Suplemento GRACIAS La Voz 29-11-2020

S U P L E M E N T O E S P E C I A L D O M I N G O 2 9 . 1 1 . 2 0 2 0

18 GRACIAS

RESIDENCIAS

Acompañar y proteger a los más perseguidos por la enfermedad La pandemia se ha ensañado especialmente con los centros y residencias de mayores, donde el personal ha luchado contra la enfermedad con un nivel de riesgo sólo comparable al de los hospitales

D

Muchos trabajadores llegaron a confinarse voluntariamente con losmayores a riesgo de sus propias vidas La JuntadeAndalucía dioel pasoesencial de medicalizar los centros conmaterial, personal y coordinación hospitalaria

ra ola, antes del verano, que los actua- les. Porque los episodios no han deja- do de producirse en residencias. En la provincia, han sidomuy dolorosos los episodios en centros de Alcalá del Va- lle, El Puerto de Santa María o Jerez. Los fallecidos por la pandemia de Co- vid-19, en dos de cada tres casos, son personas muymayores que se encon- traban en residencias de distinta tipo- logía, según un informe de Médicos Sin Fronteras (MSF). Esa cifra da una idea del tamaño del sacrificio que han realizado sus traba- jadores y responsables, enfrentados a la primera línea del dolor en idénticas proporciones que los trabajadores de centros hospitalarios. La entrega de muchos cuidadores y profesionales les ha llevado a en- cerrarse durante los confinamientos y los periodos de limitción de la mo- vilidad, incluso de forma voluntaria

y cuando no estaban decretados, a ries- go de sus propias vidas y por desvelo hacia las de sus mayores. La Consejería de Salud y Familias de la Junta reforzó ese compromiso con una medida que se ha extendido por decenas de centros enAndalucía: la medicalización. Ese término agru- pa a las medidas de equipamiento sa- nitario y hospitalario en los centros con más casos registrados, o los que tienenmayor nivel de riesgo. La resi- dencia Vitalia Bahía en San Fernando y San José, en Jerez, fueron dos de los ejemplos. La adaptación clínica del es- pacio residencial se ve reforzada en estos casos con la coordinación asis- tencial con la atención primaria y hos- pitalaria de referencia. La terrible y dolorosa experiencia permitirá que los mayores de nuestra sociedad estén menos solos y mejor protegidos durante los próximos años.

os años antes de que se decretara el estado de alarma por la pandemia de coronavirus, en enero de 2018, en los periódicos, las

emisoras de radio y de televisión, en las redes sociales y los periódicos digi- tales, se colaba sin demasiada fuerza una noticia con un tremendo signifi- cado social. La, por entonces, primera ministra británica, TheresaMay, anun- ciaba la creación de una Secretaría de Estado de la Soledad. Esa declaración, tan poética y dramática, se considera- ba una respuesta a un problema cre- ciente. El número de ancianos que vi- ven solos, vulnerables ante enferme- dad y accidente, pero también ante la enfermedadmental, no deja de crecer. Si aparece alguna dolencia y viven sin compañía, no es que carezcan de personas que les ayuden, es que inclu- so tienen problemas para dar aviso. De ahí que se produzcan muchas muer- tes en domicilios que se detectan días después. Cuando se hizo este anuncio, el Gobierno de Reino Unido conside- raba que la situación de soledad, en mayores o jóvenes, afectaba a más de nueve millones de personas. La comunicación oficial decía que el objetivo era paliar el aislamiento que «sufren las personas ancianas, los que han perdido a seres queridos y aque- llos que no tienen con quien hablar». Es de una lírica dolorosa que recuer- da a las viejas constituciones que de- cían tener entre sus objetivos «la fe- licidad» de los ciudadanos. Se estimaba que lamitad de las per- sonas de 75 años omás –unos dos mi- llones en el Reino Unido– vivían so- las, muchas de ellas sin relacionarse con nadie durante días e incluso se- manas. Ese peculiar episodio político sirve para ubicar en qué situación sor- prendió la pandemia el pasadomarzo a los ancianos europeos y españoles. El 69%de las personas fallecidas por el coronavirus en España son perso- nas mayores que estaban internas en residencias. Un total de 27.359 perso- nas perdieron la vida en estos centros entre el 6 de abril y el 20 de junio, se- gún el Ministerio de Sanidad. Estos datos precisan de cierta pers- pectiva temporal, por lo que resultan más fiables los conocidos en la prime-

Los mayores de 65 años suponen dos de cada tres víctimas mortales de la nueva y terrible enfermedad. :: A. V.

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