Pasión en Sevilla Cuaresma 2023

Los pies ardientes del Cachorro

FRANCISCO HERRERA DEL PUEYO ES TESTIGO DIRECTO DEL DRAMA QUE SE ORIGINÓ EN LA CAPILLA DEL PATROCINIO HACE AHORA JUSTO 50 AÑOS: «LE TOQUÉ LOS PIES AL CRISTO. ME QUEMÉ LAS MANOS. A LA DERECHA, DONDE SE COLOCÓ A LA VIRGEN, NO HABÍA NADA. LA VIRGEN NO ESTABA»

POR FRANCISCO J. LÓPEZ DE PAZ

A l Telediario del mediodía le habían cambiado el nombre por el de ‘Primera Edición’ y tam- bién el horario. Ahora se emitía a las 14.30 en un intento de que los españoles almorzaran an- tes. Frente a la Iglesia del Patrocinio, en la calle Casti- lla, la familia Herrera del Pueyo se sentaba a la mesa en la casa que tenían arriba de la fábrica. Las noticias en blanco y negro mostraban la visita a España del presi- dente argentino Lonousse y detalles de la Confe- rencia Internacional sobre Vietnam.

mos al altar. Lo habíamos montado el domingo. El Cris- to estaba en el centro y la Virgen a un lado. Todo era un espacio de llamas bajas que invadían el presbiterio. Los cien cirios de cera de culto, es decir con mucha parafi- na, se licúan. Me acerqué y le toqué los pies al Cristo. Estaba ahí. Me quemé las manos. Y a la derecha del Cris- to, donde se colocó a la Virgen no había nada. La Vir- gen no estaba. No se veía nada. Unos bultos ardiendo». En diezminutos llegan los bomberos y abren las puertas. La noticia se extiende por Triana y de Triana a Sevilla y comienza a aparecer gen- te. El duelo ha comenzado. La Virgen

A esa mesa llega el revuelo que se había formado en la calle cuando unos opera- rios que trabajaban en las fábricas de aquella zona y que estaban en la hora del bocadillo ven salir humo desde la vidriera que hay sobre la puerta del templo. Francisco Herrera del Pueyo era un joven de 17 años de una familia cachorrista. Tanto que en su casa se guardaban entre otras cosas las poten- cias de oro del crucificado y hasta las lla- ves del templo. Fatalidades del destino, ese día las llaves no estaban porque se ha- bían prestado. Su testimonio nos sirve para reconstruir los retazos de un lunes trágico de febrero. El fuego

Al principio no se veía nada pero ame- dida que se fue liberando el templo del humo apareció el busto de la Virgen calcinado. No era de barro como se de- cía. Ni de Cristóbal Ramos. Era un bus- to que se compró en un anticuario y que Joaquín Bilbao colocó en un candelero. La cabeza calcinadamostraba lamisma in- clinación. El brazo derecho permane- cía. El resto no. «La envolvimos en unas capas de nazareno y la llevamos dentro. Después, como se sabe, Luis Álvarez Duartemetió esamadera en el busto de

Francisco Herrera del Pueyo

la Virgen nueva. La Virgen significaba mucho para los jóvenes del Cachorro que habíamos forzado a que se hi- ciera un besamanos que antes ni se hacía. Fíjate. Cuan- do se hace el nuevo templo, a la Virgen se la deja en el an- tiguo en un altar que tenía una vitrina». Sebastián Santos Como tantos cofrades, como tantos devotos, esa tarde se presenta en el Patrocinio Sebastián Santos. El que por ∑∑∑

Sale humo y no había llaves. Se reúnen obreros de las fábricas cercanas y varios hermanos en la puerta del templo. Rafael Blanco, un albañil de 26 años, dice que es capaz de escalar pero no sabía que tenía que hacer luego. Sube, rompe los cristales del balcón y por una es- calera baja y abre la puerta pequeña. «Encendí las luces —dice Paco Herrera— pero no se veía nada. Los que co- nocíamos la iglesia y podíamos andar a oscuras llega-

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EL CACHORRO NUNCA MUERE

PASIÓN EN SEVILLAP

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