PASION EN SEVILLA Nº 150 Octubre 2024

Los otros guiños Aunque los cinco casos detallados en el reportaje son los más evidentes, hay más homenajes tangibles en las hermandades sevillanas. Como muestra, la Hiniesta, que también tiene título franciscano, lo cual refleja en un banderín de tisú de oro con el emblema de la Orden –los brazos entrecruzados de Jesús sandalias que configuran a los nazarenos de San Julián, como recuerda su hermano mayor Nicolás de Alba. O en la Cena, donde ostentan una escultura del místico italiano y frescos con alusiones a la orden, por su etapa como convento tercero. Incluso dentro del bloque de Gloria y Sacramen tales, con la de los Desampara dos de Alcosa, la de Guadalupe o las Pastoras de Santa Marina y de San Antonio. Y también en la provincia: la cartela del paso del Cristo de la Vera Cruz de Alcalá del Río es un precia do ejemplo. y del Santo, con la cruz al fondo– y en las propias

Relicario de la Hermandad del Sol con restos del hábito y la cama de San Francisco

labras del flamante consiliario primero, y autor de todas las imágenes procesionales, José Manuel Bonilla Cornejo, uno luce en estilo neogótico y se aprecia en la delantera del primer paso, «con una porción del hábito y una astilla de la cama de San Francisco». El segundo, en la trasera, «con tierra extraída de su sepulcro». El tercero fue dádiva de la Orden «en el momento de otorgar la Carta de Hermandad», trámite que se produjo en 2010. La pieza se sitúa sobre la mesa del paso del Va rón de Dolores, intercambiando el lugar según el año. En el relicario se exponen restos de Fray Diego de Alcalá, el santo sevillano de la Orden Primera que da nombre a su

sede canónica. Y por último, aunque es lo primero que se percibe de su transitar nazareno, la sui géneris cruz de guía. No tanto por la forma y su textura arbórea, sino por que en la cruceta se encaja parte del Lignum Crucis. Son los fragmentos que saltaron cuando los Franciscanos cu brieron con láminas de plata un agujero de la Santísima Cruz original. Así lo atestiguó en 1768 el Fraile Aloisio de Bastia, cus todio de Tierra Santa; y así lo puede venerar Sevilla. Como sucede en cada uno de estos detalles que hablan de la im borrable huella de San Francisco en la tierra donde se su blima la Pasión y Muerte de Cristo.

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