ESPECIAL PASIÓN EN CÓRDOBA 2022

El Señor Yacente de El Carpio, en la urna que realizó Gregorio Fernández en 1627

tío, en el año 1643, le sucedió como valido, algo parecido a un primer ministro. Según los historiadores, lo hizo de forma más discreta y prudente, con ambiciónmenos des- carnada que el célebre Gaspar de Guzmán. Su corazón seguía en El Carpio, sus posesiones eran enormes, y Luis de Haro amasaba planes de retirarse a un palacio que había proyectado el ingeniero florentino Baccio del Bianco, con jardines y fuentes de piedra rosa y blanca. Su muerte en 1661 frustró aquel plan, pero en su testamento pidió volver a la tierra de su familia. Primero, relata Julián Hurtado de Molina, le darían sepultura, con el hábito de la Orden de Alcántara a la que pertenecía, en la nueva iglesia del Noviciado de los Jesuitas en Madrid, en la que era patrono. Sin em- bargo, el templo estaba en obras y lo llevaron, el 31 de diciembre de 1662, al panteón del convento de los do- minicos de Loeches, donde estaba ya el Conde-Duque de Olivares. Todo era provisional hasta regresar a tie- rras cordobesas. La siguiente página la escribe Gaspar de Haro, hijo del valido y heredero del Marquesado de El Carpio. Fue, re- cuerda Julián Hurtado de Molina, hombre apasionado por el arte, ya que llegó a ser propietario de la ‘Venus del espejo’ de Velázquez. Había estado preso en Portugal por un conflicto entre las dos coronas y en 1668, cuando re- gresó a Madrid, se encontró con que estaba a punto de consagrarse la iglesia del Noviciado de la Compañía de Jesús. Su padre había muerto siete años antes y decidió llevarlo directamente a El Carpio, pero no se haría de cualquier forma. Quiso un arca o sarcófago de gran valor y pidió al pre- pósito de la Casa Profesa, el padre Diego Jacinto de Te- nar, uno que guardaba una imagen de Cristo Yacente que habían pedido los jesuitas y que no tenía culto en aquel momento, a la espera de que terminasen unas obras de la iglesia. El pintor Jesús Zurita, natural de El Carpio y también estudioso del sarcófago, cree que el hijo quería sobre todo rehabilitar la figura de su padre y destacar su Gaspar de Haro, Marqués de El Carpio, la usó para llevar el cuerpo de su padre, que fue valido de Felipe IV, de Madrid hasta las tierras de Córdoba en que quería reposar La urna guardó entre 1627 y 1668, en la Casa Profesa de los jesuitas en Madrid, al Yacente que ahora está en el Museo Nacional de Escultura en Valadolid

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UNA URNA DE GREGORIO FERNÁNDEZ PARA TRES CUERPOS

PASIÓN EN CÓRDOBA

ANDRÉS GAITÁN

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