PASION EN SEVILLA Nº 150 Octubre 2024
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to después de la transmisión del acto en la extinta Onda Giralda. Exhausto, una vez que había pronunciado su pieza, sentado en los sillones de cuero del teatro, Sán chez Dubé se muestra contento y agradecido. Soñan do ya con el próximo 31 de octubre tras un pregón que le había brotado del corazón. Rafael Medina recuerda que Dubé siempre le contaba que, cuando Carlos Ami go le avanzó que la Virgen de la Estrella iba a recibir tal distinción, él no se pudo contener: «¡Hombre, ya era hora». Don Carlos lo miró extrañado inquiriéndo le con la mirada una explicación. «Porque es la mía», atinó a responder este hombre de suma discreción. Nunca había ejercido influencia alguna. O sí, para que esta buena nueva llegara antes. El diluvio trianero El 24 de octubre, día del traslado previo a la Catedral queda marcado por esa imagen que también plasmó en su portada al día siguiente ABC: la Estrella por la calle San Jacinto entre un auténtico mar de paraguas y bajo el diluvio universal. La salida anunciada por la mañana se vio suspen dida por la lluvia. Meteorología comunica que es a par tir de las tres y media de la tarde cuando la comitiva no correrá peligro y es la hora anunciada para la sali da. Cuando la imagen llega a la altura de Rodrigo de Triana, arrecia. Tras unos momentos de confusión la junta de gobierno decide regresar y el palio da un giro de ciento ochenta grados para volver sobre sus pasos. Incertidumbre. La mujer de la hoy llamada Aemet, que descuelga el teléfono al otro lado, ya conocía la voz del hermano mayor. «¿Usted otra vez? En Sevilla no está lloviendo», le dice. Y en Triana estaba cayendo la mun dial. Era tan sólo una nube pero que descargó como si fuera un temporal en el barrio. Tras la conversación telefónica, la Estrella decide continuar por la calle San Jacinto. Poco a poco el cielo se va aclarando. Juan Bo rrero exclama en el puente: «Triana siempre ‘palante’». Su alter ego, Paco Fernández, sueña con ver su obra sobre las sienes de la Virgen. En el Arenal, el Baratillo. A todo esto hay que sumar los temores en los días pre vios; las dudas sobre las obras del mercado y del puen te con el riesgo de que no estuvieran terminadas a tiem po para el paso de la Estrella. Finalmente fue posible. La Estrella alcanza la Puerta de los Palos pasadas las ocho de la tarde a los sones de ‘Amarguras’. Rafael Medina confiesa que «si aquella tarde no hubiera sido posible, hubiéramos llevado a la Virgen a la Catedral en un furgoneta pero yo me había comprometido a que
El hermano mayor, Rafael Medina, confiesa que si aquella tarde no hubiera sido posible por la lluvia, hubiera llevado a la Virgen a la Catedral en una furgoneta
Los devotos se entregaron de tal forma que hubo oro para hacer unas nuevas potencias al Señor de las Penas
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PASIÓN EN SEVILLA
CORONA DE ESTRELLAS
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