PASION EN SEVILLA Nº 150 Octubre 2024

Asuntos Internos

Paco Palacios ‘El Pali’ Un lirio llamado Piedad

a horcajadas en una silla de enea, la coronación de la Piedad, mientras se cantiñeaba aquella sevillana que dejaba clara su militancia: «Mi sobrino es del Cristo/ yo soy del palio,/ el Cristo es todo muerte,/ el palio, llan to./ Cuántos chiquillos saca mi cofradía del Baratillo». Entre aquellos chiquillos fueron una vez Paco Palacios y su hermano Antonio. Eran los tiempos en los que las hermandades de barrio sobrevivan a la austeridad de la época y en la calle difícilmente, salvo las excepcio nes clásicas, acompañaban a los titulares los trescien tos o cuatrocientos hermanos. Un benefactor de la her mandad, que había costeado con las plusvalías de su negocio farmacéutico las flores del palio, fue honrado con el saludo de la cofradía al paso por su estableci miento cercano a la Plaza Nueva. Pero la farmacia no estaba abierta y hubo que esperar. Firmándose un pa rón de los que te destrozan las riñoneras y te dejan flo

POR FÉLIX MACHUCA

C on doce años, subido en una caja de refrescos, desafiando al mismísimo Arco del Postigo, El Pali se atrevió a cantarle una saeta, dicen que su primera saeta, a la Piedad baratillera. Estu vo tan poco afortunado que su tío le comentó con gua sa: no se cómo el Cristo no se ha despertado y te ha dado dos guantás... Pero El Pali, por entonces un proyecto de sí mismo en vías de ejecución, no se acomplejó. Y siguió derramando la esencia de su fe baratillera entre su Ca ridad y su Piedad, a las que les escribió letras de fandan gos que nunca se grabaron. «Ya no puede sufrir más/ mi Virgen del Baratillo/ porque de tanto llorar/ se convir

tió en blanco lirio/ y le pusieron Pie dad». También nos pellizcó el corazón para escribirle a la belleza bajo palio: «Por qué naciste tan guapa/ Virgen de la Caridad/ será de tanto llorar/ o que naciste reina/ del barrio del Are nal». Nunca grabó estos fandangos. Pero todos aquellos que formaban parte del círculo de la hermandad del barrio se lo escucharon cantar en las reuniones de cabales, en los festiva les o en sus arranques más inspira dos en la barra de la bodeguita San José. Desde la calle de Tomás de Yba rra en el cielo, Paco Palacios ha es tado siguiendo, con un engoñipao intratable en la garganta y un yin toni muy frio en la mano, sentado

jito para toda la caminata. Cuan do el padre de Antonio y Paco fue a recoger a sus hijos a la capilla baratillera, alguien le dijo que los había visto dormidos bajo un plá tano de Indias en la calle Adria no. El padre los castigó prohibién doles que salieran más de naza reno. A su madre le dedicó aquellas sevillanas en las que El Pali can taba: «Madre no me riña más por salir de costalero; costalero fue mi padre y costalero mi abuelo». Des conozco si esta sevillana se la ins piró aquella vez que, vestido de ca lle, con su medalla e insignia de la hermandad, se metió bajo los pa-

40

PASIÓN EN SEVILLA

CORONA DE ESTRELLAS

Made with FlippingBook - Online magazine maker