Pasion en Sevilla 144 junio 2023

Cristo, pero la mitad del recorrido lo hice con la Virgen como una manera de tener un guiño a nuestra dolorosa en este año tan simbólico para nosotros. Y luego el Sábado Santo, buff… Noso tros estamos acostumbrados a oír la marcha ‘Saeta sevillana’ todos los años a la salida, pero cuando empezó a so nar ya la segunda marcha, ‘Virgen del Patrocinio’, y vi que aquello era impre sionante y funcionaba, y que el Cristo andaba como pocas veces ha andado, ya luego fui como en una nube. —El 26 de febrero de 1973, el día del in cendio, usted tenía dos añitos. Lógi camente no conserva ningún recuer do de aquel suceso… — En absoluto. Sólo tengo vagos recuer dos que uno no sabe muy bien si se mez clan con las fotografías que uno tiene en la memoria. —¿Aquel día cambió para siempre la historia de la hermandad?

do los padres nos ocultan determinadas cosas para qui zás protegernos. En mis recuerdos eso no existió nunca. Y excepto contadas personas que vivieron aquello muy en primera persona, creo que, a pesar de que fue una desgra cia y desafortunadamente se perdió a la Virgen, pesa más el hecho de que el Cristo en apenas tres meses estaba de nuevo entre nosotros y en un estado de salud como lleva ba siglos sin estar. La hermandad tiró para adelante y pasó página bastante rápidamente. —Volvamos al Sábado Santo. Una de las estampas más singulares de esta Semana Santa ha sido el encuentro en la capilla del Museo de los dos Cristos expirantes de Sevilla. ¿Cómo se gestó ese frente a frente? — Yo me figuraba que la hermandad del Museo iba a sacar su representación, como hicieron las del resto de la calle. Francamente, la iniciativa se gestó el Lunes Santo, cuan do giramos la visita protocolaria al Museo el día de su sa lida. Yo me encontraba hablando con Juan Toro, el herma no mayor, y fue el prioste del Museo el que empujó a Juan a contárnoslo. «Venga, Juan, díselo». Allí nos lo plantea ron. A priori les dije que la idea me encantaba, pero que tenía que hablar con nuestra diputada mayor de gobier no para ajustar los horarios y ver si podíamos llevarla a cabo. Afortunadamente pudimos hacer realidad ese en cuentro, que se convirtió en uno de los momentos más emotivos que vivimos aquel día. —Para el recuerdo de esa jornada quedó también con templar al Cristo del Cachorro a los sones de una ban da de música. ¿Lo tuvieron claro desde un primer mo mento? — Desde el primer instante. El día que Fermín, el herma no mayor del Santo Entierro, habló conmigo para propo nerme la presencia del Cachorro ya le advertí de que, en caso de que los priostes vieran viable nuestra participa ción, allí estaríamos… pero con banda de música. —¿Y por qué razón lo tenían tan claro? — Porque la gente que vivió en el año 82 la vuelta del Cris to desde la Catedral con la banda de Soria 9 en su proce sión extraordinaria de regreso a la capilla con motivo del tercer centenario de su hechura siempre guarda un ex traordinario recuerdo de aquella jornada. A nivel de con versaciones informales son muchos los hermanos que te llegan y te dicen lo bonito y lo impresionante que estaría el Cristo con una banda de música. Cuando Fermín me planteó la invitación, yo vi la ocasión perfecta para resca tar ese acompañamiento musical. —A la vista de tan extraordinario resultado, la herman dad se ha decidido por cambiar el estilo musical para el paso de Cristo en su salida del Viernes Santo. Una deci- «¿El Sábado Santo? Yo ya tengo 52 años y no he vivido nada similar. Hubo mucha gente que, al ver la vara dorada, se me acercó a darme la enhorabuena»

— Creo que sí. De un suceso tan trágico y que conmocionó hondamente tanto a la hermandad como a toda la ciudad, de ahí salió una hermandad nueva. Y yo me atrevería a decir que, coincidien do con este cincuentenario, parece como si la hermandad estuviera sufriendo un zamarreón. Estas efemérides muchas veces sirven para dar un nuevo giro a las instituciones. Y creo que en cierta manera con esta conmemoración se cierra un capítulo y se empieza a escribir otro en el libro de la historia de la hermandad. —¿La hermandad ha cerrado ya aquella herida? — Yo creo que sí, que está prácticamente cerrada, excepto en algunos hermanos ya de edad avanzada. Yo mismo, con la edad que tengo, no lo viví. Tenía 2 años y en mi recuer do no está. Entre los compañeros míos de la junta, algu nos tenían 6, 7 u 8 años. Incluso para los hermanos de se senta y pocos años, su Virgen es la actual. La otra, la Se ñorita de Triana, puede que la tengan en el recuerdo. Y para todas las nuevas generaciones que vienen detrás, ha blarles del incendio es como contarles una historia del pa sado que no han vivido. Por eso la celebración de estos 50 años ha estado enfocada tanto a conmemorar lo que pasó, para aquellos hermanos que aún se acuerdan, como para que los nuevos que no tienen ni idea de lo que pasó conoz can de dónde venimos, las cosas que pasaron y que en cier ta medida han hecho que seamos los que somos. —¿El poso que había hasta ahora en la hermandad de aquel suceso era agridulce? — Aquello fue traumático, pero pongo de ejemplo que en mi casa nunca se habló de este tema. Jamás le oí a mi pa dre que había habido un incendio. Creo que es como cuan- ROCÍO RUZ

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EL ÁLBUM DE LA SEMANA SANTA DE 2023

PASIÓN EN SEVILLA

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