fallecer. En un homenaje publicado en el ‘Boletín Estrella’, Isidro González Suárez escribió lo siguiente: «Su estilo, al con trario del de otros artistas que se complica y abigarra, se volvió más ligero y estilizado, consiguiendo que el pesado y rico manto bordado adquiriera una levedad insospechada en su caída, y que la silueta de la imagen se depurara notablemente respecto a veinte o treinta años atrás, posibilitando que el cuerpo y sobre todo el imponente rostro y las tremendas manos de la Virgen expresen su verdadero mensaje de dolor humano con tenido». En 2027 se cumplirán 100 años de su nacimiento. Cien años de un hombre que fue el responsable –lo sigue sien do– de buena parte de la estética actual de la Semana Santa de Sevilla y de todas aquellas que se quieren pa recer a ella. Un hombre irrepetible autor del 50% de la Virgen de la Estrella. En los actos del 25 aniversario de ‘La Valiente’, en 1957, el artista enmarca por primera vez el rostro de la Estrella en una mantilla de las denominadas ‘Goya’. Fue el antes y el después Garduño era prioste y tuvo que asumir la tarea de vestir a la Virgen después de cómo la dejó ataviada Barreiros, que era quien ejercía esas funciones hasta entonces

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tado. Posiblemente este hombre lo que estaba era bo rracho. Cuando le vieron así le dijeron que se fuera de San Jacinto y Garduño como prioste tuvo que asumir la tarea de vestir a la Virgen. Eran tiempos en los que quie nes se encargaban de estas tareas era gente anónima solo conocidas en el interior de las cofradías. Antonio no quiso que se supiera la función que desempeñaba hasta pasados unos años. Los periódicos –los Ecos de Pedregal– se sorprendían del aspecto que presentaba La Estrella pero nadie sabía quién era el responsable. El antes y el después que marca Antonio Garduño ocurre en 1957. En los actos del 25 aniversario de La Va liente, según relata el profesor Palomero Páramo en su libro de las vírgenes sevillanas, el artista enmarca por primera vez el rostro de la imagen en una mantilla de las denominadas ‘Goya’. Garduño ahí consigue algo que va a definir para siempre su trayectoria, más que vestir, él modelaba, terminaba de esculpir a la imagen. Lo dijo en una entrevista al diario ‘Linares Información’: «Me ayudó mucho el hecho de saber dibujar y modelar ya que vestir una imagen de candelero no es colocar una ropa en una percha y jugar con los encajes. Hay que ha cerlo modelando la ropa, dándole empaque, quitando esa frialdad de materia muerta de la madera, que tu veas que la Virgen tiene vida». Esa fue la fijación permanente de Antonio: modelar con las manos. Estaba obsesionado con dotar al pecho de la Estrella de un volumen ascendente para remarcar el suspiro que parece que está dando la dolorosa al abrir así los labios y las aletas de su nariz. Cuando se respira el aire el pecho se hincha. Y en torno a esta idea traba jo casi 60 años con la Virgen a la que se entregó por com pleto. La Estrella en la década de los 60 se convirtió en el referente de ese nuevo estilo de presentar a las dolo rosas que los grandes vestidores posteriores después personalizarían y harían evolucionar. A Fernando Mo rillo, el histórico vestidor de la Esperanza de Triana tam bién se le puede considerar como un innovador en este campo pero su estilo se quedó en la imagen de la calle Pureza y poco más. Las que se extendieron fueron las maneras de Antonio Garduño. Su hijo, Antonio Garduño Lara, cree que su padre lo que pretendía también era jugar con los colores como lo hacen los pintores. Para resaltar el rostro, en 1973 le co locó a la Estrella una peluca. En ese momento las críticas no fueron buenas pero sirvió de punto de partida para lo que vino al año siguiente que sí fue sobrecogedor. Una lí nea negra o una sombra alrededor del rostro de una ima gen lo que hace es de fondo de lienzo para que destaquen las facciones de la cara. Antonio estaba pintando pero lo hacía sin pinceles. Solo con sus manos mojadas en telas.

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