Pregón de Semana Santa Joaquín Romero Murube
PB�GON D• LA SBMAffA SANTA
importante. Don Juan es un sevillaJ:io dicharachero y presumido, arrogante, q�e va cogiendo las flores de la vida en su manifestación más dulce y apasionada. Con ímpetu desbordado: con un olvido absoluto para el ayer y con una imprevisión total para mañana. Vive. Ama. G-Oza. No olvidemos que el Tenorio nació de la pluma de un religioso que vivió en el Barrio del Museo, de nuestra Ciudad, y que la fuente de su sabiduría pa• ra conocer el corazón humano estaba en el confesio- 11ario. Cierto que Tirso de Molina emplaza el desorde nado · uso · que Don Juan hace de su vida, con un pro blema teológico, el del libre albedrío. Y lo condena. Don Juan va al Infierno... Muchas veces hemos pen. sado nosotros que si 'f�r80 de Molina hubiera sido "ca• pillita" no hubiese oondenado a Don Juan. El "capi llita", aun dentro 4c la mayor ortodoxia, tiene siem pre para la comprensión de las flaquezas humanas un indice de magnanimidad, de conmiseración, de indul gencia. ¿Y sabéis por qué? Pues porque el "capillita" está acostumbrado a la consideración de Dios, en el trance sublime y redentorista de su Pasión y su Muer te, que es donde se manifiesta su inmensa misericordia hacia la humanidad, de manera más patética y subli me... Dos siiJos después, Zorrilla, el poeta más nacio nal de España, resucita a Don Juan Tenorio y lo en.
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