Pasion en Sevilla 142 febrero 2023

Primeras fotografías de Jesús ante Anás

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ra así en la época. Él lo rescata de otros tiem pos y hace que espectador esté contemplan do un teatro». Para Darío Fernández, Castillo fue el pri mero que introdujo la tipología clásica del llamado misterio de tribunal, con un impron ta muy atrevida y fresca «impresionista sin serlo. Bebe mucho de la pintura. Son imáge nes que están sacadas de un cuadro, provo cando un enorme efectismo». «Es un pasaje que deja con el semblante boquiabierto», apunta Navarro Arteaga. «En esos años la gente estaba acostumbrada a obras como las de Bidón y, a partir de 1923, Castillo empieza a darle calidad a los miste rios. Compone otorgando a las imágenes una enorme teatralidad. Él había visto ya lo que era el cine mudo en París y bebe de esos nue vos tiempos. Lleva escenas de películas a un paso», concluye. Cómo debe ser un paso de misterio em an pri del ron sin áge ovo ante «En da a 923, iste una que nue a un rio

Darío Fernández reclama una función y un papel para la imagen secundaria. «Está prohibido situar una ima gen porque sí. Un misterio funciona por su composición y expresividad y éste lo es». En eso coincide el autor del misterio de las Cigarreras: «La composición es de lo más

Jesús ante Anás vistiendo túnica blanca

Castillo, el Evangelio llevado al teatro

Carmen Bahima es la restaura dora que más directamente ha tratado en estos últimos años la obra de Castillo Lastrucci. Restauró y recuperó en 2014 al Señor ante Anás y, justo un año después, a la Virgen del Dulce Nombre. Le pedimos que examine la figura del artista sevillano. Su producción coincide con una época de enorme dificultad para las cofradías y él «fue capaz de dotarlas de una imagen teatral del Evangelio». Bahima reivindica el misterio como una auténtica revolución: «Logra un sello que se ha mantenido a lo largo de los años. Los pasos de misterio de hoy

siguen emulando los que él hacía», reconoce la restaurado ra. «Es una pena que se desbas tara. Hoy día se vería un dispa rate», lamenta. Recuerda incluso que ha habido un tiempo en el que se habló de recuperarlo. En su taller no serían ajenos a ello porque trabajan esa técnica: «Hay incluso documentación gráfica para hacerlo; lo que ocurre es que aquí en Sevilla somos mucho de vestir el santo», dice sonriendo. Carmen Bahima reivindica al Castillo escultor antes que al imaginero: «Con el barro tenía un pellizco extraordinario». Lamenta que su enorme produc

ción le hiciera descuidar las policro mías. «Es un imaginero bueno, pero no notable. La Semana Santa de la época no le exigía un alto nivel creativo». Su autentica aportación y revolución fue llevar la Pasión del Señor a escena.

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PASIÓN EN SEVILLA

EL CACHORRO NUNCA MUERE

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