PASIÓN EN CÓRDOBA 2025
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re representar. Después los candeleros se disponen y ator nillan en el lugar y ahí se colocan los cirios. ¿Así de fácil? Hay muchas posibilidades para variar. Para empezar, la caída. «Hay gente que coge y pone el cirio más alto y el cirio más bajo, y desde ahí lanza un vien to imaginario, un viento de cuerda, para que al final vis to de perfil sea un plano inclinado perfecto», explica. Si la candelería tiene cirios pequeños delante, la disminución de altura es mucha. Si por el contrario comienza con pie zas más altas, aunque sean las más bajas del conjunto, la caída es mucho menor y tiene menos pendiente. Por eso revela una de las claves: «Cuanto más caída tenga, la sen sación de que hay más puntos de luz es mayor. Pasa lo mismo que con el manto, que si se ve más inclinado se nota más vertical». Eso sí, en esto no hay una fórmula ni una receta única: «El ideal no existe. Y además es bueno que las cofradías varíen». El de las candelerías es un len guaje con su propio alfabeto, y se puede jugar de muchas formas: el dibujo, la altura de los cirios y su grosor. Y sucede que cada imagen ‘pide’ una cosa. Sucede con Nuestra Señora del Mayor Dolor, la titular de la herman dad del Calvario, que mira al cielo de forma bastante acu sada. Para Fernando Morillo-Velarde su candelería es una de las mejores de la ciudad por la valentía de la composi ción, el juego entre las distintas alturas y la forma en que se hace apropiada a las particularidades de la Virgen. En su caso, con cirios de mucha altura que acompañan a su mirada hacia lo alto y que forman una composición pira midal. Por describir la de 2024, cuando la cofradía no pudo salir, había once alturas distintas, y la primera de todas sólo tenía dos: las que escoltaban a la Virgen. A continua ción había cuatro, siempre repartidas entre los dos lados simétricos, para llegar hasta el final: las más bajas de las piezas todavía eran altas, y eran 18 repartidas entre dos alturas. Bastante altas incluso estas últimas. Uno de los pocos de palio que pudo salir el año pasado fue el de María Santísima de Gracia y Amparo, que ade más de casa de hermandad estrenaba nuevas dimensio nes, con más altura y más anchura, y también con una cantidad muy superior de cirios. Sorprendió por la varie dad de alturas, pero Fernando Morillo-Velarde insiste tam bién en el grosor de las velas, en el calibre. «Entre un ci rio de 50 milímetros, que son los mayores y los que están más arriba, y uno de 47, que son los siguientes, se nota la diferencia. Uno se da cuenta de que de forma gradual va disminuyendo», dice el cofrade, y con ello se consigue una candelería con más diversidad. «En la candelería hay que variar para encontrar lo que tú consideres que para ese palio es mejor». De nuevo regresa a sus palabras contra el conformis mo: no se puede tender a repetir facturas, a pedir siempre lo mismo a los proveedores para hacer lo mismo. La can delería se compone en sentido general, pero ahí hay ra milletes con distintas caídas y densidades, con diferente composición, que pueden ser más abigarradas y más suel
Nuestra Sñora del Mayor Dolor con la candelería encendida el Miércoles Santo de 2024. A la derecha, la Virgen de la Estrella en 2009, cuando llevó 134 puntos de luz
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PASIÓN EN CÓRDOBA
EL ALFABETO DE LAS CANDELERÍAS
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