Pasion en Sevilla 142 febrero 2023
Campana de papel
Así contó ABC... El año que no salió el Cachorro
TRAS EL INCENDIO DE LA CAPILLA DEL PATROCINIO, LA HERMANDAD SE PROPUSO SALIR EL VIERNES SANTO CON LA VIRGEN DE LOS DOLORES, ANTIGUA TITULAR; AUNQUE LA NUEVA TALLA DE ÁLVAREZ DUARTE SE BENDIJO EL DOMINGO DE RAMOS, FINALMENTE SE RENUNCIÓ A LA SALIDA PROCESIONAL E SE RENUNCIÓ A LA SALIDA PROCESIONAL
IA VIRGEN DI PATROCINIO
POR JAVIER RUBIO
N i veinticuatro horas después del incendio, la junta de gobierno de la hermandad del Cacho rro tomó dos decisiones, según informaba ABC: mantener los cultos del quinario previsto y ha cer estación de penitencia el Viernes Santo con la Vir gen de los Dolores, una talla de Juan de Astorga antigua propiedad de la hermandad que en su tiempo salió bajo palio con la advocación de Patrocinio. Al día siguiente del siniestro, 27 de febrero, este pe riódico informaba de un vía crucis que iba a celebrarse al filo de la medianoche con asistencia de las primera autoridades civiles y militares: el gobernador civil, el capitán general, el alcalde… Acabado el acto piadoso, «muchas mejores, con la debida autorización, guarda ron como relicarios pequeños trozos de metal calcina do y porciones de las cenizas de la imagen destruida de la Virgen». La impresión inicial del escultor Sebastián Santos Rojas se demostró en exceso optimista: «El fuego ha afectado a la madera en una profundidad de dos a tres centímetros desde la rodilla al talón de la pierna dere cha». —¿Va a restaurar usted la imagen? —Eso me han encargado. —¿Mucha labor? —Para Semana Santa me comprometo a que esté ter minada. En medio de la tragedia, también había sitio para la prosa poética. Antonio Rodríguez Buzón, recordado pre gonero de 1956 y hermano del Cachorro, publicaba en la o C: a ir ua ajo e se ra el o, a a de os ha es e er
E L pasado lunes, día 26, no a la forma machadiana, sino sabiendo todos có:n-j fue, puesto que con frecuente insistencia venía repicando en los picaportes de ios cuatro puntos cardinales del cielo sevilla no, se encendió con renovadas galas lumi nosas la nueva primavera. Y lo hizo con tal ímpetu, con tal deseo y con tan incontenible afán, que casi la sentimos latir por el aire, que casi la no tamos acariciar la piel de todos nuestros sentidos y casi la escuchamos surcar pol las plantas, haciendo estallar anticipada mente el fragante mensaje,de alguna pre sentida flor adivinada. Mas lo que nunca pudimos sospechar es que ese soplo prometedor de nueva vida y renovada esperanza pudiera portar ocul to en su seno todo el fuego necesario para destruir el bendito Lucero, la luminosa Estrella, el Sol radiante de la Virgen tria ñera del Patrocinio. Esa Flor celestial, de rostro dulcemente inclinado con pudor de virginal pureza, de ternísimo dolor inmaculado y de trans parente gracia sevillana, que siempre in tentamos cantar en rendida alabanza amo rosa. Y así fu°. Asi ocurrid desgraciada e in evitablemente, y ya de la peregrina belle za de tan grácil imagen sólo queda un emocionado y perdurable recuerdo. Un sinfín de oraciones, un sinfín de súplicas y promesas y un sinfín de lágrimas y sus piros de muy difícil discriminación, que viene a constituir como el resumen de to da existencia humana en su contacto co¿i lo divino.
Para muchos, este hecho tal vez sólo sea un accidente más o menos emotivo y trascendente; mas para la auténtica Se villa supone sin duda una desgracia inson dable en amplitud e importancia, y, final mente, para nosotros, los hermanos del Cachorro, sin caer en idolatría, y mucho menos intentar humanizar lo sobrenatu ral, la desaparición humana de nuestro divino Patrocinio. E igual que cuando desaparece la ma dre terrena a la que tanto requebramos en vida, a ésta, que además de ser Madre es Eeina y Abogada celestial, a la que tan to hemos implorado siempre, desde ahora, convertida en punto de reflexión y medi tación e idealizada en un continuo Vier nes Santo de encendido fervor sevillano, jamás le faltará el rendido y diaiio home naje de un Avemaria, que sólo se extingui rá con nuestra propia existencia. Y seguiremos pensando, para nuestro único posible consuelo de cofrades, en aquello que escuchamos en labios de una vieja trianera, todavía bajo los efectos de la terrible desgracia: «Y menos mal que no pasó, gracias a Dios, todo lo que pudo pasar». Y es verdad. Antonio RODRIGUEZ-BUZON
Antonio Rodríguez Buzón firmaba este largo artículo literario aparecido el 28 de febrero de 1973. En la otra página, la rejilla del horario de las cofradías con la casilla del Cachorro en blanco
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PASIÓN EN SEVILLA
EL CACHORRO NUNCA MUERE
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