Quién es Quién en Sevilla 2022

Carlos López Mariano Socio Responsable del Áwrea de Andalucía y Canarias de Garrigues

En estos tiempos no hay otra alternativa que extremar el compromiso de prestar el mejor servicio al cliente

cimiento a corto plazo del sector resulte más resistente de lo anticipado inicial- mente. Y me atrevo a apuntar también la enorme capacidad de atracción de ca- pital inversor que nuestra tierra está te- niendo para residenciar aquí proyectos de elevado componente tecnológico. Naturalmente, en un contexto como el descrito, los despachos de abogados debemos extremar la cautela: el desa- fío de asesorar a clientes y empresas en un entorno de tan elevada incertidum- bre es aún mayor. Fundamentalmente, porque lo que los clientes te piden (con razón) es justo lo opuesto a lo que ofre- ce el ambiente: certezas, terreno seguro para sus decisiones empresariales, flu- jos de fondos previsibles e inatacables, una seguridad, en suma, que no tienen. ¿Cómo transmitir una serenidad y una confianza tan escasa en estos tiempos? Como adelantaba al principio, no hay otra alternativa que extremar el com- promiso de prestar el mejor servicio al cliente. El principal factor que condicio- na el desempeño de cualquier abogado o despacho, en cualquier momento (pa- sado, presente o futuro) es la prestación del mejor servicio posible, incluyendo no sólo las capacidades técnicas (lo que hará aún más relevante la especializa- ción, de un lado, y la importancia de la retención del talento, por otro), sino también las cualidades personales que todo abogado debe tener. En este segundo ámbito hay un aspec- to adicional, aún más sutil, pero que en mi opinión es también innegable, y que condiciona la dificultad de generar esa confianza, y es la conveniencia de man- tener un cierto pensamiento positivo. En determinados entornos está más reco- nocido y valorado el sostener postula- dos pesimistas y anticipar cataclismos reiterados que señalar posibles solucio- nes. Buscar un cierto positivismo frente a tanta «nube negra» será, en ocasiones, más que conveniente. Es evidente que vienen tiempos di- fíciles. Ya hemos vivido en el pasado (muy reciente, además) que los cam- bios de ciclo económico tienen una incidencia notable sobre el tipo de tra- bajo de los despachos. Y resultará in- evitable que todos suframos en cierta medida las consecuencias de lo que se avecina. Pero los abogados tenemos, por los motivos expuestos, y por el es- fuerzo acreditado por todos mis cole- gas, una extraordinaria capacidad de adaptación para afrontarlas.

decalaje respecto del resto de sectores que tienen una correlación más tem- prana con el ciclo macroeconómico; la inercia de las operaciones enmarcha nos permite un cierto diferimiento tempo- ral de estos efectos críticos. Siendo eso una realidad, cabe preguntarse si ante la previsión de un entorno de mercado ciertamente más complejo, los despa- chos de abogados estamos preparados para transitar un panorama tan nublado. Aún a riesgo de la extraordinaria dificul- tad para realizar pronósticos atinados en un contexto como el actual, creo que las recientes experiencias vividas por el sector son un magnífico precedente de la capacidad de los abogados para adap- tarse a las duras exigencias que nos va a tocar vivir. Todos notaremos algunos ajustes, pero me resisto a pensar que el futuro próximo vaya a ser tan adverso. Sobre todo, si hemos hecho bien los de- beres, nuestro negocio está diversifica- do, hemos apostado por un crecimiento sólido y rentable, contamos con el talen- to de un gran equipo y nuestros clientes confían en nosotros. ¿Qué cabe esperar a corto plazo? Si nos fijamos en el mundo del M&A, que suele ser un buen termómetro de la actividad, venimos de un 2021 con cifras de récord tanto en volumen de transacciones como en número de operaciones. Era espera- ble un ajuste en estos parámetros; pero sigo pensando que tendremos un ele- vado volumen de actividad este curso. Y lo creo tanto por factores más gene- rales (el elevado nivel de liquidez dis- ponible en el mercado, señaladamente) como particulares de Andalucía, donde destaca la efervescencia de una nueva generación de empresarios, audaz y di- námica, abierta a las nuevas fórmulas de financiación y a la innovación tecnológi- ca más actual. Creo, eso sí, que esta ac- tividad se llevará a cabo en un contexto de progresivo desplazamiento del poder negociador hacia el inversor; tras una etapa en la que los procesos restringidos daban una notable posición negocia- dora a los vendedores. El ajuste no sólo será cuantitativo en cuanto al número de operaciones, y me temo que tanto en las valoraciones como en la estructuración de las operaciones iremos girando a un entorno bastante menos amigable para los vendedores que en el pasado más re- ciente, y con una mayor complejidad en la negociación de las transacciones. En segunda instancia, el incremen- to de los costes de financiación, por un

lado, y el estrechamiento de los márge- nes por el aumento de costes van a supo- ner, adicionalmente, acicates evidentes para plantearse procesos de reorgani- zación empresarial, volviendo a buscar economías de escala en operaciones de fusión o de modificación estructural. Un tercer factor que incidirá inevita- blemente en este contexto será la inelu- dible necesidad de avanzar en la revisión de los modelos de negocio desde una perspectiva tecnológica: la innovación, el empleo de la inteligencia artificial, la digitalización de procesos de negocio, serán canales para lograr evidentes me- joras en materia de costes, que también requerirán de la gestión de evidentes desafíos. En última instancia, hay otros retos, más transversales, que también van a suponer grandes preocupaciones para nuestros clientes. La presión regu- latoria, la revisión de la fiscalidad global, la gestión de las cadenas de suministro, la aprobación de planes de contingencia ante las crisis energéticas, la cibersegu- ridad y la progresiva integración de los componentes ESG serán sin duda reque- rimientos de todos nuestros clientes. En nuestro entorno más próximo creo que puede haber algunos otros factores adicionales a considerar. El primero, la relevancia en Andalucía de algunos sectores considerados como «refugio» de las inversiones en momentos simi- lares y que cabe considerar que tendrán un comportamiento más activo a corto plazo (el agribusiness , energía o la sa- lud). Además, los datos disponibles so- bre la temporada turística de verano, que apuntan (como señala algún banco de inversión) a que es posible que el cre-

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