Pasión en Sevilla, Semana Santa 23

Viernes Santo

El rito El cansancio

Las jornadas transcurridas, los desajustes de hora, los hábitos trastocados de una se- mana en todo extraordinaria se han venido notando y acumulando. A estas alturas han abierto estigmas en el alma de capillita. El cansancio es un efecto consuetudinario y lógico, pero él lo toma como un rito, entre otras cosas porque determina la manera en que percibe la patética jornada de la muer- te del Señor. Habitualmente, los turistas han regresa- do ya a sus lugares de origen y aquellos se- villanos atraídos por la parte más jacaran- dosa de la fiesta optaron por retirarse a la costa. En estos predios ya sólo quedan los incondicionales. Sus visiones se ven altera- das por ese cansancio que, como una gasa sutil, matiza y embellece el deambular del Cachorro de regreso por la calle Castilla, la recogida de la Carretería por la cuadrícula de su barrio tenuemente iluminado o el por- tentoso avance de Montserrat por la calle Castelar, en busca de la antigua laguna de la Mancebía. La fatiga y la satisfacción es a la experiencia del cofrade como la albúmi- na para la fotografía: da cuerpo y autentici- dad: mediatiza la elaboración de eso tan ver- sátil y necesario que llamamos ‘recuerdo’.

Para revisar El silencio tras la Virgen de Loreto

El palio de la Virgen de Loreto es uno de los más origi- nales de la Semana Santa. La dolorosa, después de la de- safortunada intervención de Sebastián Santos, pudo re- cuperar esa impronta que la hace singular. Es sin duda una imagen para el Viernes Santo. A un paso de palio sin música parece que le falta algo. Y éste es el caso más evidente. La brillantez del conjunto se vería acrecenta- da si una banda de música acompañara a la hermandad como ocurría antiguamente. En su momento, la banda dejó de procesionar por un problema económico que tuvo la cofradía. El caso es similar al de Pasión, sólo que la cofradía del Salvador recuperó la música y ésta de San Isidoro todavía no lo ha hecho. Con música, el pa- lio de la Virgen de Loreto adquiriría una dimensión ini- maginable. Ya va siendo hora de que la hermandad, sin complejos, aborde el asunto.

Lo recuperado De Currito a David de Paz

La hermandad de San Isidoro ha emprendido el pro- yecto de restaurar el magnífico paso barroco de Nues- tro Padre Jesús de las Tres Caídas, cuya talla y dorado se deben al que fue mayordomo de esta cofradía, Fran- cisco Ruiz Rodríguez, ‘Currito el dorador’, en 1941. No sólo lo diseñó y lo doró sino que también estuvo a su cargo la dirección de una obra en la que participaron el tallista Francisco del Toro y el pintor Blas Rodrí- guez. Esta intervención se acometerá en varias fases, centrándose la primera de ellas en la actuación sobre todos los candelabros del paso, de gran personalidad, y que fueron reaprovechados de las antiguas andas procesionales. De bruñir de nuevo las andas procesio- nales del Señor de la Costanilla se está encargando el maestro dorador David de Paz Encinas. Este Viernes Santo saldrán remozados los seis candelabros del paso. En una segunda fase será el turno de la canastilla, re- matándose posteriormente el proceso con los respi- raderos y maniguetas.

JUAN JOSÉ ÚBEDA

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PASIÓN EN SEVILLA

SEMANA SANTA 2023

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