ESPECIAL PASIÓN EN CÓRDOBA 2022

Frente al gusto por las cur- vas que caracteriza el barroco pleno, el sarcófago que Grego- rio Fernández hizo para su Ya- cente y que ahora está en El Car- pio sigue la arquitectura y el di- bujo manierista, todavía con apego por las líneas rectas. A la izquierda, dos detalles de la ornamentación del conjunto. A la derecha, montaje del Yacente de Gregorio Fernández dentro de la urna en que estuvo

En la base tienemolduras que conforme suben se hacen volu- tas, y que van aumentando de tamaño conforme el conjunto asciende a la zona central, en la que se ve al Señor. Lamisma de- coración de columnas y líneas rectas enmarca los cristales que permiten ver al titular, y culmi- nan en un cuerpo superior, que es el que sirve de tapa para el conjunto. Tiene molduras clásicas en forma de gran cor- nisa retranqueada y remates de bolas. Para Jesús Zurita, la identificación con Gregorio Fer- nández es acertada y lo relaciona con un Yacente con su urna que está en el Museo de Arte Sacro de las clarisas de Monforte de Lemos, en la provincia de Lugo. Jesús Zurita cuenta que Miguel Arjona restauró la pieza y le dio una nueva policromía. «La anterior ha- bría sido más parecida al mármol, como la que está en Monforte de Lemos», explica. Se asienta sobre una pea- na que tenía unos tondos lisos y en ella dispuso el es- cultor cordobés cartelas con motivos de la Pasión. Lo completó con unos ángeles, unos hachones y un pe- queño baquetón que sustenta el conjunto, siempre en su mismo estilo. Así sale cada Viernes Santo, a más de 550 kilómetros de la imagen para la que se hizo y de la que se separó en 1668 para seguir caminos muy distintos. FOTOS: JESÚS ZURITA

drid, pero el sarcófago quedó en la iglesia, posiblemen- te, piensa Jesús Zurita, porque su gran tamaño hacía difícil sacarlo. Allí había desde el siglo XVI una hermandad que daba culto al Señor en el Santo Sepulcro, y que había tenido como titular a un Crucificado al que, como pasaba en Cór- doba capital y enmuchos lugares, se descendía de la cruz para depositarlo en la urna e iniciar la procesión del Vier- nes Santo. La cofradía vio cómo quemaban a su titular en la Guerra Civil y en 1944 empezó a venerar a una ima- gen que había hecho Antonio Castillo Lastrucci. Pero co- nocían el sarcófago y después de muchas conversacio- nes con la Casa de Alba, la hermandad consiguió la ce- sión de esta pieza y el Señor salió en ella desde el Viernes Santo de 1967. Era para los que la vieron una pieza de va- lor y monumentalidad, pero todavía nadie imaginaba que había salido del taller de uno de los mayores escul- tores españoles.

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