Especial Transición Energética 2022

ESPECIAL TRANSICIÓN ENERGÉTICA ///

dispone de unos 60.000 km2 de suelos no cultivables, de los que 20.000 km2 corresponden a terrenos baldíos o improductivos, parece evidente que el espacio físico no debería suponer ningún problema, incluso sin tener que recurrir a superficies cultivables, ni tampoco a prados, pastizales o terrenos dematorral. Por ejemplo, un estudio reciente ha analizado el potencial de las láminas de aguas interiores (más de 4.000 km2) para acomodar fotovoltaica flotante, concluyendo que se podrían instalar unos 50 GWutilizando sólo el 10% de dicha superficie. Otro estudio ha analizado el potencial de las zonas urbanas para instalar fotovoltaica sobre tejado. La conclusión es que, utilizando el 40% de la superficie de tejados se dispondrían de unos 1.000 km2, suficientes para instalar cerca de 200 GWde FV distribuida. Salvo en las grandes ciudades, donde el consumo industrial es elevado, y la cornisa cantábrica, donde el recurso solar es menor, el resto de losmunicipios (más

del 95%) serían teóricamente autosufi- cientes, desde el punto de vista eléctrico, solo con la producción fotovoltaica sobre tejado (lógicamente a un costemás elevado que sobre suelo). Por lo tanto, sólo aprovechando el potencial de ambas tecnologías (flotante y sobre tejado), se conseguiría casi un 50%más de la fotovoltaica que sería teóricamente necesaria para lograr un sistema eléctrico 100% renovable. Todo ello suponiendo que una parte de la energía hidroeléctrica se pudiese gestionar en beneficio del sistema, y que existiese una cantidad de almacenamiento adicional del orden del consumomedio diario. Si queremos instalar en tres décadas toda esa potencia renovable (incluida la del PNIEC), deberían construirse en números redondos unos 6 GWde plantas renovables cada año, lo cual supone el doble de lo instalado en 2020 y es del mismo orden que lo subastado en 2021. A los precios actuales, ello implicaría una inversión anual bastante asumible, de

entre 4.000 y 5.000millones de euros, a los que habría que sumar en todo caso el coste de los sistemas de almacena- miento y de los refuerzos necesarios en las redes eléctricas. Finalmente, un futuro parque de 25 millones de vehículos eléctricos, a razón de unos 40 kWh por vehículo, daría un total de 1.000 GWh de almacenamiento. Sólo con que un quinto de tal capacidad se conecte a la red, y esté disponible para ser inyecta- da al sistema en caso necesario, se lograría disminuir sensiblemente las necesidades de almacenamiento adicional, y por tanto el coste. En resumen, con la tecnología actual y la evolución prevista de los costes, España podría dotarse de un sistema eléctrico 100% renovable incluso antes de 2050. La principal barrera, paradójicamente, radica en la regulación, tanto nacional como europea, que sigue anclada todavía en los postulados de los sistemas eléctri- cos centralizados del siglo XX. Pero esa es otra historia…

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