Pasion en Sevilla 149 mayo 2024
Ignacio Pérez Franco fue hermano mayor y ha estudiado el proceso de creación de la Piedad
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les Santo, sale por primera vez. Su médi co de cabecera es el escultor Juan Manuel Miñarro, también hermano de la cofradía. Él se encargó de restaurarla y es testigo de su calidad. «Tiene una encarnadura mag nífica –nos indica Miñarro–, nunca llego a estar tan oscura como la Caridad. La pri mera vez que tomo contacto con Ella, en 1999, fue para cambiarle el candelero. El cuerpo era tremendo, tenía las piernas de palos y cartón y estaba sentada en una caja que, según Otto Moeckel, era de botellas de vino. Le hice el torso nuevo, las piernas talladas y los pies con unas sandalias. Esa fue la actuación más importante. En la her mandad, entonces, dicen que la imagen del Cristo no se pegaba a la Virgen como antes y por eso le encargan a Carrasquilla en 2005 le una peana nueva y la retirada del cuerpo anatomizado. Esto fue porque
había hermanos que no veían eso de que la Virgen tu viera pies. Carrasquilla le hace unas piernas de palo. Como siguen teniendo problemas me vuelven a llamar. Yo había restaurado ya el Cristo y se notaba mucho la limpieza de la encarnadura de la imagen respecto a la de la Piedad. Entonces, en 2016, se atreven por fin a ha cerle la limpieza del rostro y de las manos. No tenía mu chos repintes sino un barniz oxidado que cada vez es taba más verde. Cuando se limpió descubrí una encar nadura preciosa que es muy característica porque está muy poco bruñida». Actualmente, la Piedad tiene pier nas articuladas para poder jugar con ellas y su posición respecto al Cristo. Miñarro también ideó un soporte para el Señor con una serie de prótesis para utilizarlas según convenga. ¿Y las manos? Las primeras fotos de la Piedad son de la Virgen con las manos abiertas. ¿De quién son las manos? Ignacio Pérez Franco sostiene que pueden ser de la primitiva imagen. «Son –dice– del mismo estilo que las de la Es trella. Hay un poema de Florencio Quintero, ‘Las ma nos de la Piedad’. Antes de la restauración de Miñarro, la encarnadura de las manos era propia del XVIII». Mi ñarro, sin embargo, no sostiene esta teoría. «Siguen la pauta del escultor a no ser que dejara en madera las antiguas y la policromara de nuevo. Pero lo lógico es que hiciera la cabeza y las manos. Porque cuando ven den a la anterior la tendrían que haber vendido sin ma nos y eso es muy extraño». Lo que sí tiene claro el ima
M.J.R. RECHI
Joaquín Moeckel, promotor de la hechura de la nueva diadema de la coronación
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PASIÓN EN SEVILLA
CORPUS CHRISTI SEVILLA
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