Pasión en Córdoba 20230222

En la imagen central, la Plaza Nueva de Lucena, abarrotada el 2 de mayo de 1948. Debajo, el momento que el cardenal Segura ciñe la corona y la Virgen sobre su paso, lleno de flores

y seguida por los miembros de la cofradía y clero, el tro- no de María Santísima de Araceli, y tras Ella, su emi- nencia el cardenal Segura y los distintos prelados. La corona de oro de la Virgen iba portada en una bandeja por el alcalde de la ciudad, José de Mora, y la del Niño Jesús, llevada por el gobernador civil, Alfonso Orti Me- léndez-Valdés. El escenario ante la fachada de San Mateo, adornado con tapices y banderas nacionales, la solemne lectura del breve de la Santa Sede que concedía la coronación canó- nica y el momento, en medio de la lluvia, en el que el car- denal Segura y el ministro de Agricultura, Carlos Rein, subieron a una plataforma superior para colocar las co- ronas mientras la banda del Regimiento de Infantería número 2 ‘La Reina’ interpretaba el himno nacional y las campanas repicaban alegremente. La coronación ponti- ficia de María Santísima de Araceli fue la primera en la diócesis cordobesa y marcó un hito en la devoción ara- celitana del que este año se cumplen 75 años. El historiador y miembro de la Junta de Gobierno de la Real Archicofradía de María Santísima de Araceli, An- tonio Ruiz Granados, afirma que las autoridades locales de la época, junto al clero, dieron los primeros pasos para llegar a este momento a inicios del siglo XX. La falta de información al respecto provocó que los avances fueran lentos. Entonces este tipo de distinciones tenía que con- cederlas el Papa y no era tan sencillo como lo sería des- pués. Así, no fue hasta los años veinte y, sobre todo, los años treinta, cuando se logró dar un empuje definitivo al proyecto, con la creación de diferentes comisiones que se encargaron de impulsar la concesión, de contactar con José María Pemán, autor de la letra del himno, convocar un concurso nacional para la música, o asignar al pres- tigioso orfebre sevillano Cayetano González la ejecución de las coronas de la Virgen y el Niño Jesús en 1934. Se contó con los autores más prestigiosos del momento. Sin embargo, las circunstancias políticas de la épo- ca republicana, la Guerra Civil y sus consecuencias so- cioeconómicas impidieron el progreso de la idea y pa- ralizaron de nuevo la iniciativa. Fue necesario esperar hasta el 23 de marzo de 1943 para que el entonces alcal- de de Lucena, Francisco Moreno Gez, retomara oficial- mente el proyecto, presentando una moción al Ayunta- miento en este sentido, que la Corporación aprobó de manera unánime. No obstante, es de reseñar el impulso final al proyec- to por dos importantes valedores: el siguiente alcalde de

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FOTOS: ARCHCOFRADÍA DE ARACELI

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LA VIRGEN DE ARACELI, EN SU DÍA GRANDE DE ORO Y LLUVIA

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