ESPECIAL PASIÓN EN CÓRDOBA 2022

las cofradías. El palio de Nuestra Señora de la Estrella, di- bujado y realizado en Sevilla por Hermanos Delgado, es el único que incorpora los arcos, en su caso polilobula- dos, que aluden sin posibilidad de error al lugar al que desde 2017 van todas las hermandades. Lo hacen después de un largo anhelo que, como recuer- da Enrique León, buscaba desandar un camino que se ini- ció en el siglo XIX, también como consecuencia de la lle- gada del ferrocarril. Hasta entonces los alrededores de la Mezquita-Catedral habían estado entre las mejores zo- nas de Córdoba en actividad comercial y social, pero el tren desplazó la actividad hacía lo que hoy se considera el Centro, en torno a la plaza de Las Tendillas y el recién abierto paseo del Gran Capitán. «La calle Torrijos, que hasta entonces había sido importante, dejó de serlo», cuenta. Este es el motivo de que las cofradías, que desde su primeros años siempre habían acudido al a iglesia ma- yor de la diócesis, dejaran a partir del siglo XIX de acudir al primer templo. La procesión oficial del Santo Entierro tenía que acu- dir allí, pero también terminó por distanciarse: primero, sin llegar al interior, y más tarde, también buscando la zona más céntrica. Sólo a partir de que en 1986 la herman- dad del Santo Sepulcro recuperase la estación de peni- tencia en el interior, las cofradías miraron a la Catedral y empezaron a andar un camino que culminó con la carre- ra oficial de 2017. Quedaría algo más, y es el espíritu. Pablo García Bae- na dejó escrito y hablado mucho sobre la Semana Santa de su niñez y juventud. Admitía que podía ser pobre y qui- zá pueblerina, pero también lamentaba la pérdida de aquel espíritu silencioso y recogido que se cambió por la pujan- za de cofradías que reconocía más ricas, pero también distintas a lo que pensaba que era más de Córdoba. Las saetas viejas, hoy casi extinguidas, en las viejas grabacio- nes de María La Talegona, son los retazos de sonido de una fiesta que se ha adaptado al paso del tiempo de una fiesta que ha cambiado de piel. Ciertas imágenes han conservado rasgos particulares, como las melenas naturales de los Cristos, las túnicas de cola y las coronas de espinas metálicas y doradas

RAFAEL CARMONA

desde el interior de las iglesias con cierta naturalidad sin recurrir a maniobras complicadas como los rodamien- tos. Para él, esto puede ser el indicador de que el modelo de pasos actuales tal vez no sea el más apropiado para la configuración de la misma ciudad que los acoge, y eso in- cluye a los alrededores de la Mezquita-Catedral. Con ella se da una especie de paradoja. Es el gran em- blema de la ciudad, pero su estética apenas ha calado en

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