Pasion en Sevilla 151 diciembre 2024

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tísticas o devocionales. Nos hablan de una sociedad completamente impregnada de piedad: era un motor fundamental de la vida entre los siglos XV y XVII. Ahí se pue den analizar desde el contrato de hechu ra del Cristo del Amor, con la firma de Juan de Mesa (fue su primer crucificado) a otros inéditos como el que rubrica Pedro Rol dán para adornar con ángeles la peana de la ‘Cruz del palo’ de la Alameda. Aparecen las devociones que adquie ren relevancia en Sevilla: la Inmaculada, o la Virgen del Rosario. Se muestra un do cumento de la primitiva Virgen del Rosa rio de las Cuevas, cuya advocación ten drán que cambiar los del Cachorro por el Patrocinio. El legajo es un concierto en tre cofrades negros y blancos de Triana: los blancos reconocen que la Virgen per tenece a los negros, que su vez se compro meten a cederla para su procesión. Otros documentos son testigos de pe culiares formas de expresión devota: las emparedadas y las beatas. En el siglo XV una mujer se empareda como ermitaña junto a la parroquia de San Isidoro, con la sola comunicación de una ventana. Do cumentos que certifican milagros como los de la Virgen del Carmen de Santa Ana o los sermones del padre Juan de Pineda en el Silencio, que llegan a Bogotá. Si seguimos el rastro de ese reflejo de España en América desembarcamos en el Archivo General de Indias con la expo sición ‘Lo permanente y lo efímero’, comi sionada por Manuel Álvarez Casado. Se muestran documentos que detallan el ras tro de las grandes devociones a uno y otro lado del atlántico, así como pruebas de las relaciones de las cofradías con los pode res religioso y civil. El propio comisario destaca la impor tancia de algunos legajos: la solicitud de

RAÚL DOBLEDO

El discurso en torno a la Inmaculada Concepción centra un capítulo importante de la exposición que acoge la Catedral

M.J.RECHI

La corona y potencias de plata americana que llegaron desde Nueva España a principios de siglo

José Antonio Rivero para ingresar en la cofradía de Nues tra Señora de Puebla de los Ángeles. «Es una prueba de cómo los andaluces se integran en las cofradías del Nue vo Mundo. Se marchaban, pero no dejaban de pensar en sus devociones». Es a ese respecto ilustrativa la presencia de la corona de espinas y las potencias en plata del Señor de la Humildad y Paciencia de la Sacramental del Salva dor, enviadas a Sevilla desde las Indias por un devoto poco «Me gusta el cine de Visconti. De ahí partió la idea de formar un bodegón con la ropa, el calzado y todo lo que hay detrás de los niños seises»

antes de su fallecimiento. La mayor parte de la documen tación expuesta pertenece a la etapa colonial de América, pero ese nexo se percibe en el impulso de la asistencia so cial a los hermanos, y particularmente en la imaginería, advocaciones y devociones, que aún hoy se pueden con templar por las calles de Antigua, en Guatemala… o por las de Sevilla. Las hermandades sevillanas han cedido para la ocasión además el guión guadalupano de las Aguas, el cuadro de la Virgen del Valle, patrona de las Antillas ve nezolanas propiedad de la Resurrección o el templete del triunfo que figura en la entrecalle del palio de San Bernar do: una reproducción del triunfo que conmemora el terre moto de Lisboa y que quiere subrayar la relación del Ar chivo con la ciudad. Sevilla hecha y rehecha por su propia forma de dirigirse a Dios.

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PASIÓN EN SEVILLA

MAGNA HISPALENSE

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