Pasion en Sevilla 142 febrero 2023
EL AUTOR Un «hispano portugués» con taller en Triana José Luis Pires Azcárraga era gaditano, nacido en 1910, hijo de un portugués y una santanderina al que encarga ron el San Juan Bosco, el retablo de María Auxiliadora y el Crucificado de la capilla de las Escuelas de los Salesia nos de Triana. Precisamente, el sacerdote que le encarga el Cristo de los Javieres le pide que sea que una obra que «mejore» al realizado para la comunidad salesiana. Pires es, también, el autor del antiguo Cristo de San Gonzalo, que hoy se venera en Jerez de los Caballeros como Jesús el Gran Amor. Una hermandad a la que le llegó a plantear un peculiar misterio que contemplara, a la vez, la comparecencia ante Caifás y las negaciones de Pedro. Un boceto de misterio con dos escenas divididas por un muro. Original concepción que no llegó a hacerse. Pires tenía el taller en Triana, en la calle Juan Cotarelo 20-22, la actual Condes de Bustillo. De él se llegó a decir que era un espía portugués, porque hay quién lo ha relacionado con el dictador Salazar. Nada de esto se ha llegado a confirmar, entre otras cosas, porque su biografía está por escribir. EL CRISTO Un Cristo para los Jesuitas que mejorara al de los Salesianos Pires recibió el encargo de realizar el Cristo de los Javieres el 11 de abril de 1945 por un precio de 6.500 pesetas. La imagen se realizaría en madera de pino de de pino de 910, carga oray alesia carga a que . n os le ara, nes llo. tre e e
Flandes, que era un material más asequible que la costosa madera de cedro. Este encargo se hace en un contexto marcado por el final de la II Guerra Mundial por lo que el coste de los materiales —como sucede en la actual guerra de Ucrania— también afectaba a los artistas. La condición que impuso el padre jesuita José Luis Díez es que la nueva talla mejorara a la que había realizado con anterioridad en los Salesianos de Triana: «Debiendo ser mejorado en lo referente a la anatomía y acabamiento», especificaba el contrato. Y así nació este crucificado neobarroco, de oscura policromía, con resortes expresionistas y una altura final de 1 metro y 68 centímetros. El escultor empleó como modelo a un miembro de la Congregación de San Francisco Javier, Francisco Montero, para interpretar la colocación de las piernas sobre la cruz. Pero los plazos no se cumplieron, parece que no llegaba el dinero de la comunidad y eso desató el enfado… y la burla del artista. o de s a . sé do », ía, al ató
ó Arriba, 1945, el contrato con Pires Azcarraga. Debajo, en 1947, el recibo del último pago al escultor por el trabajo
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PASIÓN EN SEVILLA
EL CACHORRO NUNCA MUERE
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