Pasion en Sevilla 149 mayo 2024

un argumento lo suficientemente consistente como para hacer venir a los hermanos al templo soportando una mo jada, hacerles aguantar una hora para el rezo del vía cru cis y ahora que se vayan otra vez a su casa con la mojada encima. No lo veo. —Hablamos ahora de la configuración del Miércoles Santo, probablemente la jornada donde más ha queda do hecha añicos la convivencia entre las distintas cor poraciones con el reseteo de la nómina. ¿Están ustedes satisfechos siendo los últimos del día? —Nosotros no estamos satisfechos. No ya tan sólo por el hecho en sí mismo de la posición en la que vayamos, sino por la organización que tiene el día. El Miércoles Santo es un día constreñido al que le faltan minutos. Te nemos una hermandad más y más nazarenos que el Mar tes Santo y, sin embargo, tenemos 32 minutos menos. Nosotros debemos hacer la estación de penitencia, in cluida la Carera Oficial, de una manera digna, y el pri mer año nos hartamos de correr. El día necesita impe riosamente más minutos. Los 338 minutos que tenemos ahora se quedan cortos. Necesitamos crecer. Y a partir de ahí construir una nueva configuración. Nuestra her mandad tiene dos problemas: el cruce con el Carmen en la plaza de San Pedro y la calle Orfila. En su día llega mos a plantear salir antes y dar un rodeo por San Mar tín para llegar a la Campana. Pero a nuestra propuesta se le dio la vuelta, y en lugar de solucionar los proble mas, los agravaba. —Salir los últimos, a las 9 de la noche, ¿es una hora de masiado tardía para una cofradía como la del Cristo de Burgos? ¿Se ha visto mermada la nómina? —Afortunadamente, en término generales, no. Incluso el año pasado ganamos en nazarenos. Sí ha afectado en la participación de nuestros hermanos más pequeños, es decir, de monaguillos y tramos de nazarenos de niños. Ahí es donde se ha notado. En una cofradía como ésta, que no es una cofradía de barrio, ir descapitalizando hu manamente la hermandad puede generarnos problemas de cara al futuro. —Hermano mayor, ¿qué ocurre en el Miércoles Santo para que una cosa que parece más que razonable, que una hermandad no regrese por la Avenida de la Cons titución entre el claqueteo de las sillas que se cierran, ni siquiera pueda llevarse a cabo por falta de consen so? ¿Alguna vez se alcanzará un consenso en el seno del día? —Inicialmente casi lo hubo, así que es posible que algún día se alcance. En el caso concreto del que usted habla, la organización del día se basa en un modelo basado en la alternancia perfecta de cofradías al salir de la Catedral. Si se cambia esa alternancia, habría que replantearse todo el modelo. A futuro, no sé que ocurrirá, pero sería bueno que en los planteamientos primase una visión de conjun to más que en qué sitio debe ir colocada cada herman dad.

menos afecta a la decisión que tomamos. Evidentemen te, vestirse de nazareno tiene un componente sentimen tal. Yo no soy más sentimental que nadie, pero tampoco menos. En esto empatamos todos los cofrades. Cualquier hermano, al vestir la túnica de nazareno de su herman dad, tiene sus vivencias y tiene su intrahistoria. Ese es un tema muy personal. Desde el punto de vista de organiza ción, un hermano tiene el derecho y la obligación de ves tir la túnica de nazareno para hacer la estación de peni tencia. Si no hay estación de penitencia, no hay que ves tirse de nazareno. La raíz está aquí en la estación de penitencia. ¿Para qué me pongo yo la túnica? Para hacer la estación de penitencia. Si la estación de penitencia, por el motivo que sea, hay que suspenderla… —Visto así, podría decirse que la decisión de la herman dad tiene un sentido aún más puro de respeto al hábi to de nazareno… —Entiendo que sí, porque realmente, cuando uno se vis te de nazareno, tal como dicen las Reglas, empieza la es tación de penitencia en casa y acaba también en el domi cilio de uno. Una vez que estoy vestido de nazareno, em pieza realmente mi estación de penitencia. ¿Qué ocurrió durante el Covid? Durante la pandemia se suspendieron las estaciones de penitencia por fuerza mayor y nadie se planteó entonces decir que le estaban conculcando el de recho a vestirse de nazareno. Y digo esto respetando por supuesto la decisión que adopte cada junta de gobierno, e incluso otras juntas de gobierno de esta misma herman dad el día de mañana. Lo de ‘vestirse de nazareno’ no es Burgos a familiares y, «sobre todo, a un herma no de la hermandad, Paco Romero, que ha sido en esta corporación casi de todo, salvo hermano mayor. Él me introdujo en la hermandad, tanto a mí como a mis hermanos». Vecino de la calle Doña María Coronel, se sabe cabeza visible de una hermandad «de las llamadas pequeñas», pero que, sin embargo –asegura–, «conservan ese sabor y el aliciente de poder contemplarlas desde la cruz de guía hasta el palio». Un valor que, en tiempos de una Semana Santa elefantiá sica, está convirtiendo a estas cofradías en una «reserva espiritual» como «depositarias de esa forma de ver las cofradías antiguamente». El valor único de las cofradías ‘pequeñas’ Nacido en Madrid (1965), de padre madrileño y madre trianera, Alberto Martín le debe su vinculación a la hermandad del Cristo de

15

CORPUS CHRISTI SEVILLA

PASIÓN EN SEVILLA

Made with FlippingBook flipbook maker