Pasión en Córdoba 20230222

En la imagen de la izquierda, el Señor Resucitado, obra de Miguel Ángel González Jurado. A la derecha, el Cristo del Calvario, en una de sus procesiones en la Semana Santa de Doña Mencía

FOTOS: ABC

nes de destacadas formaciones musicales que acompañan a cada uno de los pasos. La presti- giosa Pasión de Linares, durante muchos años. He aquí un ensamblaje de tradición y moder- nidad del que se habla en las tertulias cofrades que poco a poco van dando un sello propio a la Semana Mayor menciana sin renegar de sus mo- mentos destacados. Como gran parte de las ce- lebraciones de la Pasión en el territorio de la pro- vincia de Córdoba, y muy en especial en las co- marcas del sur, año tras año se repiten tradiciones de gran sentido teatral, como son el Vía Crucis, el Lavatorio, el Prendimiento, el Descendimien- to y La Bendición en las ‘cuatro esquinas’. La Se- mana Santa sale a las calles y no tiene que ver sólo con las imágenes en sus pasos, que son siem- pre protagonistas, pero que comparten sitio con ciertas tradiciones antiguas. La Semana Santa de Doña Mencía es un com- pendio inmaterial de costumbres que se suelen completar con figuras propias como son los ‘re- zaores y pregoneros’, que recitan versos que da- tan del siglo XV, en los que se narran momentos de la pasión a lo largo de las distintas estaciones de penitencia. Su imagen se puede contemplar desde hace unos años en los carteles turísticos que dan la bienvenida al viajero en su paso por el municipio. Acompañan en procesiones del Lu- nes, Miércoles, Jueves y Viernes Santos. El escritor egabrense Juan Valera, siempre pen- diente de las tradiciones de la Subbética, ya hizo mención en algunas de sus obras de la Semana Santa de Doña Mencía, la cual conoció al ser el pueblo de su familia. Allí residió durante algu- nas temporadas de su vida. Y no es de extrañar que conociera bien la Semana Santa, puesto que

su familia materna está relacionada con el fer- vor a la imagen de Jesús Nazareno que procesio- na en la madrugada del Viernes Santo. No es la imagen que sale hoy la que conoció el autor de ‘Pepita Jiménez’, sino del valenciano José Estellez, que la realizó en 1940, tras haber- se destruido la primitiva en la Guerra Civil. Pese a la pérdida, al igual que ocurriera en otras loca- lidades cordobesas, la devoción a Nuestro Padre Jesús Nazareno sigue siendo bastante importan- te y de hecho, cada mes de septiembre se cele- bra una feria en su honor. Por otro lado, cabe destacar el vía crucis que se celebra cada Domingo de Ramos con la ima- gen de Nuestro Padre Jesús del Calvario, Cruci- ficado anónimo, atribuido a la escuela sevillana de finales del siglo XVII o principios del XVIII, cuya presencia a lo largo de la Semana Mayor se repetirá en dos ocasiones más. Es el caso de la procesión del Silencio, que tiene lugar en la ma- drugada del Jueves Santo, y la procesión del Cal- vario en la mañana del Viernes Santo, acompa- ñado en las dos últimas jornadas con la presen- cia de María Santísima del Mayor Dolor. Completan la celebración las procesiones de la Borriquita, el Huerto, San Juan, la Columna, los Dolores, la Expiración, el Sepulcro, la Sole- dad y el Resucitado, obra muy reciente del escul- tor cordobés Miguel Ángel González Jurado, pre- sente con varias imágenes más en Doña Mencía, como una Santa María Magdalena. En esta con- vivencia entre la tradición más antigua, conser- vada como oro en paño, y el empuje de las nue- vas generaciones se ha consolidado el sello de la Semana Santa en el paisaje de montañas y oli- vos de la Subbética.

DOÑA MENCÍA

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DOÑA MENCÍA, ENTRE LA TRADICIÓN Y LA JUVENTUD

PASIÓN EN CÓRDOBA

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