ESPECIAL 28 F 2023

ESPECIAL 28-F 7

ABC

MARTES, 28 DE FEBRERO DE 2023

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1915

1916

1918

‘Ideal andaluz’ de Infante El libro de Blas Infante ‘Ideal andaluz’ recoge la teoría de lo que sería el andalucismo. El siguiente paso era llevar la teoría política a la práctica.

Nacen los Centros Andaluces El notario malagueño impulsó la creación de los Centros Andaluces, en los que se divulgaban sus planteamientos. Llegaron a existir 34 centros.

Encuentro en Ronda La Asamblea de Ronda fue el primer encuentro a nivel regional de los pioneros del andalucismo. Participaron sesenta personas.

KILÓMETRO CERO ANDALUCISTA

«Hay que concluir con la leyenda vergonzosa de la Andalucía de pan- dereta, vestida de colorines, esclava de caciques y prostituta de toreros. Para emprender esta obra es preci- so, ante todo, fomentar el espíritu regional, el patriotismo regional, y para ello necesitamos de la unión estrecha, en un solo cuerpo y espí- ritu, de todas las provincias andalu- zas». Y concluye con un alegatomuy al estilo de la época: «la España cen- tralista ha muerto. La colonización industrial extranjera, que la explo- ta y domina, y su absoluta impoten- cia internacional, lo revelan bien cla- ramente. ¡Viva Andalucía y la Fede- ración de las Regiones españolas!» Participantes En la Asamblea participaron unas 60 personas procedentes de 39 loca- lidades diferentes de toda Andalu- cía, Ceuta, Huesca y Madrid. Todo un éxito, teniendo en cuenta las li- mitaciones que existían entonces para desplazarse de un lugar a otro. Por provincias, Cádiz aportaba el grupo más numeroso, catorce per- sonas, y por extracción social, más del 60 por ciento eran miembros de cierta burguesía económica y pro- fesional. Respecto al desarrollo de las se- siones, no se tienen datos exactos del debate, ya que no se levantaron ac- tas de las reuniones. Las únicas re- ferencias fiables son las crónicas de la revista ‘Andalucía’, que adelanta- ría unosmeses la publicación del Ma- nifiesto para la adhesión a la Asam- blea de Ronda, cuenta Enrique Inies- ta en su libro ‘Blas Infante, toda la verdad’. Según estas crónicas, entre los asistentes no existía una idea cla- ra sobre qué debía ser Andalucía, más allá de una conciencia genera- lizada del atraso social y económico de la región, del que se culpaba al po- der centralista. Pero en cuanto el de- bate descendía de lo etéreo a lo te- rrenal, tropezaba. El propio Blas Infante propuso, para salir del atolladero en el que aquello amenazaba con convertirse, tomar como punto de partida para el debate el proyecto de Constitución Federal de Andalucía que se presen- tó en Antequera en 1883, conmás ca- rácter regionalista que nacionalista, y posponer cualquier decisión a una próxima Asamblea, que se celebra- ría en Córdoba. La mesa de la Asamblea Autonomista de Ronda, de 1918, presidida por Blas Infante. Junto a él, Eloy Vaquero, José Andrés Vázquez y Fernando Llera

migenio. Llama la atención la cons- tante apelación al orgullo y la histo- ria andaluza: «Ha llegado la hora de que Andalucía, la región que siem- pre fue más civilizada de España y, en ocasiones, la nación más civili- zada del mundo, despierte y se le- vante para salvarse a sí misma y sal- var a España de la vergonzosa deca- dencia a que han sido arrastradas durante varios siglos por los Pode- res centrales, presididos por hom- bres inconscientes o malvados», arranca el texto. Contra la oligarquía El manifiesto de Ronda anima a ter- minar con la «oligarquía nacional» y llama a poner en valor el potencial andaluz sin ocultar la referencia de Cataluña como modelo a seguir. «A nosotros corresponde fortalecer An- dalucía y los municipios andaluces, unificando su fuerza para intimar con ella, como hace Cataluña, a los

poderes centrales, a fin de obtener de éstos lo que de grado no otorgan: instituciones de enseñanza, cami- nos, canales y reivindicaciones eco- nómicas y financieras debidas a la vida de nuestra región». «La dignidad de los andaluces exi- ge la creación en Andalucía de un pueblo consciente y capacitado; exi- ge el concluir de una vez, sea como sea, con los caciques y sus protecto- res los oligarcas; hay que evitar con- tinúe siendo Andalucía el país del hambre y de la incultura; la tierra más alegre de los hombres más tris- tes del mundo», prosiguen las con- clusiones de la Asamblea de Ronda, que especifica objetivos concretos

a conseguir: la reforma agraria, un tema recurrente en la sociedad de comienzos del siglo XX —«tenemos que tomar la tierra de aquellos que no la cultivan, para entregarla a los que deseen trabajarla»—, desterrar el analfabetismo, conectar por ca- rretera todos los municipios anda- luces, fomentar la industria, explo- tar la riquezaminera, poblar los bos- ques y «crear en todos los pueblos o comarcas instituciones de enseñan- za técnica y práctica ordenadas al florecimiento de la cultura, de las artes, de la industria, de la agricul- tura y de la minería». El manifiesto de Ronda acaba con una figura retórica, casi literaria.

Escasa documentación EN LA ASAMBLEA DE RONDA SE APROBÓ UN MANIFIESTO, PERO NO SE PUBLICARON ACTAS, LO QUE IMPIDE CONOCER CON DETALLE LOS DEBATES

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