Andalucia Escapada de Invierno 2022
Rubén Darío, Beato Diego de Cádiz). Casi al final del paseo, antes de que el camino vire hacia el oeste, estará usted flanqueado por el baluarte de la Candelaria (mire antes si hay conciertos, exposiciones o eventos, es un lugar singular) y la iglesia del Carmen , que puede presumir de tener una de las espadañas más bellas de Andalucía. Para rematar el día, intérnese en el interior de la ciudad y busque La Candela o tapee en la barra de El Faro. Para tomarse una copa, pocos sitios como el Café de Levante, con un ambiente único. En la misma calle (Ro- sario) por si estuviera muy lleno, tiene también la opción del Habana y el Nicanor. Domingo: despedida con sabor caletero Todo lo bueno se acaba. Con la mochila al hombro, empezamos el día por La Caleta, una bella ensenada custodiada por dos fortificaciones milita- res, el castillo de San Sebastián (donde se yergue el faro) y el de Santa Catalina (baluarte defensivo de principios del XVII usado como prisión militar). Camine por el entorno sin prisa y recorra la senda que comunica la playa con el castillo de San Sebastián (el castillo está cerrado) para tener una visión única de la ciudad y unas sensaciones próximas a la felicidad. En cuanto al castillo de Santa Catalina (entrada gratuita), el mejor mo- mento para verlo es al atardecer, como todo el entorno. Pero es undisfrute recorrerlo a cualquier hora entre troneras, murallas y garitas. Auna decena demetros del castillo, pasado el Parador (estilo sigloXXI) tenemos el gran pulmón verde de la ciudad, el Parque Genovés. Si via- ja usted con niños, acérquese hasta la cascada, pasee por debajo de ella (también se puede subir) y piérdase entre los vericuetos que dibuja la va- riada arboleda. Nuestro paseo continúa y baja hacia la plaza Fragela donde encontrará el Teatro Falla. El estilo le puede recordar al de la plaza de Las Ventas, fruto de que ambos edificios sonneomudéjares. El teatro gaditano es conocido por albergar el concurso de Carnaval. Por dentro, ofrece unos bellos frescos en el techo conmotivos celestiales, obra de Felipe Abárzuza. Como si fuera el conejo de Alicia, no pierda unminuto y siga el camino ha- cia el Oratorio San Felipe Neri (iglesia barroca de principios del XVIII). Por
Cádiz presume de un espectacular teatro romano en el interior del barrio del Pópulo. Fue el segundo teatro más grande de Hispania. Su entrada es gratuita
Cuando se pasea por Cádiz hay que hacerlo con la cabeza alta. No por altanería, sino para contemplar algunos de los elementos arquitectónicos más característicos de la ciudad, como son los balcones y las torres miradores. Estas últimas son quizá el elemento más significativo y curioso de la ciudad. Su historia va ligada al máximo esplendor comercial de Cádiz, cuando era la vía de entrada de los productos de ultramar a Europa. Entre los siglo XVII y XVIII, los comerciantes asentados en la ciudad construyeron esta especie de torres vigía para poder observar la llegada de los barcos a puerto . En la actualidad, quedan 126 de estas construcciones , pero llegaron a contarse 160 en la segunda mitad del XVIII. Aquí les destacaremos dos. Una es la Torre Tavira , situada a pocos metros del Mercado de Abastos y que se asienta en la zona más alta de la ciudad. Su altura (45 metros) y disposición la convirtieron en la torre oficial para avistar el puerto de la ciudad y, en 1994, se colocó en ella una cámara oscura, un ingenioso sistema de espejos que permite proyectar la ciudad y observar, como en una proyección, lo que en ella sucede. La segunda es la conocida como La Bella Escondida. Es una de las torres más bellas y no es visible desde la calle, solo desde ciertas azoteas y torres cercanas. Es la única construida en planta octogonal y su origen no fue el de ver, sino el de ser vista. La tradición cuenta que la mandó construir el padre de una novicia que tenía su convento en una calle cercana para que ésta, desde la reja de su celda, pudiera contemplar esa bella demostración de amor de su padre. Torres miradores, joya única
amor por la historia. Son imprescindibles los sarcófagos antropomórficos fenicios, las esta- tuas romanas, la sala de los zurbaranes, el ajuar de cristal de roca y los desposorios místicos de Murillo. Pese a estar ahíto de cultura, le imagino ávi- do de pitanza. De la plaza sale la calle Zorrilla, en donde podrá encontrar restaurantes con propuestas innovadoras (Siempre DiVino, Pan d’Oro), más tradicionales (La Gaditana), uno especializado en carne (Cumbres Mayores) y hasta una hamburguesería (La Teja). Sacia- dos, emprendemos el camino hacia la plaza de España por la calle Antonio López (fíjese en la fachada de la Cámara de Comercio). Si antes de llegar a la plaza de España necesita usted to- marse un café (o una copa), suba a la terraza del hotel Alquimia, con una vista reconfortante de la ciudad. Llegados a la plaza de España, pasee tran- quilo. Lo más bello, el imponente monumento a las Cortes de Cádiz, situado en el centro de la plaza. El trono vacío, metáfora de la ausencia de Fernando VII, es aprovechado furtivamente por los turistas para hacerse una foto a guisa de reyes de la ciudad (no sea cateto, no lo haga). El monumento es una gigantesca alegoría en pie- dra de la libertad y de los principios liberales, así como del hermanamiento entre los españo- les de ambos continentes. Avanzanuestro itinerario conunpaseo tran- quilo. Subimos las murallas de San Carlos y se- guimos adelante el paseo por el antiguo adarve que se va convirtiendo en paseo y alameda. Sal- picando la ruta, cañones colocados para defen- der la ciudad (de piratas y ‘malajes’), garitas de centinelas y preciosas farolas y bancos de forja. Desde la balaustrada, uno puede dominar (y ser dominado por) la Bahía —Rota, El Puerto y Puerto Real—. El paseo continúa por la Ala- meda Apodaca, bello jardín de estilo regiona- lista con decenas de plantas exóticas y bustos y estatuas de notables (Carlos Edmundo de Ory,
La Torre Tavira, uno de los miradores de la ciudad, que cuenta con una cámara oscura desde la que ver la ciudad de Cádiz
fuera, le llamará la atención la gran cantidad de placas de sus muros, recuerdo de la proclama- ción de la Constitución de Cádiz. Es es el kiló- metro cero de la democracia y el constitucio- nalismo español. Por dentro, su planta elíptica y su distribución en varios niveles sobrecoge. Si es usted católico, puede escuchar misa a las 11.30 horas. Un recomendación para tomarse una cerve- za, vino o afín en las cercanías: la Casapuerta. Nos viene de camino para la siguiente parada que vamos a realizar, la Torre Tavira (tienemás
El Teatro Romano se encuentra en el barrio más antiguo de la ciudad, el del Pópulo
El Parador de Cádiz es una construcción moderna de referencia
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