Pasión en Sevilla Cuaresma 2023

El Estado iba a fletar un avión para llevar al Cachorro al ICROA de Madrid, pero finalmente los trabajos se hicieron en Sevilla

unidos a la hermandad que una plaza aledaña lleva su nombre. Los trabajos comenzaron el 11 de junio y ter- minaron el 24 de septiembre. Primero llegaron Joaquín y Antonio, que eran los especialistas en la madera. Ellos se encargaron de eliminar la zona calcinada y realizar los injertos de cedro para retallar las partes perdidas que estaban localizadas en la pierna y en el costado de- recho. El cedro para tallar las pérdidas procedía de unos cajones de unmueble colonial localizado por Rafael Bel- monte y Manuel Vargas, un carpintero de Triana. En contra de la creencia popular, el Cachorro se encontra- ba en buen estado para ser una imagen del XVII. Ruiz Gijón trabajó con costeros o bloques de madera de ce- dro completos sin ensambles como ocurría en otras imá- genes. Una vez consolidada la madera se trasladó a Se- villa Raimundo Cruz Solís, especialista en la policromía y recién operado del estómago. El viernes 10 de agosto, el hermano mayor de la Macarena, Eduardo Miura, les invita a la basílica para que vean a la Virgen, necesitada también de una restauración. Según el diario de la inter- vención, Miura les lleva al cementerio a ver la tumba de Joselito cuando Raimundo se siente mal y se tiene que echar en la misma sepultura. El equipo de restauración solo cogió vacaciones en varios fines de semana. Policromía La imagen antes del incendio estaba muy ennegrecida, fruto de la cultura de aquellos tiempos en los que las ta- llas, cuanto más negras, mejor. Cuando comenzó la res- tauración, el temor popular era que el crucificado a la vuelta estuviera blanco. Los Cruz Solís hicieron catas en distintas partes del cuerpo para ver cuántas policromías tenía el Cachorro. En una de ellas aparece un color muy pálido y muy bien conservado, similar por ejemplo al de la Estrella. Una comisión de restauración era la que de- cidía en todo momento estas cuestiones del aspecto ex- terno de la imagen. Pero aquí no hubo ni que debatir. Esa policromía tan clara solo era una prueba que realizaría en el siglo XVII la persona encargada de pintar las imá- genes de Ruiz Gijón y apenas cubría varios centímetros cuadrados de la escultura.

El Cachorro vuelve al culto el 24 de septiembre y lo hace por última vez sobre el soberbio paso de Castillo Lastrucci

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EL CACHORRO NUNCA MUERE

PASIÓN EN SEVILLAP

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