Pasión en Córdoba 20230222

El misterio del Prendimiento avanza un Martes Santo

ÁLVARO CARMONA

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bierno, Antonio Vargas del Pozo, porque la cofradía ha- bía hecho un fuerte desembolso al comprar un paso de palio para su Virgen. Y fue uno con categoría de legen- dario: el de las Angustias. En 1937 aquel conjunto, el primero de Córdoba en el siglo XX, había asombrado a la ciudad, pero en 1957 la cofradía dejó de usarlo. El Prendimiento adquirió todo el conjunto, recuerda Juan Vizcaíno: techo, bambalinas, varales, respiraderos y jarras. «La candelería la conser- vó las Angustias para sus cultos, pero la prestaba en los primeros años», explica. El Prendimiento adaptó aquel paso, que tenía un ta- A finales de la década de 1950 la cofradía tenía el paso del Señor terminado y a la Virgen de la Piedad en el paso de palio que había sido de las Angustias La combinación entre el tamaño del misterio y las ruedas crearon muchos problemas hasta 1980; desde entonces se demostró que podía ir a costaleros

bordada, lo proyectaron y tallaron Rafael Valverde Tos- cano y Rafael Valverde Luján en estilo barroco y dorado, con sus propias señas de identidad. Tenía un canasto am- plio y con cartelas y unos respiraderos más pequeños, porque iba a ruedas. En 1954 ya estaba acabado. Con el paso de misterio en la calle, la cofradía se dis- puso a pensar en tener una imagen de la Virgen y la en- cargó en 1957 a Antonio Castillo Ariza, que ya había he- cho el Señor. Se había puesto fecha a la bendición enmar- zo de 1958 y en noviembre los cofrades comprobaron que la imagen que había hecho el escultor no les agradaba. «Fueron momentos de consternación», dice Juan Vizcaí- no, pero se actuó rápido: en enero encargaron otra ima- gen a Juan Martínez Cerrillo y en marzo el Prendimien- to ya tenía a su Virgen de la Piedad. ¿Rapidez? Algo más, cuenta Juan Vizcaíno. Mucho después, en la Cuaresma de 1983, Juan Martínez Cerrillo se acercó a María Auxiliadora: «Vengo a ver mi Niña». Vizcaíno se extraño: «¿Tu Niña no era la Paz?». Y el escultor le dijo que la Piedad lo era más. Y le con- tó la historia de una imagen que había hecho en sus pri- meros años con un trozo de madera, cuando empezaba. La dejó en su taller sin policromar, pero pronto empezó a lloverle el trabajo y dejó aquel proyecto. Los cofrades del Prendimiento la vieron en su taller y sí que la quisie- ron como titular. La donó un miembro de la Junta de Go-

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HISTORIAS DE 70 MARTES SANTOS

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