Pregón de Semana Santa Joaquín Romero Murube
.JOAQUIN
ROIIBB O Y
MU R U B K
l1a luz durante varias horas. Entré en el huerto cou tiguo a la capilla y paredaño con la muralla de la Ma carena. La señá Frasquita no me hizo mayor caso. Es taba sentada en una silla baja de eneas, muy peinada, con sus gafas de metal, rosiendo un dobladillo a un blanquísimo pai\uelo. El señor Manuel contemplaba · voluptuosamente los andares de sus gallos ingleses. Yo me fui hacia las macetas de miramelindos. Y sorpren dí el siguiente diálogp: -Oye, Manuel: ¿hoy, qu� día es?-preguntó do fia Frasquita. Y Manuel, que o no sabia el día en que vivía, o no tenia ganas de responder, envolvió la contestación en ese aire pseudofilosófico con que muchas veces los sevillanos encubren su pereza o su ignorancia. -¿Que qué día es hoy... Pues hoy es un dia. Y doña Frasquita, volviéndose rápida y deján dose caer las gafas de aluminio sobre la punta de la nariz, replicó con gesto muy fingido: -Usted perdone, don Mariano del Castillo... ¿Veis el sentido de la jovialidad, de la sana ale gría? Aqui en Sevilla no se teme la muerte. Estas an cianitas parece que un día van, sencillamente, a abrir el picaporte de una puerta y se van a meter enla Eter-
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