ESPECIAL PASIÓN EN CÓRDOBA 2022
con las joyas que enmarcan la tez de la Virgen no hay que olvidar que posee media docena de rostrillos. Para la sa- lida del Viernes Santo tiene dos. Son obras anónimas, muy posiblemente de las monjas y no hay documenta- ción. Tienen en torno a un siglo de antigüedad. Son de tisú bordado con perlitas y piedras que brillan. Más piezas imprescindibles son los alfileres de rose- tas del XIX, que van en el pecho desde tiempos de Redel. Tiene tres pares independientes. Las mujeres los porta- ban en los grandes moños de la época y gozan de movi- lidad gracias a unos muelles. Un juego, el de la perla en el tallo, lo donó la Condesa de Cañete de las Torres. Los otros dos son anónimos. En el capítulo de las condeco- raciones cedidas en vida por quienes las recibieron hay que mencionar la Medalla de Andalucía y la de Oro de la Ciudad de Córdoba del poeta Pablo García Baena. Y no sólo esto, pues le escribió cinco poemas a la Virgen en cinco momentos distintos. También llaman la atención la Gran Cruz de San Raimundo de Peñafort otorgada al fiscal Joaquín Gosálvez y laMedalla de oro del Círculo Ave- rroes. Y un juego completo de medallas al mérito civil. Como todo en la vida, surgen anécdotas mientras se bu- cea con esmero en los estuches. La mirada se posa en tres sortijas de enorme pedrusco que parecen joyas de cate- goría, pero son bisutería mala. Conserva tres, pero pro-
quesa de Conde Salazar (que lleva permanentemente des- de los últimos quince años) es otro componente perso- nalísimo del joyero. Se incorporó al ajuar mediante una donación testamentaria de la marquesa, que murió en la década de los 80 del siglo XIX. Por cuestión de testamen- taría, la diadema no llegó a la hermandad hasta 1892. La realizó el gran joyero español del XIX Ansorena de Ma- drid (cuya prestigiosa firma aún perdura). Es el artífice de la tiara Flor de lis de la Reina Letizia (regalo de boda de Alfonso XIII para Victoria Eugenia), y de la corona y el resplandor de la Virgen del Pilar. Su diseño es heráldico: la corona de marqués con la flor de lis rematando unas puntas y tres perlitas. Es una pieza de corte que la Marquesa de Conde Salazar lleva- ba en la frente cuando iba al Palacio Real de Madrid. Cuan- do murió, sin descendencia, donó una serie de bienes a la Virgen de los Dolores. Es célebre su majestuoso pan- teón en el cementerio de la Salud de Córdoba. En 1892, cuando llegó esta pieza, estaba como capellán Ángel Re- del, quien firmó en las actas de la hermandad expresa- mente que se oponía a que la Virgen portase la diadema. Pero la realidad posterior es que se convirtió en una pie- za icónica de mucha aceptación popular. Tanto, que en los años 40 la Virgen de la Esperanza y en los 50 la ante- rior imagen de la Virgen de la Merced siguieron esta ten- dencia. El hecho de situar la diadema de la marquesa jus- to encima de las cejas es porque así era como la reina Vic- toria Eugenia llevaba las diademas y tiaras. Siguiendo
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Diadema de la Marquesa sobre la frente y rostrillo de la Virgen Medallas y condecoraciones Corona de espinas que porta en la mano en las salidas Alfileres de rosetas Puñal de plata
sobredorada del XIX Tres anillos falsos Pulsera de oro y esmeraldas de Redel
Corazón con 7 puñales
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