Quien es Quien Sevilla 2023

Antonio Gallego Presidente de Grupo Ybarra

03 Agroalimentario

Invertir en la modernización de infraestructuras supone un salto de calidad en la mejora de la cadena de valor

La inversión, pilar fundamental para el impulso competitivo del sector agroalimentario andaluz

damental apostar por pilares como la innovación, la comercialización y la digitalización, ya que invertir en ellos será sinónimo de competitividad, dife- renciación y generación de empleo de más calidad. La inversión centrada en el consumidor permitiría: —Una mayor diversificación que haga posible la creación de produc- tos agroalimentarios con mayor valor añadido y adaptados a las cambiantes necesidades de los consumidores y clientes. Con nuevos sabores, más sos- tenibles, más saludables, más cómodos y más seguros. —Transformación digital de las empresas centradas en dar a conocer cómo lo hacen y qué productos ofre- cen, tratando de crear nuevas vías de comercialización y crecimiento. —El desarrollo de nuevas prácticas agrícolas sostenibles y de transforma- ción que vayan alineadas con la pre- ocupación de los consumidores por la gestión del medio ambiente. Y, por último, destacar también la importancia de la inversión en mar- keting y comunicación como elemen- tos que ponen en valor los productos y las empresas, para estar más cerca de consumidores y clientes, además de tratar de identificar oportunidades de futuro y crecimiento. Un futuro prometedor El sector agroalimentario sigue avan- zando con paso firme y, gracias al trabajo de las últimas décadas, se ha ganado el respeto y prestigio de em- presas y consumidores en España y en todo el mundo. Nos espera un futuro prometedor, pero para ello hay que in- sistir en la necesidad de más inversión en Andalucía como impulso agrícola, industrial, empresarial, generador de empleo y dinamizador de la economía, asegurando un futuro para las nuevas generaciones.

Competitividad global: la inversión en infraestructuras como motor de desarrollo Las infraestructuras desempeñan un papel fundamental en el desarrollo y la competitividad de cualquier sector económico, y el sector agroalimenta- rio no es una excepción. En Andalucía, según el Informe de la Competitividad Regional en España, contamos con un nivel de competitividad bajo y la bre- cha con las regiones más competitivas —coincidentes las dos primeras con las que más inversión reciben, Madrid y País Vasco— ha aumentado, por lo que estamos viviendo un momento de alta polarización entre comunidades. Ponernos a la altura en España y en el mundo en cuanto al nivel de compe- titividad está suponiendo un esfuerzo titánico por parte de las empresas pro- ductoras, que hemos entendido que la inversión en infraestructuras agríco- las, industriales y de comercialización es un pilar fundamental para nuestro futuro y sirve para impulsar la inno- vación, la sostenibilidad y el desarrollo tecnológico. Todo ello beneficia a pro- ductores y empresarios del sector, pero también tiene un impacto positivo en la economía regional en su conjunto, generando empleo y atrayendo, a su vez, inversión a través de otras líneas de negocio. Invertir en la modernización de in- fraestructuras contribuye a la mejo- ra de la eficiencia en la gestión de la producción, la distribución, control del proceso productivo, la seguridad ali- mentaria y la implantación de solucio- nes tecnológicas (internet de las cosas, inteligencia artificial, ciberseguridad, etc.). También supone un salto cua- litativo en la mejora de la cadena de valor, ya que instalaciones productivas modernas y de almacenamiento ade- cuadas ayudan a reducir pérdidas, me- joran la conservación de las materias

Antonio Gallego Presidente de Grupo Ybarra

primas y facilitan la transformación de éstas en productos de mayor valor añadido, lo que puede abrir puertas a nuevos mercados tanto a nivel nacio- nal como internacional. En este sentido, un buen ejemplo de todo lo anterior y de la importancia de la inversión como motor de desarrollo es nuestra fábrica de Grupo Ybarra en Dos Hermanas (Sevilla). Del desastre de un incendio que arrasó el principal centro productivo de la compañía, he- mos construido y diseñado unas ins- talaciones pioneras en el sector agro- alimentario a nivel mundial gracias a una inversión de más de 56 millones de euros. Una fábrica 4.0 con tecnolo- gía puntera y diseñada para una ges- tión sostenible de los recursos que, en solo 5 años desde su inauguración, ya ha proporcionado a la empresa nue- vas oportunidades de negocio y siner- gias a todos los niveles, los más altos estándares de innovación, seguridad alimentaria, calidad de los productos que elaboramos, generación de pues- tos de trabajo directos e indirectos y una mayor eficiencia y eficacia en los procesos. Innovación, comercialización y digitalización, valor añadido para el crecimiento El sector agroalimentario tiene que tener a los consumidores en el centro de sus decisiones y para ello es fun-

A ctualmente estamos en un contex- to global y local complejo e incier- to. A pesar de todo ello, la industria agroalimentaria vive uno de sus mejores momentos y desempeña un papel crucial en la economía y la sociedad andaluza, ya que supone el 11% del PIB, gene- ra una parte muy importante del empleo de la comunidad con más de 7.000 empresas y su vo- lumen de negocio alcanza los 13.000 millones de euros. Además, los datos de exportaciones del pa- sado año refrendan la importancia también de la industria alimentaria como pilar del sector exterior. Y es que hay que destacar el notable crecimiento de las ventas del 24,3% apoyado principalmente en las cifras de negocio de pro- ductos como el aceite de oliva, hortalizas o las frutas. Y otro aspecto fundamental a tener en cuen- ta, y en el que se centrarán mis reflexiones pos- teriores, es el de la inversión en Andalucía. En 2022 también se produjo un récord de inver- sión extranjera en nuestra tierra con una cifra de 1.260 millones de euros y un crecimiento de más del 28% con respecto al año anterior. Pero representa solo el 3,7% del total de España y está muy lejos de comunidades como Madrid (50%), País Vasco (16%), Cataluña (11%) o Va- lencia (6%). Una distancia que debe servir como estímulo al sector público y privado para con- tinuar trabajando en la búsqueda y ejecución de más inversiones de toda índole, ya que la nece- sidad de una mayor inversión está respaldada por su impacto económico, social y ambiental.

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