Pasión en Sevilla Cuaresma 2023

José Luis Amoscótegui Gil Impulsor de la cuadrilla de los Estudiantes «Nunca entendí por qué había que pagar a unos individuos para sacar a tu Cristo y a tu Virgen»

POR JOSÉ GÓMEZ PALAS

E s el joven barbudo con camiseta negra de tiran- tas que aparece sonriente en la célebre foto de la cuadrilla ante el paso del Cristo de la BuenaMuer- te en aquel recordadoMartes Santo de 1973. José Luis Amoscótegui Gil (Madrid, 1951) ha pasado a los ana- les de la Semana Santa como el verdadero impulsor del nacimiento de la primera cuadrilla de hermanos costa- leros en Sevilla. Sin el impulso, sin las ganas por calarse un costal de este inquieto estudiante de Derecho, nada hubiera sido lo mismo. Fue capaz de convencer con sus argumentos a toda una junta de gobierno y removió Roma con Santiago por vivir la experiencia de salir de costale- ro. Como promotor de la idea, la hermandad le encargó la difícil labor de captación entre las distintas facultades de los jóvenes aspirantes para formar la cuadrilla. Des- pués de reunir a 36 aprendices de costaleros y trasmeses de duros ensayos al mando de Salvador Dorado ‘El Peni- tente’ y de Manolo Santiago, aquellos ‘niños costaleros’, como se les empezó a conocer, estaban preparados para asombrar a Sevilla. —¿Cómo se le ocurrió plantear a la hermandad de los Estudiantes una idea en apariencia tan descabellada? —Yome había hecho hermano de los Estudiantes recién ingresado en la Universidad. Y fue en tercero de Derecho cuando contacté con Juan Moya Sanabria, que era dele- gado de Juventud, para exponerlemi idea. Yo había espe-

rado al momento en que entró una junta de gobierno algomás joven ymás abierta para dar el paso adelan- te. Juan me dijo que éste era el momento y me buscó una cita con Ricardo Mena, que era el hermano ma- yor. A Ricardo le agradó mi idea pero me advirtió de que debía sopesarla con su junta. Y así fue. Aunque las votaciones de junta son secretas, Ricardome dio a en- tender que la cosa había estado… ummmm… discuti- da. Y fue, sin duda, la fuerza de Ricardo Mena la que sacó e impulsó el tema adelante. Él fue el que de ver- dad se la jugó. Me citó otra vez yme dijo: «Hala, túmis- mo, venga, adelante». —¿La hermandad le dio carta blanca y le hizo res- ponsable de la labor de captación? — Así es. La primera idea que tuve fue enviar una car- ta a los hermanos en edad universitaria para citarlos aquí en la hermandad. Por el fichero sacamos más o menos las edades, de 18 a 26-27 años. Fueron aproxi- madamente 300 cartas. Pues bien, a la cita sólo apa- recieron cinco universitarios que, a juzgar por sus es- taturas —un metro noventa y tantos—, debían ser ju- gadores de baloncesto de algún equipo universitario. Como yo ya tenía algo de conocimiento sobre asuntos del costal, pues me dije que era imposible que esos as- pirantes semetieran bajo el paso. ¿Qué suplemento le íbamos a tener ameter a la trasera? Era imposible, así

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PASIÓN EN SEVILLA

EL CACHORRO NUNCA MUERE

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