ABC CÓRDOBA 25 ANIVERSARIO
ABC CÓRDOBA: MEMORIA Y EMOCIÓN
A ún recuerdo aquellos lejanos años de mi infancia y adolescencia en los que mi padre nunca faltaba a su cita domi nical con el diario ABC. El resto de los días de la semana solía leerlo en la calle, en los mu chos lugares que tenían el buen gusto de ele gir aquel periódico que, desde la más absolu ta libertad, informaba sobre todo aquello tan necesario para que los ciudadanos dispusie ran de elementos de juicio suficientes para acercarse con rigor a la realidad. Como niño, como adolescente, me sentía protegido por mis padres, por mis maestros, por los mayores que me rodeaban… pero tam bién por aquella colección de letras e imáge nes que, grapadas en unas cuantas páginas, me otorgaban la seguridad de estar asomán dome al mundo desde la certeza, diluyendo la confusión, la cháchara o los infundios. Ya sé que puede parecer algo forzado tra er aquí la idea de que un simple diario de no ticias pudiera constituir un elemento de pro tección. Pero, visto lo visto, comprenderán que resulta muy importante poder andar por la vida con un sólido espíritu crítico, fruto de la posesión de una información veraz que sir va de escudo frente a la vorágine de la con fusión, las medias verdades y la más burda manipulación. Fueron aquellas primeras lecturas adoles centes las del ABC en su edición de Sevilla. A través de sus páginas nos asomábamos go zosos a una realidad conformada en torno a un texto constitucional recién estrenado, que abría puertas y ventanas a una libertad tan necesaria como anhelada. Oteábamos desde ese mirador cuanto acontecía en España, en Andalucía, en Sevilla…, pero echábamos en falta tener noticias del día a día de nuestra capital y su provincia. Córdoba se asomaba inquieta a las páginas del ABC de Sevilla al ritmo que marcaba su palpitante latir, que,
cada vez más desbo cado, terminó por propiciar una edición exclusiva para la ciu dad y su provincia. En los albores del año 2000 —aquella mágica fecha finise
cular tan celebrada— vería nacer la edición del ABC de Córdoba, haciendo justicia a la ne cesidad de dar voz a una ciudad que cada vez entonaba mejor su melodía. El destacado au mento del turismo, la consolidación del AVE como arteria principal de comunicación de viajeros, el valor robustecido de sus cuatro inscripciones en la Lista del Patrimonio Mun dial, la transformación urbanística para el di seño de una gran ciudad... Todo ello otorgó a Córdoba la categoría necesaria para ser me recedora de una publicación exclusiva del más importante diario nacional. Con cuánto or gullo nos acercábamos al quiosco para com prar el ABC de Córdoba. Andando el tiempo, tuve el honor de poder publicar en este diario una columna de opi nión semanal. La generosidad de su director, Francisco J. Poyato, me permitió acompañar a los lectores durante ocho años. Hay que de cir que algo tuvo que ver en ello mi querido y admirado Paco Robles. Y cuando llegaba a casa con el ABC de Cór doba y mi artículo bajo el brazo, siempre me acordaba de mi padre: él tuvo la culpa de todo. Por muchos veinticinco años más. «Es muy importante ir por la vida con un sólido espíritu crítico, fruto de información veraz que sirva de escudo a la vorágine de la confusión»
MARIO FLORES ARTICULISTA EN ABC DE CÓRDOBA
25 AÑOS DE ABC EN CÓRDOBA // 113
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