ABC CÓRDOBA 25 ANIVERSARIO
VIC CÓRDOBA
giene intelectual. Ni presiones políticas ni tentaciones dinerarias. Solo coheren cia. Puedo decirlo porque fui su amigo y confidente algunos años. Se nos murió demasiado pronto, en su plenitud, a pun to de una jubilación laboral que hubiera supuesto su apogeo artístico. Y conste que voluntariamente había retardado esa ju bilación a la que tenía derecho. Por estric ta coherencia, de nuevo. Para mí, la face ta artística de Vic era inseparable de su función pública. Vic era un funcionario ejemplar. Lo era por vocación y por devo ción, porque sabía que la función públi ca permite la paz interior suficiente para ser un observador casi imparcial del en torno. Y lo sabía porque proporciona la tranquilidad necesaria para descubrir en la propia vida inevitable otras vidas po sibles e incluso probables. Ser funciona rio significa poder ser otras muchas co sas sin quitarle tiempo productivo a la ad ministración. El tiempo es oro y para el funcionario es además la capacidad de comprobarlo sin perderlo. El funcionario carece de ansiedad porque tiene todo el tiempo del mundo, de modo que si le pla ce puede llevar, hasta cierto punto, como un monje, una vida contemplativa. Y solo la vida contemplativa es capaz de produ cir arte. El arte es interpretación, pensa miento añadido a lo que vemos, tiempo que distorsiona el espacio. Solo la inter pretación justifica, al cabo, al arte, no la belleza, que es inmanente e inexplicable. Vic era, es, un intérprete de la vida coti diana, a la que resta vulgaridad y suma naturalidad. Era, es, como un funciona rio que organiza, regula y civiliza la ruda sociedad que representa. Vic fue funcionario de la Diputación Provincial, letrado de su Servicio Jurídi co. Tan probo en su quehacer público como inocente en su ejercicio ciudadano. Por eso tenía tantos amigos fuera y dentro y los políticos se ponían en evidencia com pitiendo por su trato cercano. La nobleza siempre está por encima de las ideologías y lo saben, al menos, los militantes más capaces de los partidos. Los incapaces desprecian la nobleza, aunque suelen ex cusarse en la sostenibilidad de la familia, si bien son muchos los que sostienen otros afectos. Vic trataba a todos con ecuani midad y también con benevolencia no
layo, y presentía lo que dejábamos atrás, como oculto, más que lo que ofrecíamos delante como presente manifiesto. Nadie tenía secretos para Vic. Por eso todos acordábamos que lo más conve niente para nuestro sosiego ciudadano era llevarse bien con él. Para que nos interpretase con esa benevolencia que antes le hemos atribuido. Vicente To rres Esquivias hubiese sido, como buen funcionario, un buen concejal y un buen diputado, pero hubiera sido mejor al calde y mejor presidente, porque poseía un don, el arte imprescindible para con ducir a los hombres: conocer sus debi lidades. ABC de Córdoba disfrutó de ese don que lo hizo oráculo de la mañana duran te al menos nueve años de su historia. Los 25 que ha cumplido, que implican ya una primera madurez, pueden felicitarse por esta certidumbre.
siempre justificada. Él era así, natural mente bueno, aunque en ocasiones qui siera parecer otra cosa más ambigua, por simple marketing. Pero la línea blanca de su dibujo manifestaba el fondo sencillo y amistoso de sus intenciones. Vic, cual predicador, exhibía una liturgia ilustrada cada mañana que consolaba a los buenos y redimía a los malos. No olvidemos, sin embargo, que las viñetas de Vic solían te ner una parte escrita además de la dibu jada. Para sorpresa de algunos yo creo que la genialidad de Vic radicaba más en la primera que en la segunda. El pensamien to de Vic era profundamente humorísti co, riguroso y acerado en su objetivo, pero siempre mediatizado por su mano ama ble. Sabía descubrir en todos nosotros los perfiles irónicos, paródicos y a veces gro tescos y esperpénticos que mostramos habitualmente. Porque Vic no nos mira ba de frente, nos miraba al paso, de sos
122 // 25 AÑOS DE ABC EN CÓRDOBA
Made with FlippingBook flipbook maker