Suplemento GRACIAS La Voz 29-11-2020
GRACIAS
S U P L E M E N T O E S P E C I A L D O M I N G O 2 9 · 1 1 · 2 0 2 0
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MÉDICOS
«La población estaba muy concienciada en marzo, pero ahora...» Fernando Ramírez Médico de Atención Primaria
das de seguridad y las consecuencias las estamos sufrien- doahora. Eso sí, no se lepuede echar la culpa sóloa los ciu- dadanos. Ellos, como todos, estabandeseandoque esta si- tuaciónpasara y sehanencontrado conelmensajedeque la situación ya estaba controlada y que podían salir. Aho- ra, con el aumento de casos y de fallecimientos estamos volviendo a sermás precavidos. Tambiénha sido grave la relajación en los ambientes familiares. Hemos tendido a
La información y la prevención son dos armas esencia- les, en especial en situaciones como la de la pandemia actual. Un ejemplo claro de lo que supone ir adelanta- do es el de Fernando Ramírez, que bromea con que an- tes de la epidemia ya le llamaban ‘el médico mascari- lla’ porque defendía que, para tratar a un posible pa- ciente con una enfermedad infecciosa, había que pro- tegerse. El tiempo, le ha dado la razón.
–¿En qué momento comen- zaron a darse cuenta de que el coronavirus iba en serio? –Bueno, le puedo decir que en febrero yo ya traté a una pa- ciente joven que presentaba unos síntomas respiratorios que llamaban la atención. La paciente evolucionó bien, pero obviamente no había ni PCR ni nada similar. En esas fechas empezamos a sospechar que algo raro había. –¿Fue una ventaja que los primeros casos oficiales lle- garan más tarde a la provin- cia de Cádiz? –Indudablemente. Por com- pañeros de Madrid ya sabía- mos que esto no era una espe- cie de gripe o resfriado, como nos decían al principio de año. Y si ves que a 500 kilómetros ingresan pacientes con neu- monías graves, te pilla menos desprevenido. –En cualquier caso, supongo que las primeras semanas se- rían terribles. –Un auténtico caos. Para em-
pensar queunamigo, un hermano o un hijo no puede contagiarnos yhe- mos bajado la guardia. –¿Y respecto a la acti- tud hacia los médicos? –Puesme he llevado una ligera decepción. De los apalusos a las ocho de la tarde hemos pasado a ac- titudes de confrontación e, incluso, a registrar agresiones. Enverano te- níamos que escuchar que los centros de salud estaban cerrados (real- mente lo que tenían era el acceso controlado) porque los médicos éra- mos unos vagos y no queríamos trabajar. El tiemponos ha dado la ra- zón de que había que to- mar esta precaución, los centros de salud eran lu- gares de contagio. –Comomédico, ¿quéha sido lomás reconfortan- teyqué lomás frustran- te de esta pandemia?
soluta confusión, esto profesionales fueron los únicos que arrojaron algo de luz, ora con sus conocimientos, ora con su ingenio. Como en el centro de salud de El Cuervo, donde se atendía a los ciudadanos en la calle para evitar que casos contagiosos pudieran acce- der al centro. La provincia puede presumir de no contar con un colectivo demédicos de los llamados «negacionistas»; esto es, de los que piensan que el virus es una patraña inventada no se sabe con qué propósito y que tanto daño hacen a la salud en general. Al respecto, el cole- gio deMédicos deCádiz fue inflexible: los médicos quemostraran su rechazo público a la existencia de la pandemia, negaran la validez de las pruebas PCR o, en general, contradijeran los princi- pios marcados por la OMS serían ex- pulsados y podría, incluso, presentar- se cargos contra ellos en la Fiscalía. Los médicos son conscientes de que la batalla está lejos de acabar. El núme- ro de contagiados es más alto que nun- ca y hay que doblar esfuerzos par ha- cer rápidos diagnósticos, para atender a los enfermos que presentan sínto- mas y para evitar que se produzcan con- tagios en los centros médicos entre pa- cientes sanos y pacientes enfermos. La lucha sigue y, haciendo suyo el lema del cadismo, la lucha no se negocia. A pesar de contar conmedios insuficien- tes y tener que bregar contra la desin- formación de algunos, los médicos ga- ditanos han demostrado que, en esta lucha, los héroes llevan bata blanca.
El doctor Fernando Ramírez. :: LA VOZ
–Comomédicode atenciónprimaria, lomás frustranteha sido que el tiempo nos ha dado la razón. Llevamos déca- das denunciandocómoha caídoel sistemadeatenciónpri- maria.Antes de la pandemia, ya estabamuymal, conuna creciente lista de espera, conmédicos haciendo guardias de24horas yconel panormade atender aunos 50pacien- tes al día conconsultas de cincominutos y sinningúntipo de priorización. La pandemia ha sido la puntilla. Lo úni- copositivode la pandemiaha sidoqueha puesto a las cla- ras que la sanidadnoestababien, después de años claman- doenel desiertopara que se la dotara de recursos. De esto ha venido lomás reconfortante, el sentir que la sociedad se ha dado cuenta de que hace falta reforzar la atención primaria. Aunque, bueno, después de ver lo que ha pasa- do tras la primera oleada, tampocome fíomucho... –Viendo los datos que tenemos actualmente, ¿cómo esperan que sea el invierno? –Vamos a estar en una situación de contagios constan- tes durantemeses. La clave está en ver cómo se compor- ta la gripe. Con la presencia de gripes y procesos catarra- les confusos, o reforzamos la atención primaria o habrá problemas. Hasta verano que vieneme temo que no ten- dremos más tranquilidad. Mientras, habrá que pasar el invierno, aunque no veo el futuromuy halagüeño
pezar, hubo que cambiar lamanera de trabajar en los cen- tros de salud y en los hospitales, comenzar a operar con la atención telefónica, crear circuitos diferenciados... Y todo con una población asustada y una incertidumbre absoluta. A eso únele que a los médicos nos iban cam- biando los protocolos de actuación cada poco tiempo, porque se sabía poco sobre la enfermedad y cómo tratar- la. Luego estuvo la falta demedios y las dudas sobre cómo utilizarlos (para tratar a unpaciente potencialmente con- tagiado usábamos un EPI pero, ¿y si lo atendíamos en su casa por otra dolencia?) –¿Tenían ustedesmiedo en esos primeros compases? –Por mucho que insistieran con lo de los héroes, noso- tros somos humanos. Claro que estábamos preocupa- dos. En mi casa, yo trataba de no relacionarme mucho conmi mujer y conmi hija por si estaba contagiado sin saberlo. De hecho, estuve durmiendo en otra habita- ción. Es duro cuando se te acerca tu hija para abrazarte y le dices que no puedes. –En general, ¿cree que el comportamiento de la so- ciedad está siendo el correcto durante la pandemia? –Sime lohubierapreguntadoenabril lediríaqueestá sien- do ejemplar. Llegado el verano, y en adealnte, yame ha ido decepcionando, se han relajado demasiado lasmedi-
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