Pasion en Sevilla 149 mayo 2024

Tradicionalmente se pensaba que una lluvia de flores no era propio para una hermandad de penitencia

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riza es la que en 1978 comenzó a organizar la familia Al fonseca en la calle O’Donnell para la Esperanza de Triana. Todo comenzó de manera muy natural. Loli Alfonse ca era una apasionada devota de la Esperanza de Triana que vivía en el número 7 de la calle O’Donnell. El Viernes de Dolores de 1978 familiares y amigos coincidieron, de manera casual, en regalarle flores con motivo de su san to. Loli se vio con una ingente cantidad de flores en su casa, de todas las variedades y colores y no tuvo otra ocu rrencia que mantenerlas frescas y regadas para ofrecér sela a la Esperanza en forma de lluvia. «La propia Loli pensó que si bien para ella eran muchas flores, quizá para su Virgen, eran pocas», comentaban sus familiares, por lo que la floristería de la calle Sagasta se encargó de su ministrar varias cajas de flores más para que aquella Ma drugada fueran lanzados al paso de la Virgen camino de la Campana.

Aquella ofrenda tan espontánea re sultó ser tan bella que la familia se en cargó de mantenerla viva durante déca das. Entre el Domingo de Ramos y el Jue ves Santo buscaban flores en los campos de Dos Hermanas. Posteriormente, tras el ‘boom’ inmobiliario de los 90, muchas de esas fincas desaparecieron y ya opta ban por encargar el 100% de las flores a la floristería de la calle Sagasta. La clave de que se popularizara aque lla petalada es que se producía a las puer tas de la plaza de la Campana, donde los medios de comunicación se agolpan cada año para contar cómo entran las cofradías en carrera oficial. Fundamental fue el pa pel de Canal Sur TV que, desde principios de los 90 se encargó de llevar a esas imá genes a los hogares de toda Andalucía.

La familia Alfonseca se afanaba despetalando flores para la Esperanza de Triana

ARCHIVO HERMANDAD ESPERANZA DE TRIANA

Igual sucedía cada vez que la televisión pública re transmitía la salida de la Esperanza de Triana. Desde 1981, en el número 17 de la calle Pureza, primer domici lio de Manuel ‘El Mora’, se comenzó a organizar lluvia de pétalos desde el segundo piso de aquella casa a la que se acababa de mudar. «Eran muy pocos pétalos porque yo no podía permi tirme más. Pero una señora que tenía un puesto en el mercado de Triana, me dejaba que arramplara con to das las flores de un campo que tenía en Villanueva del Ariscal», explica El Mora.

«Luego, los amigos se iban sumando. Uno me traía mimosas de Málaga; otro, claveles de Granada y así fui mos cada año organizando la lluvia de flores desde la casa de la calle Pureza», añade. Así, por emulación a la Esperanza de Triana, se pro pagó por televisión y por toda la comunidad una cos tumbre poco vista como la de rociar desde los balco nes, con pétalos de flores, los pasos de nuestra Sema na Santa.

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