GURME MÁLAGA 10 VERANO 2025

A veces, la historia se escribe alrede dor de una mesa. Y no hace falta mantel de hilo ni cubiertos de plata: basta una conversación honesta, una copa de vino y un plato que sepa contar el territorio. La Academia Gastronómica de Málaga lleva más de 45 años haciéndolo. Sin discursos

A lo largo de estos años, la Academia ha sido testigo —y parte— de la transformación del panorama gastronómico de Málaga, de la Costa del Sol y de Andalucía. Y si en los años 80 y 90 fue el escaparate amable hacia ese turismo de calidad que empezaba a abrirse paso, hoy la institución mira también hacia dentro, hacia la recuperación y puesta en valor de lo autóctono, lo identitario y lo propio. El recetario tradicional malagueño, ese que recorre desde los espetos hasta el gazpachuelo, pasando por el ajoblanco, la berza o el chivo malagueño, ha encontrado en la Academia su mejor aliada. Una mesa más viva que nunca Presidida hoy por Manuel Tornay , la Academia Gastronómica de Málaga ha sabido adaptarse al pulso del presente sin perder la esencia con la que nació. « Nuestro único interés es dar lus tre a todo lo bueno que se hace en toda la cadena de valor gastronómica de Málaga capi tal y su provincia: en la cocina, la sala, las admi nistraciones, en los campos, en las lonjas... Somos una herramienta al servicio de la gastro nomía malagueña», defiende Tornay, que desde 2017 lidera una junta directiva que ha impulsa do una modernización tranquila, pero firme, abriendo la institución al exterior y reforzando su papel divulgador. Desde el impulso al Sello de Gastronomía Tradicional de Málaga , que vela por la autentici dad del recetario en los restaurantes de la pro vincia, hasta la instauración de sus premios anuales, que reconocen la labor de cocineros, hosteleros y profesionales que sostienen la gas tronomía local con talento y esfuerzo, la Academia ha sabido adaptarse al nuevo contex to. «Queremos que el turista y el propio mala gueño sepan reconocer lo auténtico. Por eso impulsamos el Sello de Gastronomía

vacíos ni fuegos artificiales. Solo desde la defen sa consciente y orgullosa de una cultura gastro nómica que es, al mismo tiempo, memoria, patri monio y futuro. Cuando en 1977, un puñado de malagueños inquietos —Sebastián Souvirón, Salvador Buendía, Enrique Laza, José Manuel López Peña, Enrique Mapelli y Antonio García del Valle— deci dieron fundar la que hoy es reconocida como la academia gastronómica más antigua de España, no imaginaron que estaban sembrando las raí ces de una de las instituciones más sólidas y respetadas de la provincia.

Aquella primera comida fundacional, celebrada en el Ventorrillo de la Perra, podría parecer una anécdota. Pero fue toda una declaración de intencio nes, la gastronomía contada desde el producto, el territorio y la conversa ción pausada. Por la mesa desfilaron chacinas de la serranía rondeña, porra antequerana, conejo de campo, queso de cabra de Casabermeja... Y así, sin pretenderlo, Málaga se sentó en esa primera mesa para no levan tarse más. Mucho más que comidas con amigos La Academia Gastronómica de Málaga nunca ha sido un club de gourmets nostálgicos. Desde su crea ción, ha ejercido un papel activo y ver tebrador en el sector: defender, inves tigar, propagar y proteger la gastro nomía malagueña y andaluza ha sido siempre su credo. Y hacerlo no solo en las mesas, sino también en foros, congresos, aulas y, sobre todo, en la calle, donde está el comensal de a pie.

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